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Una obra a-morosa

Dolores Riera y Charly" Issa con BBN: el presente de la actuación y la "locura" de Milei

Los artistas comparten elenco en la obra El Calefón, que exponen en El Camarín de las Musas todos los viernes.

05 Noviembre de 2023 08:00

Una de las dificultades más importantes que se pueden presenciar a la hora de realizar arte es la falta de química entre quienes sean parte. Todo lo contrario es lo que se percibe, tanto arriba del escenario como abajo, con los actores Carlos "Charly" Issa y Dolores Riera. Ambos protagonizan El Calefón, una obra que está en cartel en El Camarín de las Musas todos los viernes.

Juntos tienen el noble objetivo de hacer reír en tiempos donde la tristeza y la desolación son cada vez más frecuentes. En la puesta son Fabián y "La Tana", dos amigos de toda la vida que están a punto de verse atravesados por un nuevo destino. Al mismo tiempo, en la vida real son las parejas de los productores Silvio Falasconi y Nara Ferragut, algo que le suma un condimento extra de familiaridad -y la química correspondiente- al asunto.

Los dos vinieron a BigBang y dieron un adelanto de la comedia a la que apostaron para llevar a cartel. Aunque también hablaron del país, de sus otros proyectos, como la ficción documental que estrenará él con Osvaldo Laport y la titánica tarea de armar una sala de teatro en la localidad bonaerense de Villa Ruiz que tiene ella.

Carlos "Charly" Issa y Dolores Riera, protagonistas de El Calefón.

¿Por qué el público tiene que no perderse la oportunidad de ir a ver El Calefón y a ustedes?

Dolores Riera: Primero porque es una historia a-morosa. Que creemos que hace falta, o bastante falta, el amor y poder ir a ver una historia de amor, que además tiene muchos condimentos para poder pasar un momento muy agradable y divertido. No se lo tendrían que perder.

Charly Issa: El gancho que tiene la gente es que se mete en la casa de "La Tana" en una fecha de Navidad, donde llega Fabián, que es un tipo está feliz. Son amigos de toda la vida. Él es padrino de la nena de 15, estamos con la fiesta. Yo estoy feliz, pero "La Tana" está rara. No sabemos muy bien por qué la llamó y no le voy a contar a la gente porque hay que verla. Cuando se entera de por qué, que se despacha con la noticia, explota una bomba importante, y le explota a todos en realidad. Porque el público está muy cerca y está como dentro de la casa, o sea, más que nada sería invitarlos a vivir una experiencia en la casa de ella, con el calefón ahí latente que entra en escena de una forma casi esotérica.

¿Cómo valoraron la devolución del público hasta el momento?

DR: Un montón. Fue hermoso. Yo me sorprendí porque cuando uno hace todo el proceso de ensayos y de ir leyendo la obra y releyendo, cuando no está el público, no terminás de verla realmente. La podés vivir, trabajar, y la devolución del director, por supuesto, pero una vez que se completó con el público fue alucinante lo que pasó, porque nos potenció muchas cosas que pensábamos, que podían llegar a dar risa o hacer hacer vibrar al público, y la verdad que sí funcionó. Fue increíble la devolución del público, fue hermosa.

CI: Nos pasó esto que dice Loli. Que se terminó de constituir el hecho artístico con la gente, que es lo que suele pasar. Pero en este caso, es un momento donde la gente está muy tensa, hay mucha energía de lucha en la calle, y de repente lo que se escuchaba eran risas y suspiros. Era muy alentador para todo lo que estaba ocurriendo, que fuera sucediendo esto. Funcionó con la gente. También el universo donde nosotros habitamos, que es la casa de "La Tana", tiene determinadas leyes propias, porque de repente vino una situación que es tremenda, y ellos de repente salen a otro universo un rato y vuelven. Ese juego que está muy bien escrito por Florencia Aroldi, le da a la obra un dinamismo y también le da como la posibilidad al público de habitar en diferentes lugares, sin tener que estar viste latiendo todo el tiempo con la tensión dramática.

Una forma moderna de hacer humor, aún en los momentos más complicados.

