En la noche en que ingresaron los 18 participantes a la famosa casa, la producción tuvo su primer tropiezo. La madre de Tomás Holder, el musculoso “tiktokero tincho”, saludó a sus familiares y amigos, y en ese instante, una mujer le metió un objeto en uno de sus bolsillos. La imagen se viralizó a los pocos minutos del hecho. Pero desde el programa se dieron cuenta muchísimas horas después.
Sin dudas, la adrenalina del estreno les jugó en contra. Entonces, después de una reunión de productores, llamaron al participante al confesionario y lo obligaron a decir la verdad. “Necesito que chequees tus bolsillos porque nos contó tu mamá que te dejó una cartita, algo afectuoso”, dijo Gran Hermano.
El muchacho se dio cuenta que estaba en problemas. Así que cuando metió la mano en su bolsillo, encontró una carta. Entonces la voz en off le dio: “Te pido que no la leas, que no la abras, que te quedes tranquilo, que no hay sanción porque no tenés nada que ver”. Entonces Holder debió dejar la misiva en el confesionario.
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Pero antes, le dedicó una larga alocución a su madre: “Mamá, yo no sabía nada de esto, te amo. Te agradezco por haber venido hasta acá, sé que no es fácil, porque tenías que dejar a mis hermanitos allá. No puedo leer esta carta ahora pero te la agradezco de corazón. Sabés que se me ponen los ojos llenos de lágrimas porque sé por todo lo que pasamos y todo lo que hiciste para formarme como persona. Y hoy en día soy esto gracias a vos”.
Al parecer, la filtración de la cartita amorosa habría sido un chiste en comparación con lo que se encuentra analizando en este momento Telefe. Es que, al parecer, una participante habría colado un celular entre sus objetos sin que ningún integrante de la producción se diera cuenta. ¿Pudo haber ocurrido eso? Difícil.
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Lo cierto es que una de las reglas inflexibles del reality es que los participantes no cuenten con relojes ni con dispositivos electrónicos de ningún tipo. ¿Y entonces? Otra vez las redes sociales sacaron a la luz que los participantes hablaron en varias oportunidades de un celular. Por ahora nadie sabe si se trata de un chiste o no. Pero la producción analiza llevar a cabo una requisa, casi como las del Servicio Penitenciario en las prisiones, para saber la verdad.
“Yo me acuerdo. Fui a hacer cosas, me fijé en el celular, eran las siete y estaba claro”, dijo María Laura, la catamarqueña de 42 años, durante la cena. Nadie le respondió. Pero en otro video, mientras todos cenaban sin saber a ciencia cierta el horario en el que estaban. El cordobés Maximiliano le dijo a una de sus compañeras: “No, boluda, ¿por qué te dejaron pasar el celular? A mí me dejaron una remera casi sin estrenar”. ¿Se habrá dormido la producción?