Otra polémica, más sordida que la confusión al momento de anunciar el ganador al premio a Mejor Película, transitó subterráneamente anoche a los Oscar: la victoria de Casey Affleck en el rubro de Actor Principal por su papel en Manchester Junto al Mar.
Casey Affleck, un ganador repudiado.
Es que sobre el actor pesan dos acusaciones por acoso sexual de parte de una productora y una cinematógrafa que compartieron espacios laborales con él en el documental I'm Still Here, que Affleck dirigió.
Una de las mujeres, Amanda White, declaró (entre otras cosas) que el actor -hermano menor de Ben Affleck- intentó convencerla de que compartiera una habitación de hotel y la amenazó físicamente cuando se negó. Luego, le envió varios mensajes de texto insultantes.
La otra denunciante, Magdalena Gorka, refirió que Affleck le hizo constantes insinuaciones sexuales y que, una noche en la que el equipo de filmación tuvo que compartir departamento, el actor se metió dentro de su cama sin su consentimiento.
Ambas demandaron civilmente al actor, quien accedió a una mediación luego de la cual le pagó a las víctimas sumas resarcitorias.
El disgusto de una colega
Sin embargo, aunque el los casos estén técnicamente cerrados, Brie Larson -encargada de entregarle ayer su Oscar a Affleck- claramente no los olvidó.
El rostro de Brie Larson al anunciar la victoria de Affleck lo dice todo.
Así, la actriz se mostró visiblemente disgustada al abrir el sobre y enterarse de la victoria del actor. Y, cuando él subió a recibir su estatuilla, se negó a aplaudirlo.
La incomodidad de Larson fue visible al escoltar a Affleck abandonando el escenario.
Larson siempre ha sido una activa feminista y apoyó la lucha de las víctimas de delitos sexuales. E incluso ella misma encarnó a una mujer abusada en la película Room, por la que ganó el Oscar a Mejor Actriz.