CI: Sí, sí. Y también tratando un tema bastante cotidiano, que podría pasar acá, en Escobar, en un pueblo.

DR:  Totalmente. Son dos personas comunes, totalmente normales. Digamos que no tienen ninguna vuelta de nada. Le podría pasar a nuestra vecina, a mi tía, a cualquiera. Y está buenísimo, porque viven con mucha pasión lo que les pasa.

CI: Son dos personas comunes, pero en una situación tremendamente límite que hace que todo lo que estuvo acumulado durante años, aparezca. Y eso les hace cambiar la vida a los dos.

Ya repartieron elogios para la dramaturga Aroldi. La obra la dirige Rubén D´Audia. 

CI: Otro al que vamos a elogiar mucho. Estuvo desde el principio, salía de trabajar y venía a ensayar a Olivos.

DR: Hicimos un equipo de trabajo muy lindo para el poco tiempo para el material que teníamos. Era un desafío trabajarlo. 

CI: Sí, porque aparte es una obra con dos actores que no cortan, con muchos universos en los que tenés que pivotar mucho entre universo y universo -y pegar volantazos como en una curva de una pista de carrera-, y el director fue el que nos organizó como un copiloto de rally.

A la hora de elogiar a la producción, Nara Ferragut es tu pareja y madre de tu hijo...

DR: (Risas). La historia es hermosa, porque viene de la unión de las familias, porque el otro productor, Silvio Falasconi, es mi marido y padre de mis hijos. Así que como que queda todo en familia. Los dos habían sido compañeros de facultad, y se juntaron, y dijeron "Loli actriz, Charly actor, somos productores, vamos a ponernos". Y ahí apareció Flor, que fue genial su aparición. Con Silvio nosotros vivimos en Villa Ruíz, que es un pueblo cerca de Luján. Tenemos una sala también allá, y tenemos mucha actividad allá. Pero bueno, ahora era venir todas las semanas, y a veces veníamos con familia incluida. Entonces éramos todos en la casa de Nara, con abuelas, niñeras, nosotros ensayando, los productores trabajando arriba, y los niños en otro lado. Hermoso.

Charly Issa

Esa química les habrá servido mucho como actores.

CI: Nosotros como actores, de entrada tuvimos una buena química. Ya habíamos leído el guión, y como que cuando nos vimos, nos vimos.

DR: De hablarnos. Ni siquiera conocernos todavía y ya estar mandándonos audios, porque yo estaba en Brasil cuando lo leímos. Y ya nos hablábamos en personaje. Se dio así.

Charly, hay un rumor de que vos tenés un ritual para hacer una obra o algo en tele, que es sacar a pasear en skate.

DR: ¡Ah, no me enteré! Me está faltando un paseo.

Aclaramos que Charly es un fanático del skate y en sus redes sociales se puede ver cómo le gusta.

CI: Yo ando en skate desde antes de estudiar actuación. Desde 1983. Y no dejé nunca de andar salvo para esta obra, para ensayar. No lo toque. Y, realmente, es meditar en movimiento andar en skate. Es otro tipo de arte. Y dije: "No, tiene que esperarme, tengo que estrenar". Pero bueno, después nos vamos a ir a andar a un skatepark con un casquito.

Charly y Dolores, y después quizás Fabián y "La Tana"...

CI: No, Fabián no. Capaz que "La Tana" se tira sin asco. Fabián es un buen tipo, trabaja, hasta tiene un toque de inocencia. Y la quiere mucho a ella. Y ella es arrebatada. Y él muchas veces le cubre los huecos. Y a veces es incubrible e igual él la banca y la quiere un montón, desde que se conocieron cuando eran nenes. Ya te hablo como si fuera así, porque es así. Como desafío actoral está bueno.

Involucrarse así debe ser más fácil con ustedes por el lazo familiar que los une.

CI: También eso, de alguna manera para los actores es un poco complicado. Porque íbamos con la familia y a veces tenemos que trabajar en un lugar de concentración y se complicaba. Pero todo fue muy lindo y lleno de sorpresas en relación a signos que nos empujaban.

