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El cínico descargo de Susana: "el problema son las villas" y su recuerdo feliz de la última Dictadura

La conductora salió al aire en "Animales sueltos" para justificar por qué viajó a Uruguay en plena pandemia.

27 Mayo de 2020 08:29
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La noticia impactó, pero no tiene nada de ilegal: Susana Giménez armó las valijas y partió el sábado por la tarde junto a su hermano Patricio en un vuelo privado para instalarse en una de las dos mansiones que tiene en Uruguay, La Mary. La conductora cumplió con toda la documentación requerida por ambos gobiernos, pero hizo agua al momento de explicar los motivos que la llevaron a querer instalarse en el país vecino, cuyo modelo de cuarentena es más relajado debido a que se registraron menos casos de Covid-19. Del presunto "apriete" de La Cámpora a Alberto Fernández, al siniestro recuerdo de la "seguridad" que sentía para salir a la calle en una de las épocas más convulsionadas de la Argentina.

Después de que todos los medios nacionales se hicieran eco de su partida, la conductora rompió el silencio cerca de las once de la noche en el ciclo Animales Sueltos. En diálogo telefónico con Luis Novaresio, Susana explicó que tenía toda la documentación en regla e insistió en más de una oportunidad en que "jamás haría algo ilegal", dado que iría en contra de su "carrera, imagen y formación personal". Sin embargo, volvió a generar polémica e indignación al hablar del presente del país: denunció un presunto apriete al presidente, acusó al "populismo" de ser el mal mayor de la situación actual -en línea con las últimas declaraciones públicas de Mauricio Macri vinculadas al brote de coronavirus- e incluso añoró viejas épocas, refiriéndose a uno de los capítulos más violentos y oscuros del país.

"Nunca pensé que se iba a armar semejante polémica, siempre conmigo es una cosa rara", advirtió de inmediato la conductora, cuyo apoyo a la administración de Macri fue público y enfático. "Salí porque pedí permiso para hacer la residencia (en Uruguay) y como tengo propiedades acá me lo dieron. Tuve que llenar muchísimas cosas, ir al Consulado uruguayo y después le mandé los permisos a Cancillería, que dijo que sí. A ver, chicos; el avión no sale si no tenés los permisos", arrancó.

En un principio, Susana explicó que el viaje se debió a que tenía que pagarle el sueldo a los empleados que trabajan para ella en sus respectivas propiedades y que extrañaba mucho a sus perros. Sin embargo, con el correr de los minutos comenzó a cuestionar la decisión del presidente de prolongar la cuarentena y fue allí que hizo públicos sus temores: "Tengo miedo de que la Argentina se convierta en Venezuela. Lo digo en serio. El otro día veía por la televisión una señora que se levantó a las cuatro de la mañana para ir a comprar huevos y no lo podía creer".

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"Si sigue la cuarentena en Argentina, me quedaré acá porque estoy feliz al aire libre, con mis plantas, mi huerta, mis libros, mi chimenea, mis perros. El programa este año no creo que lo hagamos, no pudimos trabajar nunca con la producción porque no nos pudimos encontrar. Siempre debuto en julio, pero por ahora no hemos hablado nada así que no lo creo", anticipó, al tiempo que se quejó: "Ya había hecho una sesentena, más de una sesentena en la Argentina y me parece que ya está bien. Más me parece un disparate".

"Veníamos bien, pero todo esto ha subido por las villas"

Consultada sobre la posibilidad de regresar al país, la conductora entró en un laberinto conceptual. En efecto, por protocolo sanitario, todo argentino que regrese del exterior tiene que cumplir con un aislamiento total de 14 días. Pero Susana entendió que eso la habilitaba a no cumplir con el aislamiento social decretado desde el 20 de marzo por el Ejecutivo. "Claro que puedo regresar, soy ciudadana Argentina. Pero si vuelvo, tengo que cumplir con 14 días de cuarentena, no sesenta y pico. Ahora dicen que van a ser diez días más", intentó explicar.

Todo esto ha subido por las villas el problema. Porque sino estábamos muy bien, te digo"

Lejos de las recomendaciones de los infectólogos, la conductora insistió: "La gente no puede estar encerrada ochenta días. Es una cosa ya ridícula. Además, todo esto ha subido por las villas el problema. Porque sino estábamos muy bien, te digo. Hoy les preguntaba a los tipos que trabajan con Wiñazki, que son muy genios y tienen todos los números: por cien infectados, se curan 90 ó 95. Para mí es exagerado todo, pero con las villas no. Nosotros tenemos todo para cuidarnos: agua, alcohol, lavandina, todo. Además no salimos de casa. Pero ellos no pueden hacer lo mismo. Primero porque están hacinados y después porque tienen que laburar, porque sino no comen. Es una cadena horrorosa".

"No podemos ser todos iguales"

"¿Te gusta el gobierno de Alberto?", indagó el conductor. Silencio pronunciado. "Bueno", arrancó Susana. "Yo no soy peronista. Ya lo dije mil veces. Alberto me gustó mucho cómo era en el trato, como paternal; nada gritón, ni te apuntaba con el dedo. Y me parece que actuó muy bien al principio de la pandemia, pero ahora ya está pasado y debe estar muy presionado por La Cámpora, supongo. Presionado porque le dicen lo que quieren hacer ellos. Se me ocurre a mí, me da la impresión de que está un poquito. Ojalá me equivoque y ojalá Alberto tenga la personalidad para hacer lo que se le de la gana a él y no lo que le dicen, le piden y le exigen; ni lo coartan".

