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Diego Reinhold en BBN: “Estoy con muchos proyectos pero no soy adicto al trabajo”

Es director de “La Pipetuá, Ensueños” y  sigue adelante con Hogar Mariposa, donde viven niños que esperan una decisión judicial para ser adoptados.

por Eli Salas
29 Julio de 2023 08:00
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Delante o tras bambalinas, la premisa de Diego Reinhold es siempre la misma: honrar la creatividad al servicio de la escena. Como una condición inalterable en el tiempo, donde lo artesanal es parte natural del proceso. “Tengo el abanico súper abierto. Dependiendo el proyecto y las formas de laburo, cada cosa se evalúa con las condiciones de cada momento”, dice el artista integral que, en su segundo año como director de “La Pipetuá, Ensueños” (también dirige “Mi madre, mi novia y yo”) da sala en el mismo espacio donde debutó con su maestro Hugo Midón.  

“Siempre me conecto con él. Debuté en la Neruda con Midón en los 90, hace 33 años. Y la cabeza me explota cuando estoy ahí adentro. Además estoy contento porque viene mucha gente y el espectáculo tiene todavía más magia que el año pasado”, cuenta el actor a BigBang, que en plena temporada alta y con funciones todos los días a las 15.30 en Paseo La Plaza, propone un viaje tan misterioso como divertido.

 

-¿Cómo es explorar la dimensión de los sueños a través del humor?

-¡Hermoso! Porque se trabaja con los arquetipos que todos tenemos y poder plasmar eso que, a veces, hasta nos da miedo y es tan misterioso e inexplicable, se vuelve muy divertido. Hay mucho ahí para contar. Y es una obra de arte, una pieza donde pareciera que uno está soñando despierto.

-¿Es un mundo que a vos te inquieta?

-A mí me interesa todo. No podría pensar en algo de la vida sin tener en cuenta sobre todo los aspectos del misterio y los arquetipos.

 

-¿Siempre te sentiste un poco director? Incluso antes de abrir ese abanico en tu carrera.

-Creo que sí,  siempre tuve grandes maestros y una visión muy particular de cómo llegar a plasmar las cosas de mejor calidad. Y tenía esa vocación trabajando de actor y tratando de aprender de los directores. Siempre fue un objetivo en algún punto.

-¿Siempre que sea desde un lugar creativo o también te interesa producir?

-Todo me gusta. La producción la probé también, es más estresante, más riesgosa, tiene mucho más que ver con los negocios, pero no deja de ser una aventura y una obra también. No deja de haber creatividad y me da mucha curiosidad.

 

-¿No te has tentado con comprar derechos de alguna obra?

-Nunca, sí  produje una mía que escribí. Me gusta leer obras extranjeras y de autores de acá, pero me importa poco de dónde viene la obra, me importa leerla. No es una cuestión nacionalista, tiene que ver con que no le doy importancia, me da igual. Sí es cierto que cuando las obras hablan de cuestiones muy localistas de los lugares me aburren un poco. Hay algo de lo industrial, de Manhattan, de los musicales de Broadway que uno está tan invadido que me agarra como una especie de prejuicio. Hoy elijo mis trabajos si siento que estoy apto para hacerlo o representa un desafío y está el tiempo necesario. Depende el proyecto también.

-¿Un “Bailando por un sueño” repetirías? 

-No, porque me cansaría. Y es muchísima exposición, eso me pone muy incómodo. No es mi universo ya, las cosas tan comerciales, tan populares... No me termino sintiendo cómodo, prefiero algo más artesanal, ahí es una máquina, no podes ni pensar en un momento. Va tan veloz que no tenés tiempo ni de descansar.

No haría otro Bailando por un sueño porque es muchísima exposición, eso me pone muy incómodo".

 

-También sos humorista, pero a veces usas las comillas. ¿Te cuesta hacerte cargo todavía?

-Sí, porque soy actor y me gusta el teatro y todo el stand up es un género que no lo esperaba para mí. Sí hacer algún monologo, pero ni siquiera me imaginaba el teatro de revista o haciendo de comediante o capo cómico. 

 

-Pero alguien te vio condiciones...

