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Del brillo de las marquesinas a la agobiante discriminación: el detrás de la vida "drag queen"

BigBang dialogó con Kairo Samara, quien desde muy chiquito se vio atraído por el mundo de la actuación al ver a artistas de la talla de Gasalla, Urdapilleta y Tortonese.

07 Mayo de 2023 08:00
NRO-285

Cae la noche en la Ciudad de la furia. Dándole paso a la sensualidad, el glamour del bar Peuteo, con luces neón y un ambiente dramático nos recibió Kairo Samara. Desde muy chiquito, se vio atraído por el mundo de la actuación con grandes referentes. “Nací absorbiendo mucho de Gasalla, Urdapilleta y Tortonese, que son los artistas increíbles de una época muy dorada, lo mejor de la televisión; yo cuando era chique los miraba y miraba, y decía ´wow, estoy viendo actores que hacen transformismo y que hacen algo más exagerado´, yo sin entender todavía lo que era porque era muy chique”. De esta manera arranca esta historia, una en la que Kairo es el protagonista con todo lo que eso implica.

Así fue como de a poco fue interesándole ser la figura de lo mejor de las noches porteñas, sueña con que “la gente me vea y diga que buen actor que buen artista, porque al fin y al cabo, Gasallla, Urdapilleta, tortonese y demás eran grandes transformistas de de la televisión y grandes drag queen si es que se le puede decir así, ya que en esa época era transformismo”. Aunque aclara que no fue ni es un camino fácil, ya que tiene que lidiar con la falta de información, el maltrato, destrato, las distintas fobias por las que puede llegar a transitar una personal, insultos y desprecio, entre muchas otras cosas que dificultan el camino. "El trauma por ser ´diferente´ siempre está latente", le dice a BigBang

Kairo Samara deja muy en claro que su intención no es ser mujer y sí explorar el arte que hay detrás del movimiento drag: “Yo no estoy explorando querer ser mujer. Yo lo que estoy explorando en mi visión artística es romper etiquetas, que lo digo siempre, pero justamente va por ese lado”. Y es que su "Drag" es diferente, ya que son muy poco los artistas que usan barba con maquillaje, por eso también agregó: "Yo no quiero ser mujer, yo lo que quiero es que la gente entienda que siendo, sintiéndome hombre o como sea que a veces me siento, no rotularme en un género y fluir en todos, sentir que la gente que me está mirando al otro lado puede pensar lo que quiera, que no necesariamente me tiene que decir él o ella”.

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Con una sonrisa y el maquillaje  que lleva horas de preparación, pasó por cada una de sus facetas, aunque no dudó en resaltar la importancia y la contención de su familia en este proceso. No solo de la actuación drag, sino también en su sexualidad, más allá de que hoy en día no necesita tener una etiqueta o rótulo para subirte a la pasión de este movimiento: "Hay gente que es drag y no es gay, pocos, pero hay y es una realidad. Vos no necesariamente tenés que ser parte de un colectivo para hacer drag, porque es arte”.

Para todos los artistas contar con el apoyo del público es importante, pero contar con el apoyo de la familia aún lo es más, y la familia de Kairo siempre le demostró apoyo desde el minuto uno en sus primeros pasos como artista: “Doy gracias al universo por la familia que tengo. Después por otro lado, el hecho de que cuando empecé a transformarme y a decir soy actor, vengo a estudiar teatro pero quiero jugar con esto, quiero jugar con maquillaje, quiero jugar con una peluca, quiero jugar, porque para mí es un juego”.

Lamentablemente no todo el color de rosa y brillo en el mundo drag, porque la discriminación siempre está a la orden del día. “Yo trabajaba en una fiesta y un día había cruzado al frente, había unos chicos que estaban comiendo y me llamaron ellos para sacamos una foto, y de la nada me revolearon con una caja llena de broches y me la pegaron en la cabeza”.

En la década de los 90´ y 2000, siempre fue común que el bullying existiera pero peor aún es que se normalizara y muchas personas siempre lucharon contra eso. incluso llevando a la muerte a millones de personas, porque el trauma por ser “diferente” siempre está latente: “En la primaria me cagaba a trompadas y yo me escondía en los moretones para que no me vean mamá y papá, y se enteraron recién de grande de lo que viví de chique”, recuerda con cierta angustia Kairo.

