El pasado domingo a la noche, Gary Coe y Vickie Vines estaban sentados en un banco en una calle de Los Ángeles, descansando de una caminata. Alguien apareció para ofrecerle tickets gratis para un tour por Hollywood, y aceptaron al instante.
Gary y su novia Vickie, maravillados frente al público de los Oscar.
Así, terminaron formando parte del improvisado contingente de turistas que el presentador de la última gala de los Oscar, Jimmy Kimmel, invitó brevemente a la ceremonia.
De convicto a famoso
Sin embargo, la historia de vida de Coe era bastante diferente a la de sus compañeros en la aventura: sólo cinco días antes había salido de la cárcel luego de estar encerrado durante 20 años.
Gary es uno de los presos que cayó bajo la "ley de los tres golpes" del estado de California, la cual determina que un criminal con dos delitos previos recibe condena a perpetua si comete un tercero.
En el caso de Coe, su último crimen fue el robo de un perfume en 1997. Antes, tuvo dos condenas previas por robo que se sumaron a una inicial, en 1978, por intento de violación.
Una nueva vida
Actualmente, sin embargo, intenta reencaminar su vida. Además de haber formado una pareja estable con Vickie, Gary dejó definitivamente las drogas y el alcohol hace 12 años. Y ahora, una semana después de dejar la cárcel, busca un trabajo.
Mientras tanto, la vida le trajo un impensado regalo: la posibilidad de besar la mano de Nicole Kidman y sacarse selfies junto a Ryan Gosling y Denzel Washington, quien los apadrinó.