Daniel Hendler es en Uruguay lo que Ricardo Darín representa en Argentina. Un actor capaz de hacernos reír o sumergirnos en una tragedia y en un dramón donde se tratan temas sensibles para muchos, como la paranoia de ser observado a través de las cámaras de algún dispositivo. También es un artista que no le tiembla el pulso para hablar de la crisis laboral que enfrentan varios de sus colegas o de la famosa "grieta" que divide a la política.
Siempre tranquilo a la hora de responder, como un caballero y con el respeto como principal arma ante todo, el actor de 46 años dialogó con BigBang con la excusa del próximo estreno del "Sistema KEOPS", film que lo tiene como protagonista junto a Alan Sabbagh, que amalgama géneros, personajes y guiños cinéfilos. ¡Y habló de todo! Paranoias, la actualidad de la ficción y la sensación de “grieta” que "empobrece el debate".
¿Qué nos podés contar de Sistema KEOPS y de tu personaje, el cual no la pasa bien familiarmente hablando?
- Es un director de cine que está empezando un proyecto, tratando de ganar fondos con dificultades. Va pateando sus tareas, sus obligaciones, su familia lo estigmatiza como vago y en esos tiempos que se va perdiendo en internet, se va metiendo en un lío. Cae en esas trampas piramidales que al principio va pareciendo una tontería y después se va poniendo más oscuro.
La película va variando de una comedia negra a una cosa más siniestra, terrorífica y conspiranoica a luego pasar a una película de amigotes que se van a pelear con hackers y miembros de esta organización extraña. La película habla de la amistad y un poco también de cuestiones que pasan en el mundo en el que vivimos, fantasías, paranoias de esto de estar siendo observados todo el tiempo.
La película toca temas como la paranoia al ser observado a través de la tecnología... ¿Lo sufriste?
- Yo creo que es cierta. Lo que pasa es que eso nos tiende a inhibir y a salir a decir o hacer cosas que pueden generar molestias en quienes puedan ostentar el poder de observar. pero nosotros en nuestra actividad no deberíamos sentirnos paranoicos por eso y a veces, por ahí, es un poco obsesiva la preocupación de no querer ser observado porque ya es algo inevitable. En todo caso hay que pensar cómo movernos en este mundo y cómo pensar lo más independientemente posible en esto donde se nos observa en cada cosa que hacemos y consumimos. Creo que no nos queda otra que relajarnos un poco.
La comedia es tu fuerte, pero¿te gustaría que te llegue un dramón sin una gota de comedia?
Hice cosas con menos comedia, ahora mismo en las salas todavía está en cartel que se llama Virus 32, que es una película de terror, con zombies, que es muy fuerte en términos dramáticos al menos en conflictos fuertes y no tiene humor. Pero me parece que lo que pasa es que por suerte acá no se hacen los géneros tan puros.
Creo que es más interesante cuando los géneros se revisan y es difícil hacer una tragedia sin un poco de comedia o una comedia sin un poquito de tragedia. Ahí siempre las cosas se matizan porque aparece la mirada del autor y ese es el cine que más me interesa. No sé si me interesa hacer algo solo de comedia o solamente tragedia. Esta película tiene muchos componentes, pero sobre todo es una comedia negra.
¿Cuál es tu visión sobre la actualidad de la ficción en Argentina, ya sea en cine o televisión?
Es un poco amplio hablar de la ficción, pero si te referís a la producción de ficción audiovisual en cuanto al cine y a las plataformas, donde la tele está más volcada a estas últimas, supongo que en pandemia empezó a crecer el consumo de series y películas, lo que alienta a la producción. Pero el tema radica en cómo se organiza de manera que sea saludable para la comunidad y al sector.
Y ahí es muy pronto para decirlo, pero creo que faltan políticas públicas para organizar mejor, para que sea más horizontal, para que sea más inclusivo el sector audiovisual y no se cierre en nichos y burbujas que tienden a explotar o a pincharse. Veo que es un momento de transición, donde hay mas trabajo pero lamentablemente no tan repartido como debería estar.
