Las insólitas teorías sobre Luis Miguel y sus clones, que dan mucho rating pero no tienen ningún sustento, tienen su génesis hace dos décadas atrás. Aunque muchos vean un tanto cambiado al Rey Sol, las personas suelen envejecer y en el caso del cantante también se someten a cirugías estéticas, por ende, es normal verlo distinto. Pero, es cierto que Luismi tuvo y tiene dobles. Aunque no de manera tan exagerada como suelen decir los panelistas de la televisión.
Una de las más disparatadas frases que repitieron en televisión aseguró sobre Luismi: "Él juega con sus dobles. Vino con dos dobles extranjeros y no viajaron en su mismo avión porque alguno puede hacer una comparación. Vinieron en distintos momentos de la previa. Hay un doble argentino al que le dijeron: 'Avisá en tu casa a tu familia que hasta que no se vaya Luis Miguel vos vas a quedar afectado a este operativo, el operativo LM".
Otros mucho más lejos y aseguraron que uno de los dobles estuvo a cargo de los recitales: "El que se subió al escenario del Movistar Arena en el estreno no era Luis Miguel. Si hacés un comparativo con sus imágenes, te vas a dar cuenta de que es mucho más chiquito de hombros. Cuando uno hace dieta no se encogen los huesos, no se encoge la espalda, no se achica la altura".
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Y a eso le sumaron: "Hay un tema de piezas dentales. Consulté a muchos odontólogos mostrando fotos de si es la misma dentadura y me han dicho que no. Los oídos (Sic) también son distintos. Las entradas del pelo que tenía eran más prominentes y el que salió el otro día tenía un buen jopo. Hay cosas que marcan una diferencia. El artista que subió al escenario sabía interpretar lo gestual, como el baile de aquel Luis Miguel que recordamos cuando era muy jovencito y no de este último. Este es otro Luis Miguel. No está al cien por ciento. Su condición de salud muchas veces no es la mejor. Ha tenido excesos con el alcohol, con la droga y no siempre está con una disponibilidad para subir a un escenario. Por supuesto que esto va a desmentir y va a tratar de disimularse".
Pero, por supuesto, todas esas frases estuvieron compuestas por inventos y poca información precisa. Es cierto que Luis Miguel está más flaco y tiene el pelo distinto. Según fuentes periodísticas, el cantante se sometió a una serie de cirugías en Los Ángeles. Se habría realizado una liposucción y también un lifting en su rostro. Por eso se lo nota con varios kilos menos. Al parecer habría bajada casi ocho kilos. Además se sometió a un implante de cabello. Por eso cambió su peinado.
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Más allá de eso, es cierto que Luis Miguel utiliza dobles. Pero no para que lo suplanten en el escenario. Eso significaría un fraude y podría costarle millones de dólares. Pero suele utilizar a hombres muy parecidos a él para engañar tanto a la prensa como a sus frenéticas fanáticas. De hecho, hay una gran historia que tuvo como protagonista a uno de sus empleados a mediados de la década del 90.
Por entonces, cada vez que el artista llegaba al país, un ejército de paparazzis de las revistas más vendidas del país montaba guardia alrededor del hotel donde se hospedaba. Los días 9, 11 y 12 de noviembre de 1994, Luismi dio tres recitales, uno en Costa Salguero y otros dos en Vélez. Por entonces, llegó con su clásico equipo de guardaespaldas y, al menos, tres dobles.
Una vez en Argentina se hospedó en el viejo Hotel Park Hyatt, ahora transformado en el Four Seasons. Pasó cinco días en Buenos Aires. Durante esas jornadas, varios fotógrafos hicieron de todo para intentar capturarlo con sus cámaras. Solo una lo logró. O eso creyó. Inés Jiménez era colaboradora de la publicación de Perfil y había optado por montar guardia periodística en la parte trasera del hotel, donde estaba la piscina.
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Ella creía que por el calor que acechaba a Buenos Aires, el artista sí o sí iba a elegir refrescarse en la pileta del hotel y tomar un poco de sol. Cuando cerca de las tres de la tarde lo vio aparecer, no lo podía creer. Agarró su cámara (todavía a rollo) y disparó 36 veces. Lo tenía. Seguro que lo había capturado. Pero para poder ver las fotos había que esperar el revelado por al menos dos horas en el laboratorio. La tecnología todavía era un sueño. Se subió a un auto y partió a Editorial Perfil.
Cuando llegó, le gritó a su editor que tenía a Luis Miguel. “Lo agarré en la pileta”. La adrenalina explotó en la redacción a horas del cierre. Después de muchos años en los que Revista Gente había obtenido las mejores tomas del cantante en Buenos Aires, Caras podía hacer la diferencia. Encima lo tenían vestido con apenas un short. La orden al resto de los reporteros gráficos fue directa: “Hagan de todo para que Luis Miguel se esconda”. El objetivo era que el cantante se molestara, no saliera de su habitación por la prensa y el resto de la competencia no pudiera obtener ninguna imagen.
Por eso, esa misma tarde, la fotógrafa volvió al hotel y se puso a charlar con los agentes de seguridad. “Ya lo hice”, les dijo, entre orgullosa y relajada. Los hombres se le rieron en la cara. Ellas les juró que lo había fotografiado. Los seguridad fueron contundentes: “No salió de su habitación”. Le aseguraron que el artista estaba en medio de una fiesta sexual con varias mujeres y no había visto el cielo en muchas horas. Ahí comenzó la desesperación.
“Parece que no es Luis Miguel”, les dijo a sus jefes por teléfono. Faltaban horas para que la revista fuera impresa. Cuando regresó a la editorial, comprobó lo que intuía. No era el cantante. Ella lo había confundido con uno de sus dobles. En una foto del primer plano de su rostro se veía que no se parecía en nada al verdadero Luismi. Su editor le dijo: “Ese que hiciste es Luis Miguel. No hablamos mal del tema”. Por eso eligieron las fotos en los que se lo veía con la cabeza gacha o casi de perfil. La revista se agotó pero fue un escándalo. Todos descubrieron la mentira. El doble de Luis Miguel engañó a todos.