El comienzo de la relación entre Luisana Lopilato y Michael Bublé sorprendió a muchos. No sólo por las distancias, sino por la incapacidad de ambos de poder hablar un idioma en común. La ayuda de un traductor los ayudó, pero el camino no fue fácil. “Al principio, nos vivíamos peleando porque no nos entendías”, reconoció la rubia.
La determinación de ponerse las pilas y estudiar inglés llegó después de una fuerte discusión de pareja que protagonizó cuando todavía era sólo la novia del canadiense. “Fue en los ángeles. Estábamos en un restaurante, no sé qué discusión tuvimos y le dije: '¿Sabés qué? Me voy'. Agarré mis cosas y me fui hasta la esquina. No pasaba ningún taxi, así que me tomé un colectivo que estaba fuera de servicio”, recordó durante el especial que grabó tiempo atrás con Susana Giménez.
“Nunca me había tomado un colectivo, pero frenó y me dijo: '¿Qué necesitás?'. Le dije: 'Mirá, me quiero ir de shopping. Llevame a las calles donde haya locales porque quiero caminar'”. Me dijo: 'Estoy fuera de servicio, pero estoy yendo para Hollywood'. Es en donde están las estrellas (el famoso Camino de la fama). Me subí sola, no había nadie y me llevó”.
Nada como organizarse bien para poder con todo #supermamá #missyoumike
Una publicación compartida de Luisana Lopilato (@luisanalopilato) el 7 de Oct de 2016 a la(s) 11:27 PDT
Cuando llegó al paseo, la rubia comenzó a caminar para descargar su furia. “No me acuerdo ahora por qué, pero estaba re enojada. Caminaba, caminaba, caminaba. Y un tipo me da un folleto para estudiar inglés. Mike me llamaba y yo no le atendía el telédono”.
El paseo de la fama en el que Luisana decidió estudiar inglés
“Caminé hasta la escuela. Me atendieron y les dije que quería estudiar inglés. Pregunté cómo eran las clases y me dicen: 'Justo ahora empieza el curso de verano. Las clases cuestan dos dólares por mes'. Era una escuela pública. Yo decía: 'Algo no entendí bien, dos dólares no puede ser'”.
Una publicación compartida de Luisana Lopilato (@luisanalopilato) el 18 de Ago de 2016 a la(s) 6:50 PDT
Luisana decidió inscribirse, pensando que el curso comenzaría en la semana. “La clase arrancaba en 20 minutos y me metí. Esa noche lo atendí a Mike, que me decía: '¿En dónde estás? ¡No me atendiste en todo el día!'. Finalmente cuando estaba contenta, porque había realizado algo para mí, lo atendí y le dije: 'Adiviná en dónde estoy, venime a buscar'”.
“No lo podía creer. Me decía: '¿Cómo terminaste en una escuela yendo sola sin hablar inglés'. Y le respondí: 'Me las arreglé'”.