La muerte Huguito Flores conmocionó por completo al mundo del espectáculo. El reconocido músico de 54 años falleció en un accidente automovilístico cuando viajaba de Santago del Estero a Buenos Aires, junto a su mujer -con quien se había casado hacía sólo una semana, su hija menor y su cuñado. Catalina, de tres años fue la única sobreviviente y permanece en estado crítico. "La está peleando solita", advirtió desconsolada Sol, la hija mayor del santiagueño.
"Antes que nada, quiero pedir, sean de la religión que sean, que hagan una cadena de oración para mi hermana que la está peleando, que está evolucionando bien, pero que todavía le falta mucho. Está solita junto con mi hermana en Santiago. Están solitas las dos", reconoció entre lágrimas Sol, hija mayor de Flores, quien vive en Ituzaingó y aún no pudo reencontrarse con sus hermanas.
En diálogo con Telenoche, la joven sumó: "Manden buenas energías o recen, lo que sea, para que salga bien. Mi papá estaba en su mejor momento y eso hacía que lo veamos poco cuando venía para acá. Y a veces no lo veíamos. Vivía a full".
Consultada por la cantidad de shows que su padre brindada cada fin de semana, Sol reconoció: "Era algo de lo que todos teníamos miedo. Le decíamos que se cuidara, aunque él no manejaba, cada vez que venía a Buenos Aires sí porque venía con la mujer y con mis hermanas".
La exigencia por la cantidad de presentaciones comenzó a impactar en el estado físicio del músico. "Tuvo dos o tres episodios en los que se descompensaba en los boliches y después salían a matarlo porque suspendía, pero es que no le daba el cuerpo porque era grande. Nosotras le decíamos que aflojara. Veinticinco bailes, en una persona de 57 años en dos días... a veces la gente se enojaba porque no tenía ni tiempo para sacarse fotos con ellos", denunció.
"Le hablábamos, yo como hija y Carina su mujer. Le decíamos que no hiciera tantos bailes, pero yo no me quiero meter en el tema de los representantes, porque no viene al caso; pero vivía de eso y lo tenía que hacer porque era su trabajo. Él tenía que pagarles a los músicos, al sonidista. Nosotras le decíamos que pare, pero tenía un montón de gente detrás que dependía de él".