En este ambiente tan efímero como es el artístico, donde día a día, semana a semana o mes a mes surgen nuevos cantantes o estrellas que sólo duran un suspiro, cumplir 40 años de vigencia es un logro que pocos pueden darse el lujo de concretar. Este, claro está, es el caso del coro Kennedy, el grupo musical dirigido por Raúl Fritzsche, que el próximo 22 de agosto cumplirá las cuatro décadas de vida. "En el 83´ nacía la democracia y nacía el Coro Kennedy. Son 40 añitos, que no son pocos", sostuvo el propio director del coro en una charla imperdible con BigBang y prometió una celebración a la altura de todos estos años de vida.
Más de allá de incorporar a las mejores voces del país y de haber compartido escenario con artistas de la talla de Mercedes Sosa, Charly García, Milton Nascimento, Ricky Martin, Enrique Iglesias, Alejandro Lerner, Fabiana Cantilo, Los Chalchaleros y María Marta Serra Lima, entre muchos otros, el coro Kennedy es reconocido a nivel mundial por la UNESCO, no solo por su compromiso artístico sino por la fuerte responsabilidad social.
Sin ir más lejos, a lo largo de estos 40 años pasaron por sus filas más de 10 mil integrantes y, cada uno de ellos, participaron en shows benéficos y colaboraron con comedores y hospitales de todo el país. Para ser claros, el coro Kennedy fue uno de los primeros en prestar sus voces cuando ocurrió la tragedia de Cromañón, participó de la Carpa Blanca de los docentes y en distintas campañas de las Madres de Plaza de Mayo.
También fueron parte de los familiares de víctimas del atentado a la AMIA y Madres del Dolor, y los primeros en darle una mano a Margarita Barrientos para que pudiera darle de comer a chicos y grandes. "La música terminó siendo una excusa. Empezamos a darnos cuenta que cantar solamente para después terminar y volver a casa... algo vacío quedaba. Entonces empezamos a hacer conciertos solidarios, por medicamentos, por alimentos, por útiles, nos empezaron a llamar para reclamos por la marcha de Justicia de gente que ya estaba destruida, destrozada y no podía decir una palabra, como AMIA, por ejemplo", le explica Fritzsche a este portal.
Y agrega: "Para darte una referencia, un 31 de diciembre, cuando todos los integrantes del Coro Kennedy estaban en sus respectivas casas, nos avisan lo de Cromañón, nos pusimos en cadena y cuando nos quisimos acordar estábamos en la puerta de Cromañón apoyando a las víctimas y cantando. La excusa fue la música, pero la columna vertebral hoy es la solidaridad y la acción social".
Por esta razón, este coro, que surgió en 1983 con tan solo quince estudiantes (hoy son más de 200), cuya voz y canciones predilectas son las de Freddie Mercury y Queen, que pasó por distintos géneros, tocó en todas partes del mundo y ayudó a miles de personas en todo el país, es una pieza fundamental de este suelo. "Estoy conforme con el camino recorrido, mi ilusión era que cantara todo el mundo y cantar sana un poco el alma. Hemos cumplido la misión", señala su director.
Pero....¿cuál fue el momento de explosión del grupo? Para saberlo hay que remontarlos a la década de los 90´, cuando la televisión argentina era liderada por un joven Marcelo Tinelli. Fritzsche no lo duda y asegura que el punto de inflexión fue la aparición del coro Kennedy en Ritmo de la noche, el exitoso show que conducía el hombre de Bolivar y que superaba fácilmente los 40 puntos de rating.
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Según recuerda, la producción los contactó para acompañar a Paul Anka, quien necesitaba un coro para una de sus canciones, “Freedom for the world”, No lo dudaron, aceptaron el desafío y ensayaron en inglés de manera ardua hasta que llegó el gran día, aunque Raúl no recuerda de la mejor de las maneras aquella velada en la que entendió cuál era el verdadero idioma de la televisión. "Lo más gracioso de todo, de aquella participación, es que nos matamos ensayando, hicimos de todo y cuando vamos a cantar, escuchamos un grupo de gente cantando que no éramos nosotros. ¡Claro! los tipos, a todo esto, tenían todo grabado y necesitaban solamente a un grupo de cara ahí", recuerda, entre risas.
En un mano a mano con este sitio, Raúl Fritzsche habló de todo: los 40 años del grupo, sobre aquella participación en el programa que conducía Marcelo Tinelli, las campañas mundiales de lucha contra el SIDA y por los Derechos del Niño de UNICEF, y de cómo impactó la pandemia al coro y el ámbito artístico en general. "La actividad se resintió en un principio, pero creo que sólo hizo adelantar simplemente lo que iba a ocurrir en los próximos 20 años", expresó.
