Juana Repetto decidió compartir en sus redes sociales la experiencia de su parto humanizado con el que trajo al mundo a Belisario, el segundo de sus hijos. En ese intercambio de mensajes con sus seguidores en Instagram, la hija de Reyna Reich y Nicolás Repetto contó que le practicaron lo que se conoce como “medicina placentaria”
La medicina placentaria es una práctica que respeta el valor de este órgano y busca la manera de reutilizarlo después del parto. Dado su gran contenido de nutrientes y vitaminas, se la suele transformar en cápsulas que luego son ingeridas por la mamá ya que la puede ayudar a recuperar energías, sumar hierro y vitaminas, balancear las hormonas, reducir el sangrado posparto y aumentar la cantidad y calidad de la leche, entre otras cosas.
En 2018, cuando dio a luz a su primogénito Toribio, sorprendió al contar que transformó una parte de la placenta en unas cápsulas y con el resto, pensaba plantar la placenta de su bebé en una suerte de 'ritual' basándose en los principios de la “medicina placentaria” y algo así hará en esta oportunidad.
"Me hicieron medicina placentaria y mi idea es hacer la misma ceremonia, sí. Hay mucha gente preguntándome por esta medicina", dijo Juana junto a una foto en la que se ve un frasco repleto de cápsulas con un contenido de color gris.
Luego de esa explicación sobre su parto, Juana decidió publicar una extensa carta en su feed de Instagram en donde contó que lo que hizo con Belisario era algo que le hubiera gustado hacer también cuando nació Toribio. “Tengo que hacer una intro (larga) para ponernos en contexto. Toro nació en la semana 42 post inducción (goteo, oxitocina sintética). Lo que en principio sería un 'parto sin intervenciones' empezó con una intervención súper necesaria, en un ámbito amigable, muy respetado, luz tenue, música, ricos aromas, ducha disponible, pelota, tela, recursos mil y muy buena onda ”, comenzó.
“Fue un parto hermoso, súper respetado, pero también bastante intervenido. Inducción, peri y antibióticos (estreptococo positivo). Si bien tengo un recuerdo divino y para mi fue un re lindo nacimiento y lo mejor de mi vida, siempre me quedo una heridita por no haber podido tener mi tan deseado parto sin intervenciones. Cuando me entero de este segundo embarazo no tuve dudas en buscar nuevamente un nacimiento lo más natural posible, como fueron siempre los nacimientos hasta que se empezaron a anteponer intereses personales, de las instituciones, de algunos profesionales, culturales, etc.. Busque un equipo con el que tenía asegurado un acompañamiento en estas condiciones”, agregó en otros de los pasajes de la carta
“De entrada les comenté mis deseos para este nacimiento y fluyo todo divinamente ya que pregonan por nacimientos de este tipo. Son todo, los amo! @lodeiromartinez y @edithdiezpartera. Mi único miedo? Que el trabajo de parto no se desencadene y necesitar inducción, otro estrepto positivo, tener que recurrir a la institución, etc”, continuó.
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“Temía mucho repetir la historia y que una intervención me fuera llevando a la otra. Con lo cual si bien utilice todos los recursos y me prepare mucho emocionalmente para que todo se dé naturalmente, ese fantasma estaba. Vale aclarar que este equipo me sacó muchos miedos ya que aún que necesitara antibióticos o inducción, no sería de la misma manera que mi primera vez. Semana 40, yo estaba con casi 4 de dilatación pero sin contracciones de parto. Viene a verme Edith, la partera, pasadita la semana 40 y me hace unas magias naturales muy bellas para ayudar a que el trabajo de parto se desencadene. Ese día decidimos dejar a Toro con mamá y pasar el día en casa los 3 (Sebi, Beli y yo) disponibles para el y su nacimiento a ver si la cosa arrancaba”, concluyó.