A pesar de que muchas personas creen que ser la mujer de un jugador de fútbol es muy simple y glamoroso, muchos ejemplos de sacrificios de las botineras que demuestran que, en realidad, es una vida bastante "sacrificada". O al menos eso asegura Wanda, la decana.
Una foto publicada por Wanda nara (@wanda_icardi) el 23 de Jun de 2016 a la(s) 4:16 PDT
Calabazas rellenas ... #wancook ??
Una foto publicada por Wanda nara (@wanda_icardi) el 16 de Ago de 2016 a la(s) 8:37 PDT
Wanda Nara muestra la forma en que vive, los gustos que se da y los placeres que se regala. Y muchas veces, luego, recibe críticas. Ahora responde poniéndole el pecho a los detractores y revelando sus carencias.
Una foto publicada por Wanda nara (@wanda_icardi) el 2 de Ago de 2016 a la(s) 3:06 PDT
En sus inicios, apenas se casó con Maxi López, fue acusada de ostentar su lujosa vida en las revistas, y después cuando la relación cayó en picada, se la destrozó por contar públicamente, todos los problemas que mantenía con su ex.
Wanda, cuando estaba casada con López y el jugador acostumbraba a hacerle este tipo de regalos.
Ahora, de la mano de otro amor, pero siempre cerca de la pelota, Wanda continúa mostrando cada vez más su vida y lo mal que la pasa, como lo hace también su pareja, Mauro Icardi.
Icardi, también suele hacerle regalos, de todo tipo, muy costosos a la modelo.
El decálago
Quizás, un poco cansada de las críticas y que se digan muchas cosas sobre ella y su vida, que ella expone, la modelo decidió subir a su cuenta personal de Twitter un desgarrador texto en el que explica la realidad a la que se enfrenta "una mujer que decide dejar todo por amor".
Les leo un cuento mientras cenan los mas chiquititos de la casa ??????
Una foto publicada por Wanda nara (@wanda_icardi) el 9 de Mar de 2016 a la(s) 10:21 PST
Una foto publicada por Wanda nara (@wanda_icardi) el 16 de Ago de 2016 a la(s) 8:38 PDT
Según Wanda, es una mujer que deja a sus seres queridos, abandona su tierra, pasa sus cumpleaños sola y hace de psicóloga, entre muchas otras cosas más. Quizás el dinero y el lujo al que están acostumbradas, sea la recompensa de tanto dolor y desarraigo.