Lejos de celebrarse, anoche se vivió por parte de la gran mayoría de artistas que estuvieron en la Usina del Arte y participaron de los Martín Fierro dedicados al Cine y las Series una férrea defensa a la cultura del país, esa que viene siendo duramente atacada y desfinanciada por el Gobierno encabezado por Javier Milei. Desde Mirtha Legrand a Natalia Oreiro, pasando por Norman Briski y Graciela Borges, muchos de los que subieron al escenario a buscar sus respectivos premios pronunciaron discursos cargados de política en un contexto donde luchar y manifestarse es una realidad. Incluso, Luis Brandoni dijo lo suyo.
La transmisión comenzó las las 21:15 con una extensa bandera argentina que desfiló por la alfombra roja de la mano de Leonardo Sbaraglia, Mercedes Morán y Pablo Rago, entre otros actores, junto al mensaje "Cine argentino, identidad y memoria", lo que anticipaba el clima que se iba a vivir en la fiesta. De hecho, la primera polémica tuvo como protagonista a Natalia Oreiro, quien había sido nominada en la categoría "Mejor actriz de serie" por Iosi, el espía arrepentido (Prime Video). Resulta que la sacaron del aire abruptamente de la pantalla de América TV cuando decía que "es un momento de la realidad donde la Argentina está complicada".
La uruguaya remarcó que su presente laboral "no es la realidad de la mayoría" y resaltó: "Me parece que eso también hay que destacarlo. Es ambiguo celebrar algo que escasea. Agradezco que hayan puesto a las series en estos premios y ojalá que el año que viene tengamos también la posibilidad de celebrar estos premios con muchas películas. Sabemos que va a ser difícil tener películas, pero deseo que podamos verlas en las salas. Para el pueblo, el cine es la memoria", expresó en defensa de las producciones nacionales y cuando contó que iba a tener una participación especial en la ceremonia, fue sacada del aire.
Ya durante la ceremonia, Natalia defendió a la educación y cultura, y afirmó: "Solo las personas que piensan de forma individual, no piensan que la salida es colectiva". "Y por supuesto, como también es un premio principalmente de cine, a mí me gustaría desear que nuestras películas se sigan viendo en la sala y ojalá el año que viene tengamos estos premios y tengamos ese recuerdo de las películas que este año se filmaron, cosa que va a ser bastante difícil. Queremos educación, queremos trabajo, queremos salud y por supuesto que también queremos cultura. Y solo las personas que piensan de forma individual no piensan que la salida es colectiva", pronunció.
Graciela Borges fue otra de las grandes artistas que se subió al escenario de la Usina del Arte para recibir el Martín Fierro Ícono del Cine y advirtió: "No nos digan cómo tenemos que hacer cine. Sabemos hacer cine. Que no nos digan más cuántos espectadores tenemos que meter para ser buenos. Luchamos mucho por el cine. Garra, corazón y nervio, como dicen en el fútbol. Y no bajemos los brazos. Sino no vamos a poder seguir haciendo esto, porque el mundo está lleno de imágenes de cine argentino. Y a veces parece que olvidaran eso. Que nos hicieran dar todo el tiempo pruebas, pruebas, pruebas de qué grande somos".
Además, la icónica actriz resaltó que en el mundo, "el cine argentino está colocado de una manera impresionante". Lo sabemos. Ganamos premios en festivales, pero en realidad lo que más amamos es hacerlo, que nos dejen hacerlo, que nos dejen contar lo que queremos", sostuvo. De esta manera, Borges le dedicó buena parte de su discurso a la situación del INCAA e hizo un firme llamado a que no se le impongan reglas al cine argentino, defendiendo la autonomía creativa de la industria.
En su discurso, abordó la polémica en torno al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales y los cuestionamientos sobre la cantidad de espectadores que ven las películas argentinas, un tema que el Gobierno usa para evaluar la efectividad de los subsidios. La preocupación por el futuro del cine argentino atravesó toda la ceremonia. Mirtha Legrand se sumó a los pedidos con un contundente: "No cierren el INCAA", reflejando el temor de muchos ante la posible reducción de apoyo al sector.
Desde el encendido discurso de Norman Briski hasta las expresiones más contenidas de otros ganadores, el reclamo por la continuidad y el apoyo a la industria fue recurrente. "Saludos a los héroes del cine, de nuestro cine, porque siempre se piensa que somos una industria, no somos una industria, somos héroes de este trabajo tan hermoso. La ficción es una radiografía de la realidad, ¡nos están afanando la ficción!, está en la Casa Rosada la ficción", remarcó Briski.
Otro momento significativo ocurrió cuando los directores de la película Puan , María Alché y Benjamín Naishtat, cedieron el micrófono a Ricardo Manetti, decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Manetti, en un contexto poco habitual para un académico, aprovechó para defender la universidad pública, destacando que el 60% de sus estudiantes son la primera generación en sus familias en acceder a la educación superior. "Yo soy primera generación de universitarios. Enseño cine argentino, y defiendo el cine argentino. Ir a la facultad transforma vidas, familias, cumple sueños y proyectos y es fundamental para el desarrollo de la educación en nuestra país (...)", dijo.
Subrayó la importancia de la universidad como una herramienta de transformación social y educativa, y citó a Osvaldo Bayer para remarcar que "lo que no tuvieron coraje de hacer los representantes del pueblo, lo hacen los estudiantes". "!Están queriendo hacer desaparecer nuestra universidad pública", resaltó. María Alché, en otro momento de la gala, citó al músico y ex ministro de Cultura brasileño Gilberto Gil, advirtiendo que aunque no es tarea del Estado "hacer cultura", sí debe garantizar el acceso y el desarrollo cultural como un derecho ciudadano. Sus palabras resonaron como un llamado a la protección de los espacios culturales y la promoción de la creatividad.
El actor Leonardo Sbaraglia, premiado por su papel en Puan , también se sumó al mensaje de Borges sobre la "tribu" del cine, resaltando el compromiso de todos los presentes con la defensa de la cultura argentina. En un tono más preocupado, expresó su esperanza de que el próximo año aún se pueda hacer películas en el país, insinuando la incertidumbre que enfrenta la industria debido a la falta de apoyo y los recortes. "Todos pertenecemos a la misma tribu", dijo. "Entre todos hacemos esta cultura maravillosa. La vamos a cuidar", aseguró. Y agregó "ojalá que el año que viene haya películas. No es un ironía", manifestó.
También hubo aquellos que decidieron manifestarse a favor del oficialismo, como Luis Brandoni. "Yo también le debo mucho al público, hemos pasado momentos difíciles, momentos con mucho trabajo, momentos con casi nada de trabajo, momentos en que me tuve que ir de este país por amenazas y volví con esperanzas... y sigo teniendo esperanzas en el país porque la gente no quiere más ladrones por todas partes, tenemos que ser serios, serios", aseguró el actor. "Yo pude vivir estando en la famosa lista negra gracias al público, que podíamos trabajar en lugares privados que se animaban a contratarnos o a recibirnos en su teatro, la gente iba y la verdad que sabían que corrían algún riesgo y sin embargo fueron. Y nos dejaron vivir, nos permitieron sostenernos y sostener a nuestras familias", agregó el protagonista de la serie "Nada".