Claudia Fasolo supo cautivar con su sensual voz a cientos de miles de espectadores en radio y televisión durante los últimos 35 años. A lo largo de su carrera, acompañó al gran Juan Alberto Mateyko y se destacó en radios como El Mundo, Rivadavia, Cooperativa y Del Plata, entre muchas otras. Pero la fama la golpeó de lleno cuando llegó al ciclo de Susana Giménez.
Claudia Fasolo en radio Mega.
La locutora es la encargada de acompañar a la diva y leer las publicidades, entre otras participaciones, en el programa de La Su desde 2005. Pero si bien su extensa trayectoria es digna de elogiar, la actualidad de Fasolo es muy diferente a sus años de gloria. Sumergida en una grave crisis económica, la locutora pide trabajo de “cualquier cosa” a estas alturas.
El pedido de la locutora de Susana.
Si bien tiene su propio programa en radio Mega, los sábados de 6 a 9 y los domingos de 6 a 12, las cuentas a pagar se le van acumulando hasta el punto que tuvo que pedir un préstamo. "Busco trabajo, ofrezco todo lo que sé y más. Me adapto a lo que necesiten: secretaria, recepcionista productora, chofer, delivery, acompañante de ancianos, niñera. Trabajo diario", pidió.
Claudia se ofrece como niñera, secretaria o recepcionista.
La voz del programa más visto de Telefe busca, de forma desesperada, un respiro económico, ya que la diva de los teléfonos regresará recién a la pantalla chica después del mundial y desde la producción aseguran que no tienen nada para ofrecerle en este momento. "Necesito trabajo diario urgente no importa si no es de mi profesión”, señaló en las redes sociales.
Fasolo hace especial énfasis en que necesita trabajar de lunes a viernes y no solo dos días a la semana. Además, la profesional egresada del COSAL tuvo que mudarse a la casa de su ahijada después de que en radio Rivadavia dejaron de pagarle su salario de la noche a la mañana.
"Falsas Promesas. Nadie te ayuda antes de la víspera. Primero atender los compromisos, después los familiares y amigos de amigos, los laburantes no somos prescindibles #FuckYou", manifestó, furiosa, ante la promesa de trabajo que finalmente se llevó el viento.
La crisis económica de Claudia la obligó a mudarse a la casa de su ahijada.
Mientras que las deudas, sobre todo de tarjetas de crédito, siguen aumentando, los más de 7 mil seguidores que tiene la locutora en su cuenta de Twitter comparten sus mensajes con el objetivo de poder darle una mano y sacarla del pozo depresivo y estrés en el que quedó sumergida frente a este complicado panorama.