DR: Era como cuando el Universo conspira para que algo funcione, vaya para ese lado y se daban muchas cosas. A mí en principio lo de "La Tana",  yo soy ciudadana italiana, no estudié italiano, pero siempre me gustó mucho. E hice un unipersonal sobre Soledad Rosas, que es una chica argentina que muere en Italia, que hubo un libro de Martín Caparrós que  se escribió sobre ella que es Amor y anarquía. Ahí estuve en contacto con traductoras y traductores italianos que me ayudaron a poder leer textos y a grabar textos en italiano, los periodistas en Italia. Y bueno, cuando me cae El Calefón dije: "Esto es para mí". Los textos en italiano para mí son como una máscara, es algo que me permite jugar, que disfruto mucho.

Dolores Riera

CI: Tiene unos monólogos en italiano buenísimos. Y los dice con una tanada. Fabián mucho no entiende, pero trata de entender la situación porque cuando habla en italiano algo pasó. Tiene esta cosa costumbrista también, pero que de alguna manera, este universo está contado de una forma muy original. Lo que lo hace más moderno.

Hoy no solamente disputás tu público con otra obra. Sino que lo hacés también con Netflix, Amazon, todo lo que la gente tiene para ver. Y como que el público que va al teatro es como que elige esa experiencia. ¿Cómo fue ese salto al vacío que inevitablemente es salir con una obra a cartel?

DR: Confíamos mucho en la producción, la verdad. Pero es cierto que a la hora de salir a buscar gente que venga al teatro es difícil.

CI: Buenos Aires tiene un público de teatro y hay un montón de obras que están funcionando muy bien hace varias temporadas.

DR: También El Camarín de las Musas, que tiene un movimiento que es extraordinario. Y esto que decís de las plataformas es un tema. Hay un texto de Fabián que en un momento dice: "Basta de Netflix". Estamos todo el tiempo hablando de series. Esto es serio. Es un texto que cuando lo leíamos decíamos "es verdad, está bueno", pero el público se siente tan identificado, hasta sentimos la risa diferente. Esto de "vivamos la realidad".

La obra se da en el medio de un contexto político incierto, porque no se sabía qué iba a pasar, quizá cuando estrenaron parecía que Javier Milei iba a ganar en primera vuelta, y después el resultado lo puso siete puntos debajo de Sergio Massa. ¿Cómo vivieron esta montaña rusa política que pasó en la Argentina en los últimos dos meses?

CI: Por empezar siempre confié en el sentido común del argentino. Estamos todos re locos, manejamos más, nos llevamos... pero, cuando hay un loco loco, la gente acá tiene calle, no lo va a elegir. Yo no tengo ninguna inclinación política, pero he estudiado la historia del mundo y he visto discursos de Hitler, de Mussolini, y este tipo tiene esa energía. Un tipo que está muy enojado, es un tipo que está muy asustado. Entonces se pone en evidencia que no le podés dar un arma a este tipo, porque es capaz de matar gente. No le podés dar un país, porque es capaz de hacer cualquier cosa. Entonces yo apelaba el sentido común del argentino, que sí está re loco, pero tiene mucha calle. No le van a venir a pisar la cabeza así nomás. Sobre si teníamos miedo... mirá, si te cuento mi historia personal, esto es un sueño para mí. Porque yo salí del fondo de una vida casi de muerte. Toqué un fondo muy fuerte en mi vida, no te voy a contar de qué se trata. Entonces para mí de ahí en más es todo maravilla. Y llegar a este momento, donde tengo a mi bebé hermoso con la mujer que amo, y estrenar una obra con una gran actriz, en una sala como el camarín, que es uno de los lugares favoritos para actuar para un actor, que venga gente que se ría, que sea una comedia que hable del amor y y de la amistad, y también esto que la situación límite del país nos lleve a perecer o nos fortalezca y nos saque para adelante. Y esto es lo que pasa en la obra. Estaba tranquilo de que no íbamos a meter la pata. La verdad cae por su propio peso.