La nota con Raúl Fritzsche, el director del Coro Kennedy
El 22 de agosto el coro cumplirá 40 años, ni más ni menos....- En el 83´ nacía la democracia y nacía el Coro Kennedy. Son 40 añitos, que no son pocos
¿Están preparando una celebración con grandes invitados para estar a la altura de esta larga trayectoria?
- Flor de compromiso poder hacer algo que esté acorde a los 40 años de esta historia. Por eso estamos preparando algo para la calle Corrientes, en noviembre estaremos por allá. No va a ser una despedida, sino que nosotros siempre decimos que recién arrancamos.
La sorpresa más grande tiene que ver con el repertorio y lo que venimos haciendo durante años: hemos paseado por muchos escenarios con Ricky Martin y Ricky Montaner hasta con (Juan Carlos) Baglietto. Entonces casi que no ha quedado artista argentino o latinoamericano que no compartió escenario con el Coro Kennedy. Entonces queremos ponernos las pilas, sobre todo por estos 40 años de recorrido y toda la gente que estuvo con nosotros arriba del escenario.
Hablando del repertorio, van de género en género. ¿Esto por qué se da?
- Quizás un poco de casualidad. nosotros empezamos como un coro clásico, recién salidos del conservatorio. Y un día, casi sin querer, en el programa de Tinelli necesitaban un coro porque en ese momento venía Paul Albert Anka a la Argentina. Y bueno, nos animamos a hacer eso y a partir de ahí, vino una catarata donde compartimos escenario con todos los cumbieros acá en la argentina y para la televisión, hacernos amigotes de Raúl Porchetto, cantar con Los Pimpinelas y hemos paseado realmente por todos los géneros, lo que nos dio a entender que la gente quería eso de los coros porque siempre la palabra coro estuvo asociada a lo aburrido o a lo solmene.
Entonces desandamos un camino diferente y al haber pasado 40 años quiere decir que tan errados no estuvimos. Se ve en el día a día con la gran cantidad de cantantes que surgen, que son una explosión y en dos o tres años se acabó eso. Mantenerse vigente 40 años es el mayor desafío que hemos enfrentado.
Dieron apoyo a causas sociales, a comedores, hospitales, prestaron sus voces a la carpa blanca de los docentes y campañas de Madres de Plaza de Mayo...¿Es la solidaridad la Columna vertebral del grupo?
- La música terminó siendo una excusa. Empezamos a darnos cuenta que cantar solamente para después terminar y volver a casa... algo vacío quedaba. Entonces empezamos a hacer conciertos solidarios, por medicamentos, por alimentos, por útiles, nos empezaron a llamar para reclamos por al marcha de Justicia de gente que ya estaba destruida, destrozada y no podía decir una palabra, como AMIA, por ejemplo. Para darte una referencia, un 31 de diciembre, cuando todos los integrantes del Coro Kennedy estaban en sus respectivas casas, nos avisan lo de Cromañón, nos pusimos en cadena y cuando nos quisimos acordar estábamos en la puerta de Cromañón apoyando a las víctimas y cantando, También estuvimos en la marcha de Blumberg, con una foto con más de un millón de personas que recorrió el mundo. La excusa fue la música, pero la columna vertebral hoy es la solidaridad y la acción social.
Obviamente, todas son importantes pero ¿Cuáles te impactaron más?
- Sería muy difícil estar definiendo cuál, pero tengo pequeñas imágenes. Yo conocí hace muchos años a una persona que vivía en una pequeña casita y tenía una sola olla con la que intentaba darle de comer a muchos niños. La anécdota comienza así porque esa persona no tenía nada, llegamos nosotros, comenzamos a ayudarla y esa persona es Margarita Barrientos, quien más allá de los piletones ha hecho un barrio. Ellas son las más ejemplificativas, porque era una persona en una villa miseria que pedía ayuda y fijate vos, por desgracia por un lado, en qué se convirtió toda la realidad en los barrios de Bajo Flores. No sé cuál fue la primera causa, pero se nos ocurrió que uno de los integrantes del coro sea una de las primeras víctimas del VIH. Cuando recién comenzaba todo nos pusimos en campaña, lo pudimos mandar a Francia y hoy es un pibe de más de 40 años que negativizó la enfermedad. Salvar una sola vida justificó la existencia del Coro Kennedy.
¿La pandemia los diezmó? Pasaron de 600 participantes estables a 120 en un momento.
