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Del fraude a las denuncias por abuso: cómo hizo Ojos que no ven para mantenerse al aire

El ciclo comenzó en la primera semana de enero y ya tiene en su haber un gran número de fraudes.

13 Abril de 2018 20:28
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No es el programa más visto de la tarde (promedia aproximadamente cinco puntos de rating), aunque desempeña un digno papel, y tampoco es el ciclo con más audiencia de canal Trece. A pesar de esto, Ojos que no ven -el programa que conduce Andrea Politti de lunes a viernes- se ganó el premio a los más comentado en las redes sociales de 17 a 18.30. Durante el transcurso de esos 90 minutos, el programa genera un gran revuelo producto, claro está, de los constantes casos de fraude que exhibe desde su debut en la pantalla chica.

Andrea Politti, la conductora de Ojos que no ven.

Con el tiempo -el programa debutó el 8 de enero de este año- los engaños en el ciclo que conduce Politti se convirtieron en moneda corriente. Sin ir más lejos, este martes el participante Tomás llegó a Ojos que no ven para conquistar a Jésica. Hasta ahí, una historia de amor entre un paseador de perros y la dueña de uno de los adorables canes.

Jésica en Ojos que no ven.

Con lo que no contaba la producción, como no lo viene haciendo desde principios de año, es la exposición del programa en las redes sociales y la gran participación de los internautas. Es decir, en tan solo 15 minutos del ciclo del último martes 10 de abril, varios usuarios identificaron a Jésica y revelaron que estuvo a finales de enero en el programa de Guido Kaczka.

Jésica en La Tribuna de Guido.

Sí, señor. La joven y bella mujer que esta semana se derritió al ver como Tomás sostenía a su supuesto perro de nombre Simón, es la misma que intentaba ganarse un auto 0km hace tan solo tres meses. Esto demuestra que casi todo lo que vemos en la TV es mentira, exceptuando -aunque no siempre- a los informativos, y que todo se recicla, ya que llama la atención aún más que los programas de la misma señal compartan participantes.

Jésica en Ojos que no ven

Jésica en La Tribuna de Guido

Hasta el momento, el programa suma cinco casos de fraude y el restante despertó cierta polémica por una supuesta denuncia por abuso sexual incluido que repasaremos de forma breve a continuación: durante los primeros programas de "Ojos que no ven", se dio a conocer que el reencuentro amoroso entre Gabriela y Alejandro después de 30 años fue mentira. Al igual que la historia de amor de Melany y Axel, dos amigos de toda la vida que presuntamente no se animaban a confesar su amor.

Grabriela y Alejandro, en el programa

Indignación en vivo: las redes deschavaron un reencuentro "trucho" en "Ojos que no ven"

Grabriela y Alejandro, antes del programa

La verdadera historia de  Gabriela y Alejandro lleva ocho años.

Todo había ocurrido en la misma semana. El primero de los casos tenía como protagonista a Alejandro Virlante, quien "muerto de amor" contó que conoció a Gabriela en 1984 en el Colegio Nacional Urquiza, de Flores. Sin embargo, las redes sociales son tardaron en dar a conocer la verdad y revelaron que ambos llevaban juntos ocho años.

Dos días más tarde, el programa de Politti buscó recuperarse de las críticas dando a conocer la historia de Melany Sivori, quien supuestamente había conocido a su amigo a los siete años y había quedado perdidamente enamorada de él. Pero este, también fue otro fraude, ya que ambos tenían una relación consolidada desde hace mucho tiempo en las redes.

Melany y Axel, en el programa

otro caso que no era real en el programa "Ojos que no ven"

Melany y Axel, antes del programa

El mensaje de Melany a su suegra, la mamá de Axel.

A estos casos se le sumó el de Salvador López, un hombre de origen español que quería conquistar a su compañera de tango: Liliana. El oriundo de Murcia se mostraba confiado -¡y con razón!- de que podía seducir en vivo a su compañera de baile.