Gracias a esas discriminación, rencor y maldad salen algunas personalidades del mundo drag donde se puede ver una especie de “enojo” por lo vivido, desarrollando en muchos un "drag oscuro" “Siento que esas personas, no todas, agarran ese papel de yo fui víctima de algo y tengo que ser ahora el victimario, o la victimaria y tengo que generar un personaje, un alter ego, que me transformé en algo negativo, por todo lo que viví”.

Sin embargo, para Kairo no es necesario caer en esa victimización “Mi drag, no está apuntado a ser la mala, yo quiero comunicar, entonces si yo puedo comunicar algo positivo, bueno y generar un espacio diferente, lo voy a hacer”. Cuando hablamos de discriminación, cabe destacar que no solo es de la persona heterosexual, también está muy instalado el bullying y la discriminación por parte del mismo colectivo LGTBQ+ a la hora de mirar a sus pares: “Cuando arranqué con esto hace casi 12 años atrás que me dejé la barba, básicamente me preguntaban todo el tiempo, ¿por qué lo haces? ¿Por qué te dejas la barba? ¿Por qué no te pones pancha? ¿Por qué no? Porque no quiero ser mujer, no me interesa”.

Obviamente la discriminación se intensifica cuando el artista va creciendo y va logrando el ansiado éxito que muchos desean, por ese motivo le contó a este portal: “Se generaba todo un conflicto todo el tiempo a veces como mucha discriminación y a eso sumale cuando uno va avanzando creciendo”.

Muchas veces damos por sentado que la primaria y la secundaria son lugares donde se aprende de alguna u otra manera y este es el caso de Kairo, que de sufrir mucho bullyng en la primera y la secundaria lo hizo crecer como persona para no devolver lo que en su momento le dieron: “Yo siempre tuve la visión de la vida muy Disney, donde todo se puede, el mundo ideal, que creo también fue un poco lo que me inventé frente a la situación. De repente me encontraba en la primaria, con gente que no toleraba como era mi personalidad, por el simple hecho de no hacerme problema o no estar sufriendo demasiado por determinadas cosas. Por bullying y esas cosas, por lo tanto era bullying constante, trompadas, agresiones, maltratos, mucha violencia de muchas formas y yo deseaba que termine la primaria para ir a secundario”.

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Kairo tiene bien en claro cómo es el ambiente artístico y sabe cómo manejar situaciones donde la sociedad te impone, cómo tenés que ser y cómo tenés que pensar con respecto a otros, pero lo importante en este caso es que su persona y su personaje está diseñado para romper etiquetas, dándose inclusive la oportunidad de educar a la gente: “Seamos parte del colectivo o no seamos parte del colectivo, somos personas. Hay personas buenas, personas malas”.

Y nos dio un claro ejemplo de cómo la sociedad piensa en muchas ocasiones: "El otro día estaba en un Uber que me decía ¡Ay, yo tengo un montón de amigos gay! Y hay otros que a lo mejor se enojan por eso yo no me enoje, y me dijo son re buenos ustedes lo frené y le dije ojo lo que está diciendo porque somos personas y hay gente buena y gente mala”.

Dicen que detrás de cada hombre hay una gran mujer y este es el caso más emblemático de esa famosa frase, ya que su mamá no solo es parte de su apoyo diario, también es parte de su staff ya que le ayuda a realizar todos los looks increíbles con los que se presenta: “Por suerte y estoy agradecide de eso, tengo una mamá, que ella me hace todos los outfits básicamente, tengo 2 que no, que me los hizo un amigo que se llama Gonzalo, pero todos los outfits desde que arranqué mi vieja me los hizo”. Contar con el apoyo de la familia es indispensable para nuestro artista invitado pero su madre se convirtió en su gran pilar de apoyo para lograr esos outfits llenos glam, pero sobre todas las cosas de mucho amor. Pienso el día de mañana, tal vez mi mamá no esté, y a mí me queda todo esto que creó para mí, y que está hecho con amor, que está hecho con muchas puteadas también, porque nos matamos a veces, pero eso está bueno decirlo porque somos seres humanos y nos pasa, pero digo el amor que tengo de familia y del lado de mi vieja haciéndome el vestuario, eso no me lo quita nadie”.

