19 Noviembre de 2024 14:20
Lejos parece haber quedado la vergonzosa escena que protagonizó Rolando Barbano durante la última entrega de los Martín Fierro de la radio 2024. Es que allí el periodista rechazó el amor de su colega y -ahora- pareja oficial Marina Calabró y no la nombró, como sí hizo ella, cuando recibió una estatuilla. En el presente, en cambio, los mensajes entre ambos en sus respectivas publicaciones de Instagram, parecen haber encendido la escena y haber expuesto una realidad mucho más fogosa y pública de lo que se creía.
En una foto en la que ella aparece mientras desciende de una escalera y tomada de los dos pasamanos de sus costados, el especialistas en Policiales le escribió: "Esa baranda merece una buena lustrada". La afirmación, que es tan precisas que casi no deja lugar a la imaginación, logró que su pareja se sonroje. Es que sólo contestó con una larga serie de "jajaja", con lo difícil que es dejarla sin palabras.
En la misma foto, la periodista tenía una blusa plateada y brillante, que terminaba más parecida a un top, con mucha exhibición de piel. "Lo buena que estás, che. ¡Qué feliz me hace la reaparición del ombligo!", le comentó después Barbano, sin miedo a la vergüenza que atentó contra él durante la entrega de los famosos galardones argentinos. "Todo tuyo, mi amor. El ombligo is alive", contestó su pareja, en una nueva demostración pública de ciertas confesiones privadas que se harán entre ambos.
"Me impacta como prendés fuego la humilde puerta de la cochera", fue otro de los comentarios fogosos que dejó Barbano en las publicaciones de Calabró. "Sos vos, mi amor. Es el Rolando Effect", celebró Marina en su respuesta e inaugurando un término en inglés en relación a lo que le genera a ella el amor que él le transmite.
En otra publicación, luego de dejar una serie de "fueguitos", el periodista policial le agregó una frase muy particular: "Este lomo a la pimienta es un escándalo". La respuesta de Calabró, que comenzó con muchas risas, también apeló al humor, pero sin dejar de mostrarse seductora con su novio: "¡Muy ochentas el lomo a la pimienta!". Aunque, detrás de la frase, dejó otra palabra entre paréntesis: "Tuyo", como queriendo decir que el lomo le pertenecía a él.
La última de estas frases directamente expuso la fogosa realidad que estarían viviendo ambos periodistas. En esta ella se veía con lentes negros junto a la escalera de su hogar. "Pero, amor. ¡las gafas de interior son un quemo! ¿Tuviste una mala noche", quiso saber Barbano. "Tuve una noche tan fabulosa que necesito gafas", confesó Calabró, bien picante.