Algo que logró al final del programa, cuando Liliana se arrimó a su lado y con un fuerte beso aceptó la relación. Lo insólito de esto es que ambos ya estaban casados desde hace un tiempo.

Salvador y Liliana, en el programa

Los recién casados muy felices. 

Salvador y Liliana, antes del programa

Salvador y Liliana, felizmente casados.

Más tarde, presentaron a Ludmila -una presunta boxeadora- y a Mauricio, oriundo de Chile, quien al parecer es el psicólogo deportivo que viene tratando con la joven desde hace poco más de ocho meses. Esta vez, fue ella la que no podía sacar de su corazón al psicólogo, por lo que decidió jurarle amor eterno frente a las cámaras. O algo así.

Este portal pudo averiguar que Mauricio Morales es efectivamente de nacionalidad chilena -tal y como lo presentó el programa- y que, además, es psicólogo, aunque no deportivo. También es fanático de Bon Jovi, hace Kick boxing y lo cierto es que también es actor, un detalle no menor en esta historia porque Ludmila lejos del boxeo es modelo.

Mauricio y Ludmila en Ojos que no ven. 

De nombre Luz Barbosa-al menos artístico- la bella mujer es un experimentada modelo de desnudo artístico y sus últimas producciones fueron bajo la lente de Walter Belfiore, fotógrafo especializado en desnudos artísticos. Con tan solo ingresar a la página oficial de Belfiore, se puede ver como Ludmila posa suelta de ropa junto a otras dos modelos.

¿Se enamoró de su psicólogo boxeando o modelando?

Con el dato de Tomás y Jésica revelado, solo nos queda hablar de lo ocurrido el último lunes 9 de abril. James Kruger, un joven de 20 años, tenía la intención de conquistar Daiana. Desde el ciclo de El Trece aseguraron que James es músico y bartender, aunque omitieron que sobre él recaerían al menos tres denuncias por presunto abuso sexual.

Al darse a conocer la historia de este chico, el ciclo de Politti se convirtió en tendencia en las redes sociales en tan solo cuestión de minutos. ¿La razón? Distintos usuarios dieron cuenta de las denuncias por abusos del joven. Según las denuncias de varios usuarios, al menos tres estudiantes del instituto Manuel Belgrano fueron abusadas con el joven.

Cabe recordar que Mandarina, la productora del programa, había difundido un comunicado en el que explicaban que a partir de ahora exigirían que los participantes firmen una declaración jurada que confirme la veracidad de las historias. Ahora bien, por lo bajo, en los pasillos de El Trece aseguran que esta actitud comenzó a rendirles producto de lo “bizarro” de los casos.

La razón es simple, aunque no deja de ser llamativa. Bajo la premisa de “el show siempre debe continuar”, los casos de presunto fraude convirtieron al ciclo de El Trece en algo muy popular que trasciende generaciones. Y hasta hay usuarios en las redes sociales que aseguran que no puede ver el ciclo de Politti si no tienen la cuenta de Twitter abierta a su lado.

Pero sería ingenuo pensar que el programa se mantiene al aire solo por el “morbo” que podría llegar a causar en sus televidentes los hechos de fraude. El programa también sumó cambios para renovar la propuesta. Al mejor estilo de “Solos y solas”, el ciclo apostó también a que una persona tenga que elegir entre cuatro diferentes candidatos.

El participante en cuestión deberá tomar la decisión final y seleccionar a su pretendiente entre los cuatro postulantes. Al mismo tiempo, el estilo tradicional también sufrió cambios frescos: ahora los participantes simulan -con los ojos cubiertos- una primera cita, donde a partir de una escenografía se recrea una salida como puede ser, por ejemplo, el cine.

A poco más de tres meses de su debut, Ojos que no ven logró consolidarse en las tardes de El Trece a base de esfuerzo, cambios y, ¿por qué no?, algunos casos polémicos de participantes que lograron sortear, a veces con altura, y otras tantas ignorando por completo la situación.