¿Los actores se vieron beneficiados con la llegada de las plataformas por streaming o no hay tanto trabajo?
Cuando uno dice el "actor" generaliza y hay diferentes tipos de actores, actrices y diferentes suertes también. Entonces yo no te sé decir si hablamos de un promedio, si esto que está pasando es bueno o malo. Creo que hay mucha demanda para un grupo o sector de actores y por ahí no tanta para otro sector.
Me parece que lo importante es saber....el mercado empieza a puntuar y a poner mediciones a todo y entonces, para asegurar la rentabilidad del producto, siempre se demanda a los mismos sectores o burbujas de actores, pero creo que con el tiempo va a quedar en evidencia que las cosas estén buenas. Para que una serie esté buena, sobre todo tiene que estar bien actuada y entonces hay que elegir a los actores y actrices adecuados para cada cosa.
Creo que a la larga, eso se va a decantar y así que bueno, para ponerle un poco de esperanza a algo que no siempre uno lo ve con buenos ojos porque antes era el rating que tenía su riesgo, porque cuando un programa le faltaba rating comenzaba a dar manotazos de ahogado y empezaba a recurrir a cualquier efecto bajo que pueda llamar la atención.
Ahora que son otras mediciones, más inteligentes y sofisticadas, tiende a ir a fórmulas más depuradas que nos alejan un poco de lo que podía ser más artístico, de lo que tiene que ver con el aspecto cultural de todo esto que es poner en discusión, correr la mirada, rever los géneros....eso como actores y actrices es lo que más nos enriquece y hay que luchar un poco, porque creo que estamos en un período de transición hasta que se abra todo un poquito más.
¿Crees que las críticas son más severas con el producto nacional en comparación al extranjero?
- No sé si en términos de nacional o extranjero, en todo caso creo que a veces lo que incomoda o lo que es difícil de clasificar no es bienvenido o tratado con el mismo cariño que las cosas que son más difíciles de catalogar. A veces cuando hacemos cosas más arriesgadas en esos términos, no siempre son vistas con la misma amabilidad. me parece que es lógico, pasa en todos lados y estoy contento cómo fue recibida esta película.
¿Cuál es la importancia de las redes sociales en tu vida personal y como artista?
- Las redes sociales son como una vidriera que algunos atienden mejor que otros, yo no soy muy hábil en el manejo de esa vidriera, soy un poco pudoroso en ese sentido, pero tiene su importancia y a veces incluso llegan ofrecimientos, entrevistas...es una herramienta que cada vez se usa más. No es una fuente de trabajo, pero sí un conector posible y a veces dudo en irme de las redes sociales porque es como tener un negocio no atendido, uno golpea la puerta y no hay nadie.
Vivís en la Argentina, pero sos uruguayo....¿Existe también allá la sensación de “grieta” de la que se habla tanto acá?
- Existe, lo que no sé si es algo que tiene el mismo origen, si hay un grupo de asesores que van de lugar en lugar trabajando en campañas alimentando eso o es un proceso natural de polarización que se vive en todos lados; triste porque empobrece el debate, alimenta estigmas, demonios y cada vez hablamos menos de proyectos políticos, de políticas públicas y más de creencias, de imágenes, de amores y odios. Eso está pasando un poco allá (por Uruguay), que siempre nos jactamos de tener un sistema democrático fuerte y saludable, pero bueno está un poquito en ese proceso.
Ya pasaron dos décadas de aquel comercial que te hizo conocido en la Argentina. ¿Lo ves todavía como un impulso inicial de tu carrera?
- No sabría decirlo, pero fue buenísimo. Cuando surgió eso, yo venía haciendo películas, tenía mi grupo de teatro y temía al principio que eso me desorientara un poco del camino y que me dejara un poco pegado al personaje, por suerte no pasó y al revés, me parece que fue bueno, fue muy difundido y estuvo bárbaro.