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Novaresio destacó que la conductora tuvo la posibilidad de salir del país por sus medios económicos, mientras que en este momento en Villa Azul los vecinos fueron obligados a una reclusión barrial para evitar la expansión del virus. En síntesis: la dicotomía de la opulencia millonaria, contra la pobreza estructural en la Argentina. "Bueno, pero eso es una cosa que es irremediable", se justificó de inmediato la conductora. "Esto es así desde que el mundo es mundo. Desgraciadamente no podemos ser todos iguales. ¡Ojalá! Yo ayudo a todo el que puedo y nunca lo digo. No podemos ser todos iguales. Igual no me vine sola, ni dije: 'Ay, traeme el avión y llevame'. Yo tengo la residencia, pero igual tuve que hacer trámites".

El escándalo de los autos truchos para los discapacitados: "Ya pagué bastante por eso"

Giménez fue investigada en 1987 por la compra de un Mercedes Benz 500 SE en la concesionaria de José Steinberg por 90 mil dólares. ¿El escándalo? El auto se suponía era para un discapacitado de nombre Cayetano Ruggiero. Se trató de una maniobra que buscó evitar el pago de impuestos y derecho de aduana establecido por la ley 19.279, que excluía a las personas con discapacidad de los cánones de importación. 

"Yo no haría nada ilegal", se atajó de inmediato la conductora y fue ella misma quien recordó el episodio. "Ya pagué bastante, bastante; la vez que por el Mercedes ese no sé hace cuántos años; que era de tercera mano y tuve que aguantarme un montón de cosas. Ilegal nunca hice nada en mi vida. No lo haría".

La liberación de los presos políticos de Cámpora y la crítica de Susana: "Ahora nos encerraron a nosotros y los chorros están afuera"

"Quieren actuar bien para que la gente no se enferme, pero por otro lado los chorros están afuera y nosotros adentro. Eso fue lo que arruinó todo al principio. Nos encerraron a todos y abrieron las cárceles, ¿te acordás el quilombo que se armó? Es horroroso. Además, ya pasó esto en este país con Cámpora".

La conductora recordó su infancia. "Cuando era chica, la Argentina era un país maravilloso. Nuestros abuelos habían venido de países como España, Irlanda, Francia y eran trabajadores. A nadie se le ocurría pedir. El Gobierno no te daba nada y se vivía muy bien. Vivían en departamentos con agua, era distinto. Había cultura del trabajo. Hasta que no hagamos eso, va a ser todo muy difícil salir. El populismo es muy peligroso. El otro día cuando vi la fila para comprar huevos vi a Venezuela, ¿qué querés que te diga? Es un país que conozco mucho, porque he trabajado muchísimo: hice dos películas, hice televisión y de todo. Era el país más rico de Sudamérica".

En el 55' hubo una revolución que lo sacó a Perón, pero se vivía bien"

"Tengo terror de eso, de eso tengo miedo: que nos quieran convertir en eso", denunció, al tiempo que elogió el análisis político del escritor de derecha Mario Vargas Llosa. "Yo tuve una infancia muy buena, a pesar de que en el 55' hubo una Revolución (por el Golpe de Estado denominado Revolución Libertadora) que lo sacó a Perón; qué se yo. Igual se vivía bien. Después, no tenía ni custodia, ni chofer. Iba al teatro, volvía a las tres de la mañana de trabajar y no tenía miedo de nada, nunca".

La carrera teatral de Giménez comenzó en 1974 (coincidió con la muerte de Perón), cuando fue convocada por Gerardo Sofovich para protagonizar La revista de oro en el Teatro Astros de Buenos Aires. Gran parte de su trabajo en "la revista" se desarrolló entre 1974 y 1979, época de la última Dictadura Militar argentina. "Yo vivía tranquila, volvía a las cuatro de la mañana de trabajar y nunca ni se me ocurrió que me pudieran asaltar", destacó.

Susana sólo admira a San Martín y esquivó hablar de su amigo, "el presidente Mauricio", como lo llamaba cuando estaba en el poder. "Ahora viene cualquier choto y lo único que quiere es hacerse millonario. No tenemos una Justicia que funcione desgraciadamente". Consultado sobre los ex presidentes, Susana tampoco mencionó a Carlos Menem y se quedó sólo con Ricardo Alfonsín: "Yo lo amaba, era tan amoroso. Hablé muchas veces con él, muchas veces".

La educación para unos pocos

De acuerdo a Giménez, este país "sólo sale adelante" con educación. "Es fundamental, fundamental", reforzó elevando su tono de voz. "El primario por supuesto y el secundario, el que pueda también", deslizó, al tiempo que se preguntó con sorna: "No lo vi este año a Baradel armar quilombo. Bueno, se ve que no pudo por todo el tema de la pandemia".

La educación es fundamental. El primario por supuesto y el secundario... el que pueda"

"La gente tiene que laburar, no pueden vivir todos de dádivas; que el Gobierno te de para todo. No se puede. En cualquier país del mundo, las administraciones son personales como Clinton u Obama; es administrar, no es que la guita es de ellos. La guita es nuestra". Una vez más, Susana apuntó al pasado. "A mí me gustaría tener un país limpio, con gente honorable; como cuando éramos chicos. Que tengan una vida digna. No sé, tantas cosas", cerró.