20 Noviembre de 2016 14:57
Desde su columna dominical en La Nación Revista, Carolina Aguirre suele ofrecer anécdotas y visiones sobre su labor de guionista y escritora. Pero, esta vez, el tono del relato de la autora de Guapas y Farsantes (entre otras ficciones de TV) se deslizó al drama y la denuncia: decidió revelar su experiencia como víctima de la violencia de género.
Aguirre publicó una valiente y conmovedora confesión.
El texto comienza describiendo el ambiente de manipulación psicológica en el cual se desarrollaba su relación con un hombre al que no identifica. "Salvo cuando salimos y nos divertimos, al lado suyo la paso pésimo", explica Aguirre. "Él es un mujeriego oscuro y no le creo nada de lo que dice. Su pasado me atormenta, no me gusta cómo le habla a su ex mujer, tuvo demasiadas amantes y sus anécdotas están llenas de agujeros".
El estallido
La escritora luego pasa a pintar episodios de violencia psicológica creciente antes de explicar que, durante un viaje a Colombia, decidió cortar su noviazgo luego de una crisis de nervios. Y es ahí cuando el drama estalló del todo.
"Yo rompo en llanto y le digo que no soy feliz, que no lo amo más hace mucho tiempo, que quiero volver con mi exmarido", cuenta Aguirre. "Cuando digo 'exmarido' la cara se le deforma de odio. Me agarra del pelo y me grita que nunca nos vamos a separar, que antes de que lo deje y verme con otro me mata. Que en Colombia un sicario sale cincuenta mil pesos, que si quiere me hace matar ahora mismo".
"Me agarra del brazo, me grita que a él no lo deja nadie y me arrastra hasta el baño y me empuja contra la pared", continúa. "Siento mi espalda crujir contra los azulejos, dolorosa como un sable, y ahí entiendo que está hablando en serio. Son las tres de la mañana, estoy sola en un país donde no conozco a nadie, a siete mil kilometros de mi casa, y mi novio me está pegando".
"En el baño me pega un cachetazo y me sigue sacudiendo. Corro a la habitación, pero me tira al piso y me tapa la boca mientras me grita que me calle. Pataleo, lo empujo y trato de sacármelo de encima, pero no puedo moverlo ni un milímetro", sigue relatando Aguirre, quien tuvo la fortuna de que los empleados de seguridad del hotel donde se alojaba irrumpieran en la habitación para auxiliarla.
La escritora enumera luego el calvario de secuelas psicológicas luego del ataque para coronar su texto con una poderosa reflexión. "Me pega porque soy fuerte y libre. Me pega porque vivimos en una sociedad machista que les enseña a los hombres que las mujeres somos una cosa y las cosas no hacen valijas, no se van a las tres de la mañana, no deciden que no te aman más. Pero por sobre todas las cosas me pega porque además de mujer soy guionista, y no hay nada que me importe más que escribir. Y sabe que, a no ser que esa noche me mate, apenas esté lista, escribiré también sobre esto", cierra Aguirre.