23 Septiembre de 2021 15:43
La investigación sobre la muerte de Diego Armando Maradona sigue su curso. En las últimas horas, declaró ante los fiscales de San Isidro, Luciano Strassera -abogado y ex novio de Gianinna Maradona que visitaba al Diez en carácter de personal trainer- y aseguró que durante los tres meses que intentó entrenar a su ex suegro lo había notado "deteriorado" no solo desde lo físico, sino también cognitivamente.
De hecho, sostuvo que el astro "no conectaba" por momentos con su entorno y que esta postura coincidió con un "cambio de medicación" que hicieron sus médicos. Los fiscales Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra lo citaron como testigo porque entre agosto y octubre del año pasado había sido convocado por el propio Maradona para que lo ayudara a entrenarse, rutina que realizaban cuando era el novio de su hija.
En su declaración en el marco de la causa que investiga la muerte del ídolo, Strassera -que terminó su relación con Gianinna en 2015- contó que conoció al ex DT de Gimnasia en 2013 y explicó que, más allá de la relación "yerno-suegro", el vínculo entre ellos también "se potenció mucho por Benjamín", el hijo que Gianinna tuvo con Sergio "Kun" Agüero. "A Diego lo conozco en el año 2013, en calidad de yerno porque estuve de novio con su hija Gianinna por tres años", detalló.
Y sumó: "Los dos teníamos un amor especial por 'Benja', y eso fue algo que nos unió hasta el día de su muerte". De acuerdo con su propio testimonio, al terminar la relación con Gianinna, el vínculo que lo unía con maradona nunca se desvaneció hasta el punto que se hacía un hueco en su agenda para visitar al ex capitán del seleccionado argentino.
Sin ir más lejos, reveló que fue el propio Maradona el que lo llamó personalmente cuando se mudó a la casa ubicada en el country de Brandsen -cuando asumió como DT de Gimnasia- para pedirle que volvieran a "entrenar juntos" porque, según le explicó, "quería ponerse bien para el día en que cumplía 60 años". Cabe recordar que Diego se había mudado en plena cuarentena a un country en Berisso para estar más cerca de actividad laboral.
Vivía en Bella Vista y el traslado se hacía pesado, pero allí las restricciones para el ingreso de personas eran demasiado rigurosas y eso no lo tenía contento. Para sus 60 años, cumplidos el pasado 30 de octubre, un mes antes de su muerte, buscaba celebrarlos con todos sus hijos. Pero un episodio controversial que trascendió por entonces había tirado por la ventana los planes.
El sábado 17 de aquel mes, estaban en su vivienda sus hijas Gianinna -que había ido de visita- y Jana -más presente, se quedaba a dormir allí-, su ex Verónica Ojeda con su hijo Dieguito Fernando, y los habituales colaboradores del Diez. En un momento Maradona quiso tomar vino -según cuentan los presentes-, hecho que desencadenó en una disputa verbal que fue subiendo el tono y que terminó con el grito final de Diego “echándolos a todos de ahí”.
Gianinna le habría reprochado a su padre sus deseos de tomar alcohol -pidiéndole que no lo hiciera por su salud-, él se ofuscó y comenzó una discusión en la que todos opinaban a favor y en contra de tal ingesta hasta que el dueño de casa terminó el debate alegando: “Tengo 60 años y hago lo que quiero”. Acto seguido, dijo que no quería una fiesta de cumpleaños de ningún tipo y que estaba “harto” de que todo el mundo se meta en su vida.
En este contexto, Strassera contó que a pedido de Maradona comenzó a ir "tres o cuatro veces por semana" a esa casa de Brandsen junto a un preparador físico al que, a pedido de la Fiscalía, identificó como "Nicolás Italiano"."Yo creí que íbamos a poder entrenar juntos. Pero su estado físico era muy distinto al que imaginaba. Le costaba caminar. El plan original de entrenar juntos pasó a ser lograr que volviera a caminar", describió el ex de Gianinna.
Además, resaltó que al diego no lo veía desde el mundial que se disputó en Rusia en 2018. "Yo no lo veía desde el mundial de Rusia. Me llamó mucho la atención el deterioro físico que vi en él", dijo y comentó que había que "asistirlo para caminar, para sentarse o para cambiarse" y que sabía que "era producto de la operación de la rodilla" a la que su ex suegro se había sometido.
Sin embargo, Strassera remarcó que "también cognitivamente se lo notaba desmejorado", especialmente desde mediados de septiembre del año pasado cuando iba a visitarlo y "estaba durmiendo" y "no quería entrenar"."Eso coincidió con el cambio de medicación", subrayó y recordó que Maximiliano Pormargo, el asistente personal de Maradona que convivía con él, le dijo que quien lo había decidido era "la doctora (Agustina) Cosachov", la psiquiatra ahora imputada en el expediente.
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Si bien explicó que había visto y convivido con "gente medicada", resaltó que a Maradona "se lo veía como muy apagado". "A partir de ahí, hay un antes y un después en el estado cognitivo. Diego, a partir de esto, empieza a estar la mayor parte del día durmiendo, y hablando muy poco. Por ende, todo ese progreso que habíamos hecho en la parte física, empezó a ir para atrás. Le costaba caminar devuelta, hablar y se lo veía hinchado. Yo lo veía demasiado medicado", agregó.
En este marco, Strassera también recordó que, en ese momento del cambio de medicación, fue cuando conoció al otro principal imputado en la causa: al neurocirujano Leopoldo Luque. "Recuerdo que me dijo que le habían hecho chequeos y que estaba perfecto, pero me resultó raro porque no se lo veía bien. Cuando uno preguntaba, la respuesta era siempre que los chequeos estaban bien, pero los chequeos nunca aparecían. Nadie tenía acceso a ellos", señaló.
En otro tramo de su declaración, narró cómo lo vio a Maradona durante el día de su cumpleaños n°60, el cual fue su última aparición pública y donde se lo vio deteriorado. "Lo vi en un estado como si fuera de dormido; adonde iba, estaba como muy dormido. Recuerdo que estábamos mirando goles de él, que era algo que siempre lo hacía reaccionar, hablar de sus goles y partidos, pero ni siquiera miraba la tele. No conectaba con nadie. Quería estar solo", detalló.
El abogado también contó que en charlas que tuvo con Maradona en ese período, el excapitán de la Selección Argentina le dijo que "estaba en la mitad de su vida y quería vivir 60 años más" y que su deseo para el cumpleaños era "reunir a todos sus hijos". Al final de su testimonio, el ex de Gianinna se tomó unos segundos para referirse a la casa que hospedó al Diez por última vez y le dijo a los fiscales que, sabiendo el nivel de vida que tuvo Maradona en lugares como Dubai, tanto la casa de Brandsen como la de Tigre -a la que conoció porque ayudó a la familia a desmontarla-, le "llamaron la atención, porque siendo la estrella que era, con su pasar económico, esas condiciones no eran las adecuadas".