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De lo sublime, al ridículo: mitos, verdades y todo lo que nadie te contó del inolvidable Live Aid

La consagración de Queen. La papelonera "reunión" de Led Zeppelin. El cuelgue de Bob Dylan.

13 Julio de 2020 12:32
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La postura solidaria del rock no es histórica: más allá de las inclinaciones intelectuales y políticamente activistas de muchos artistas, la hoy extendida acción de utilizar el poder del entretenimiento para recaudar dinero con fines nobles era -excepción hecha del Concierto para Bangladesh organizado por George Harrison- una rareza en las primeras décadas de vida de esa cultura musical.

El festival Live Aid en 1985 fue la primera gran movida musical de los 80 en ese sentido, nacida de la mente de Bob Geldof, líder de la banda británica Boomtown Rats. Un informe de la BBC sobre el hambre en Etiopía fue su primer click: al verlo, decidió componer una canción junto a su colega y amigo Midge Ure, cantante de Ultravox, para grabarla con invitados y donar las regalías. 

El tema, Do they know is Christmas?, contó con la colaboración de grandes estrelllas como Sting, Phil Collins, George MIchael y Bono, y alcanzó el número uno de las listas de éxitos en la Navidad de 1984. También inspiró otra canción solidaria, We Are The World, producida por Quincy Jones, y escrita por Michael Jackson y Lionel Ritchie.

Pronto, Geldof quiso ir más allá y le propuso al productor Harvey Goldsmith la realización de un mega festival con escenarios simultáneos en Estados Unidos e Inglaterra para recaudar dinero y paliar el hambre en Somalia y Etiopia. Los dos lugares elegidos finalmente fueron el estadio Wembley de Londres y el John F. Kennedy de Filadelfia. 

"Perdedores" y "ganadores"

Con un increíble line up que incluyó entre otros a Paul McCartney, Mick Jagger, Queen, Led Zeppelin, Phil Collins, U2, Sting, Elton John, David Bowie, The Who, INXS, Madonna, Bob Dylan, Ozzy Osbourne, Tina Turner y Stevie Wonder, el terreno era sin duda fértil para anécdotas tanto gloriosas como desastrosas. Y vaya si ocurrieron. 

La actuación de Led Zeppelin era sin duda una de las más esperadas: era la primera vez que la banda se reunía luego de la muerte del baterista John Bonham y la subsiguiente separación del grupo. Para reemplazarlo, hubo otro nombre de peso: Phil Collins

Sin embargo, el set terminó siendo decepcionante: el mal estado de la voz de Robert Plant recibió duras críticas, al igual que la evidente falta de ensayo py los problemas de afinación. "Fue una atrocidad, parecíamos dementes", admitiría el mismo Plant después. 

Jimmy Page luego sería lapidario con la performance de Collins en la bateria. "No sabía tocar nada. Hicimos Whole Lotta Love y él simplemente estaba ahí golpeando sin tener idea y sonriendo. Parecía un chiste", expresó el guitarrista. 

"No fue mi culpa que fuera una porquería. Si hubiera podido levantarme e irme, lo hubiera hecho. Pero luego todos hubieran hablado de cómo Phil Collins abandonó el Live Aid, así que me quedé. Me sentía una pieza cuadrada tratando de encajar en un agujero redondo", se defendió Collins

Bob Dylan tampoco salió bien parado aunque, en su caso, no fue la música el problema sino una de sus declaraciones. "Espero que algo del dinero, dos o tres millones tal vez, puedan ser usados para pagar las hipotecas que algunos granjeros de acá les deben a los bancos", expresó en medio de su actuación. 

Para Geldof, la frase demostró "una completa falta de entendimiento sobre los temas que el Live Aid traía a colación" ya que el festival buscaba ayudar a "gente que estaba muriendo" y "hay una diferencia radical entre perder tu fuente de trabajo y perder tu vida". 

Sin embargo, las palabras de Dylan eventualmente inspiraron a sus colegas Willie Nelson, Neil Young y John Mellencamp, quienes meses después encabezaron el festival Farm Aid, el cual recaudó 9 millones de dólares para los granjeros norteamericanos y se convirtió en un evento anual. 

La otra cara de la moneda estuvo representada por Queen y U2. Adorada y popular, la banda encabezada por Freddie Mercury brindó la que para muchos fue su actuación más memorable. Y la imagen del cantante con jeans y musculosa blanca, parado frente a un público multitudinario, se convirtió en una imagen indeleble de la historia del rock 

En apenas 21 minutos, con seis canciones, Queen demostró su lugar en la historia como uno de los grupos con mejor manejo del show en vivo. Abriendo con Bohemian Rhapsody y cerrando con We Are The Champions, el set fue una clase maestra de dominio escénico, poder y contundencia, con Mercury especialmente inspirado.

Por su parte, la actuación de U2 fue una especie de graduación de la banda hacia el estrellato: si bien hasta aquel entonces eran respetados y famosos en Gran Bretaña, el Live Aid fue su ventana para el resto del mundo. 

Además, Bono tuvo su momento de brillo cuando desde el escenario observó a una adolescente que estaba siendo empujada y aplastada contra la valla por el público. El cantante intentó advertir al personal de seguridad pero, al darse cuenta de que no le entendían, saltó hacia el público para protegerla él mismo y terminó bailando brevemente junto a ella.