31 Enero de 2021 08:00
Las paritarias reales, un lujo muy lejano a los trabajadores de la Argentina. Días atrás, los medios internacionales revelaron que la reina Elizabeth II de Inglaterra recibe un sueldo anual estimado en 44.8 millones de dólares. En tanto, el príncipe William y Kate Middleton reciben 6.6 millones.
La cifra proviene del denominado Sovereign Grant (Subvención Soberana) que el Parlamento destina todos los años para gastos monárquicos.
Este fondo es financiado con fondos públicos y dinero privado proveniente de los ducados de Cornwall y Lancaster, a los cuales se suman activos como herencias y bienes raíces de la familia real.
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Los incrementos de la subvención, siempre aprobados por el Parlamento, han ido de más del 16% a un 77%, entre 2013 y 2018. Sin embargo, la pandemia determinó que entre 2019 y 2020 no se hayan registrado incrementos en el salario.
Vale señalar que la subvención no sólo se utiliza para salarios sino también para el mantenimiento de los palacios pertenecientes a la familia real. Así, por ejemplo, entre otros gastos, el cuerpo legislativo accedió recientemente a financiar la restauración del palacio de Buckingham por 69 millones de libras esterlinas (casi 500 millones de dólares).
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Felipe y Letizia de España, mientras tanto perciben un salario de 7 millones de dólares por año en concepto de "respaldo de la jefatura de Estado” y "sostenimiento de su familia y su casa".
En Holanda, mientras tanto, el gobierno decidió poner bajo revisión los gastos de la familia real encabezada por los reyes Máxima y Willem.
Así, para inicios de este año, se confirmaba que el presupuesto anual sería de 57.8 millones de dólares, quedando fuera el costo de las visitas de Estado o el mantenimiento del palacio Huis Ten Bosch, cuya renovación ya había costado 63 millones de dólares.
Y si bien el papa Francisco no tiene salario, en el 2019, el Vaticano reportó ingresos de 307 millones de euros y gastos de 318 millones que generaron un déficit de 11 millones. Este hecho generó que el Sumo Pontífice hiciera un llamado a la transparencia en los gastos por parte de toda la Curia romana.