Ante la situación económica fuerte del país, fue casi imposible no preguntarle si es posible vivir del arte del drag cuando hace poco dejó un trabajo que le propinaba un sueldo fijo por mes trabajando de lunes a viernes: “Yo creo que tiene que ver con un chip que tenemos en la cabeza y que lo tuve mucho tiempo hasta el año pasado, de que no podía. Yo tuve un chip muy grande de que vos querés ser artista, está buenísimo, te apoyamos, pero no vas a poder vivir de eso, tenés que trabajar una oficina de lunes a viernes, o sea, lo mejor que te puede pasar es de lunes a viernes con horario fijo y con un sueldo fijo, es lo mejor. Bueno, y eso es lo que consumí”.

Somos conscientes que al ritmo en el que vivimos hoy en día es casi imposible tener más de 2 trabajos y por es,  nuestro entrevistado se aventuró después de muchos años de terapia a realizar lo que más le gusta: “Hoy yo tomo la decisión de querer hacerlo porque quiero vivir de lo que amo, ¿por qué no hacerlo? Es el momento, claro. Es una decisión ya tomada y ahí entendí que la vida es un conjunto de decisiones si vos no decidís estás en un estado de confort todo el tiempo y la realidad es que si no me va bien , bueno buscar un laburo y veré cómo sigo”. Hoy, gracias a que se animó, Kairo puede vivir de lo que le apasiona gracias a su esfuerzo y valentía a la hora de elegir sus proyectos laborales y de vida.

Pero no todo se logra con amor y esfuerzo, también tenés que tener una disciplina para que funcione en este caso Kairo nos cuenta que base de su éxito es justamente ser responsable: “Hacelo, laburá, se responsable y entiende que esto no es el reality de RuPaul, porque no hay nada más pedorro y pensamiento absolutamente básico de pensar que la vida es un reality show y no, esto es laburo estoy trabajando tengo mis horarios tengo mis tiempos tengo mis gastos tengo mis cosas y tengo mi presupuesto”.

La actualidad se hizo presente en la entrevista con un tema muy delicado que está tocando a todos muy de cerca, como es el caso de Jey Mamon con Lucas Benvenuto y la pedofilia, no dejamos pasar la oportunidad de pedirle su opinión al respecto de un caso tan delicado que también afecta a la comunidad LQTBQ+: “Es un tema muy delicado que a veces uno puede opinar siempre como espectador. Yo no lo viví, yo no juzgo a nadie soy la persona que intenta no juzgar a nadie. Obviamente si es un violador, si es un asesino, obviamente cada persona lo sabe y hay una justicia que se encarga de eso; creo que está buena la justicia social que se puede generar. Me parece excelente por un lado porque es lo que no hace la justicia real, pero en general creo que está de moda la cancelación, ¿no?” y agregó: “A veces lo vemos en la tele que hablan como si fueran, que están hablando de comprar un caramelo. Y no hay una información”.

Cuando entramos en un tema tan delicado como es el abuso, nos encontramos con un Kairo mucho más sensible al recordar lo que le paso en su vida desde temprana edad sufriendo abusos: : si, creo que el abuso estuvo en el momento que te digo todo el bullying que sufrí, esos abusos. O sea, hubo abuso de autoridad, abuso de poderes, abuso de fuerza, de humanidad. Sí, porque había muchos abusos y también había abusos cuando le contabas al profesor y no te decía nada. Con gran personalidad y con una opinión muy firme nos dio a conocer lo que piensa de la religión Yo tengo un pensamiento y es que no creo en las doctrinas, no creo en la iglesia. Sí creo que hay algo más, por eso le digo “universo”, creo que hay energía, creo mucho en esas energías, pero no creo en la iglesia como parámetro, ni como parámetro de cómo tiene que ser una sociedad.

Hoy en día se lucha contra cabezas cerradas y corazones duros, pero la lucha no está perdida en un mundo donde existen personas como Kairo Samara, que nos hacen reír y disfrutar del arte sin temor a ser etiquetados, señalados o golpeados por una sociedad donde la hipocresía siempre está en prioridad.