DR: Nosotros sentimos que esta obra es un aporte a la sociedad, de alguna manera. Es algo que es muy cotidiano, y también amoroso, para que la gente pueda entrar, verlo, sentir. Y por nuestra parte también en ese lugar de estar trabajando en esto, las gracias de que tenemos El Calefón, que podemos estar haciéndolo en este momento que no sabemos qué va a pasar. 

CI: Es como un hijo. Una vez que lo traés al mundo hay que educarlo, hacerlo crecer, que venga a verlo.

DR: Que vaya creciendo, porque con el público también.

CI: En las tres funciones diferentes que tuvimos, pasaron cosas que no teníamos pensadas. Cada público funciona distinto. Así que la función que viene va a estar buenísima.

También aprovechemos el espacio para "chivear" otras cosas que están haciendo. ¿Vos estás con El Insomne, Charly? Con Osvaldo Laport.

CI: Es un proyecto que ganó un concurso donde está como protagonista Laport. Está muy bien  Osvaldo. Y es de una productora de Santa Fe que se llama Tres Mares, y es una serie documental porque tiene parte de ficción y es el hilo conductor para mostrar diferentes lugares de la Argentina, que tiene cierto punto esotérico, que son lugares como extraños. Es la historia de un psicólogo que soy y Osvaldo, que vive solo y tiene problemas de insomnio. Entonces yo le propongo que, viajando por diferentes lugares de la Argentina, que no sean cómodos, que tengan historia, es una buena manera de probar y de encontrar el sueño, porque él está muy mimado por la televisión y yo lo quiero sacar de ese lugar de confort.

El tipo acepta, pero me dice: "vos me tenés que cuidar la casa". Y él, en está ficción, vive en un departamento donde una de las mascotas que tiene es un cerdo. Ahí arrancaría. Tiene una parte de ficción, entre el arranque y el final, que une todo esto, y después es un documental de diferentes lugares turísticos, no convencionales, muy atractivos, y está muy bien firmado, tiene excelentes fotografía y editado, y una música maravillosa. El relato de Laport también. Y los personajes que aparecen son reales, son verdaderos del lugar, que están acompañando a El Insomne, por lo que de alguna manera entran en el juego de la ficción.

En las redes pusiste una foto con Osvaldo, donde te elogió tu rol y te prometió tomar unos vinos. ¿Ya se los tomaron?

CI: Bueno, yo no tomo alcohol, pero se dio. Aparte Osvaldo es un tipaso. Yo tengo una edad en la que vi toda la carrera de Osvaldo. Y de repente estaba en la casa de él probando la bata de Guido Guevara. Él tiene una escena muy divertida, en la que vestido de Guevara, el tipo limpia la casa. Aparte muy generoso. En un momento estábamos en una habitación y el tipo dice: "Bueno, esta es la habitación del ego". Claro, tenía una habitación grande con todo lo que había hecho. Y es súper humilde, un gran actor. Está impecable. Todo el trabajo está impecable. 

Dolores, vos en particular tenés un proyecto personal, que es abrir una sala de teatro en Villa Ruiz. ¿Cómo viene ese esfuerzo titánico?

DR: Hermoso. Lo cierto es que nosotros pudimos terminar de hacer la sala y nos agarró la pandemia. Entonces, lo dejamos como un laboratorio. No lo abrimos al público porque no era momento. Cuando más o menos se pudo abrir, que se pudo volver a las presencialidades, armamos grupos, equipos de de entrenamiento, se empezaron a hacer talleres, y doy clases para niñes. Hacemos talleres de teatro y fotografía, que hicimos una fusión con una profe de fotografía que hay allá en el pueblo. La verdad es que tiene mucho movimiento, pero todavía no está abierto al público a que venga a ver, porque no hay programación. Igual estamos ensayando una obra ahí, con gente de Luján, de Carlos Kent, hace varios años. La idea es estrenarla ahí y ya abrir las puertas. Pero mientras tanto es un gran laboratorio, como un pulmón donde chicos, chicas, vecinos y vecinas, que se sintieron cautivados por el teatro, por ver qué hacemos, y fuimos generando diferentes talleres y hay mucho movimiento.