-Sí, Natalia Kleiman, que fue productora del espectáculo “Cómico”. Yo estaba coreografiando las performances de noche en “Club 69” y ella me pidió que sea el conductor de ese proyecto. Y a partir de ahí me tuve que defender con lo que tenía. No me imaginé nunca que iba a pasar por esa etapa de “comediante”.

-¿Será que siempre fuiste muy carismático?

-Qué se yo, soy medio depre afuera del escenario. No soy de estar haciendo chistes todo el tiempo, soy medio solitario. No soy una persona juguetona y esas cosas. Soy medio serio. Parece que me pasa eso en el escenario y me supera un poco, ni lo pienso. 

-En pandemia se habló mucho de reconvertirse y reinventarse. Me da la sensación que vos sos alguien que naturalmente lo hace.

-Un poco sí y un poco me obligan a ser así hay muchas situaciones en las que me cuesta entrar y me gustaría estar y no accedo, entonces me obligan a hacerlo por mi cuenta. Y se abren caminos que desconocía, como escribir mi propia obra o armar un musical si no me llaman. Yo cuando era chico me sentí bloqueado en un momento con un maestro y pensé que no podía ser actor. Entonces me puse a hacer danza y desde el bailarín, volví a la actuación sin darme cuenta.

 

-¿Cuánto te duró el bloqueo?

-Y cuatro, cinco años. Bastante. También yo soy muy exigente conmigo. En parte lo trabajo, viviendo. Hoy soy más tranquilo, pero sigo siendo muy perfeccionista.

-¿Sos de los que siempre están generando o te puedo encontrar en modo avión de vez en cuando?

-Estoy un poco ocioso últimamente y con otros proyectos fuera del teatro. La vida también me está llevando por otros caminos. No soy adicto al trabajo, para nada. Ahora estoy con la remodelación de mi casa, el proyecto de un negocio en Córdoba de unas cabañas. Y me requiere mucha energía también. Sin embargo, ahora corto y me pongo a leer una obra de teatro que quiero analizar...

No soy adicto al trabajo, para nada. Ahora estoy con la remodelación de mi casa, el proyecto de un negocio en Córdoba de unas cabañas. Y me requiere mucha energía también"

 

-Además seguís comprometido con el “Hogar Mariposa” (donde viven niños de 0 a 6 años, que están esperando una decisión judicial para poder encontrar una familia que los quiera), ya lleva siete años.

-Sí, la semana que viene los saco a los pibes. Los llevo al teatro, ya han ido un montón, hemos hecho muchísimas salidas.

-¿Y, después de tantos logros y seguir transformando realidades, te pasa de decir “quiero ir por más”?

-En algún momento estábamos muy ansiosos con ir por más, pero la pandemia fue un golpe fuerte y estamos recuperándonos. Nos vinieron 66 mil pesos de luz, por ejemplo, esta semana. Pareciera que no es momento de ir por más, pero es día a día, sino es una preocupación constante. Pero sí está la sensación de que vamos a tener que subir más gente a los botes y que hacen falta botes. Porque se viene una situación complicadísima, no solo para la Argentina. En Irak hicieron 66.6 grados de sensación térmica. La situación es compleja.

-También te diste el gusto de tener tu programa de radio, donde tocabas temas medioambientales y de política internacional.

-Las cuestiones ambientales están ligadas a la política. Siempre me interesó lo social, la transformación de la sociedad. 

Las cuestiones ambientales están ligadas a la política".

 

-¿La radio es un buen espacio para charlarlo o también elegís otros canales como las redes sociales?

-Las redes ya no porque hay mucho odio. Bajé la persiana, porque me perjudicó muchísimo, recibí muchísimas amenazas feas en su momento. En Twitter e Instagram. De hecho Twitter me lo bloqueé yo mismo para no poder entrar.

-¿Cómo es trabajar para el público infantil?

-Tiene que ver con mi formación. Me conmueve y estimula cada vez que una idea impacta en el público, pero no tiene que ver con la edad.

-Pero vos sos un poco Peter Pan...

-Creo que sí, pero me parece que me estoy cayendo ya de ahí, fui Peter Pan muchísimos años, pero ya me empieza a doler la rodilla. Ya me siento grande, nueva etapa. Soy Peter Pum.