- Con la palabra difícil, te quedás corto. Fue imposible, imaginate que el primer día que dijimos que íbamos a usar al zoom, cien personas se engancharon. Cuando dí la orden para que empezáramos a cantar, era una bataola de sonidos y de ruidos porque no nos dimos cuenta que el Zoom no está preparado más que para una charla de dos personas al mismo tiempo. intentamos todas las maneras, primero empezaba uno y después el otro. pero imaginate que si vos eras el número 92 y eran 5 minutos por persona, tenías que quedarte seis días, más o menos, en el Zoom. Llegamos a ser casi 50 personas nada más que pudieron soportar esto. Porque, además, de alguna manera decían que cantar era casi asesino; era transmitir...no había manera de juntarse, con barbijos o máscaras era imposible cantar. Así que de 50 personas de 200 o 300 que éramos en 2019 y hoy puedo decirte que somos más de 200, lo cual nos volvió el alma al cuerpo. Si esto no paraba, no solamente por lo terrible de las muertes, porque de alguna manera cantar era vocacional para la gente, aunque para mi era un trabajo... fue un mundo realmente en silencio.
Se lanzó una convocatoria hace algunos meses para renovar la base del coro, ¿no? ¿Hay requisitos?
- Tenemos un coro al que llamamos "coro ducha", que es el primer nivel, hasta un coro casi profesional a cappella. Podés entrar en cualquiera de esas categorías, pero tenés que saber que todo el que habla puede cantar.
¿Crees que se resintió mucho la actividad en la pandemia?
- Sí y no. La actividad se resintió en un principio, pero la capacidad que tenemos nosotros los artistas y los seres humanos de transformarse ha sido increíble. De alguna u otra manera, comenzaron a aparecer opciones de hacer recitales a través de los medios digitales y apareció una nueva opción laboral. Creo que sólo hizo adelantar simplemente lo que iba a ocurrir en los próximos 20 años.
¿Cuánto cuesta movilizar al coro?
- Ese es el gran tema. Primero tiene que ver con que el coro es vocacional. Algunas empresas han intentado financiar al coro, pero eso tenés que pagarlo tarde o temprano de alguna manera. Así que tratamos de mantenernos independientes. El otro día volvimos de Río Negro, de Villa Regina, y no había manera de pagarlo, pero a través de un conocido de un conocido, nos bancaron el micro, la municipalidad se encargó de la comida y el alojamiento.
Lo que hacemos es tratar de aceptar todas las invitaciones tratando de que distintas personas, agrupaciones o instituciones, se hagan cargo de las necesidades de alguien cuando viaja. El coro tampoco cobra para que la gente vaya y todo lo recaudado va para una asociación sin fines de lucro.
40 años después, definime con tus palabras qué es el coro para vos y para todos los que lo integran...
- Nosotros buscamos para este año un título para este espectáculo y descubrimos lo que más se acercaba es la frase "Cruzando fronteras". Vivimos siendo irrespetuosos e insolentes, tratamos de llevar la música para otro lado y cruzar fronteras artísticas y musicales. No hubo farreras ni fronteras para pararnos. Estoy conforme con el camino recorrido, mi ilusión era que cantara todo el mundo y cantar sana un poco el alma. Hemos cumplido la misión.
¿Fue la aparición en aquel programa de Tinelli , Ritmo de la noche, el que allanó el camino? ¿Cómo recordas aquel día?
- Ayudó mucho, más que nada porque Marcelo (Tinelli) no quería un solo coro. La palabra coro no iba con la tele, pero como con contrato tenía que poner un coro para acompañar a Paul Anka, nos metió y cuando vio que el rating le fue interesante al ver tanta gente cantando, ahí empezamos una seguidilla y casi durante cuatro años seguidos terminando cerrando los programas de Tinelli.
Y en esa época estamos hablando de 40 y pico puntos de rating. De alguna manera nos catapultó, pero lo más importante de todo no fue que la gente nos conoció, sino que al otro día hacíamos un concierto solidario llenábamos las góndolas de la gente que venía, por chusma un poco, para ver quiénes éramos, pero nos ayudaba a conseguir nuestro objetivo que era ayudar a otros.
Lo más gracioso de todo, de aquella participación, es que nos matamos. ¡Imaginate! Venía Paul Anka a la Argentina, una canción que se llamaba freedom (libertad) y él la hacía en todo Estados Unidos con coros con tremendas voces. Nos matamos ensayando, hicimos de todo y cuando vamos a cantar, de pronto arranca la canción, comenzamos a cantar y escuchamos un grupo de gente cantando que no éramos nosotros. ¡Claro! los tipos, a todo esto, tenían todo grabado y necesitaban solamente a un grupo de cara ahí. Fue un desastre tremendo, desde lo personal porque musicalmente salió bárbaro, y ahí descubrimos el idioma de la televisión. Fuimos el primer coro o grupo que empezó a hacer playback en la televisión, que era algo impensado para un coro. Fue terrible, la pasamos como el orto, mal, sabíamos que no éramos nosotros más allá de que la gente no se daba cuenta. Lo que ensayamos en inglés encima.