Santiago del Moro es uno de los conductores del momento. Se luce en radio y en tevé con su propio estilo. El conductor de Intratables se describe como rebelde y diferente al resto. Pero su postura ante cámaras o cuando lo fotografían genera una pregunta: ¿por qué suele pone una de las manos en los bolsillos?
Como Napoleón, el conductor siempre oculta una de sus manos.
Del Moro develó el secreto en una entrevista a la revista “Rolling Stone”. “En 2004, MuchMusic cambió de autoridades y decidieron echarme del canal, estuve muy mal, pero esto me dejó un aprendizaje. A partir de ese día aplico la metáfora de tener mi mano siempre en el bolsillo. Sé que algo voy a encontrar, porque confío en mí, no soy parecido a nadie. Siempre me vi como uno de esos yuyos que crecen guachos al costado del camino”.
“No es un tic nervioso o una mañía”, dijo el conductor.
Del Moro contó su historia de vida: “Me vine a los 17 años de Tres Algarrobos, un pueblo de Buenos Aires. Dejé a mi familia, a mis amigos para venir a estudiar Comercio Internacional en Capital. Pero me di cuenta que no era lo mío. Yo amaba hablar frente a un micrófono, el entretenimiento”
Se lleva al bolsilla la mano derecha y a veces la izquierda.
“Era agosto de 1998, cuando Guillermo Mastrángelo me hizo un casting y quedé en para hacer exteriores, entrevistas y el segmento teen de MuchMusic. Fue un gran día, era lo que siempre soñaba”, expresó el conductor,
La tapa de la revista también lo muestra con su acostumbrada pose.
Anécdota familiar
El conductor de Intratables relató una terrorífica y graciosa anécdota de su infancia: “Mis padres abrieron una funeraria en la casa de mi abuela. Me gustaba ir a pasar las noches ahí, mi dormitorio estaba pegado al lugar donde velaban a los muertos. A veces me despertaba y escuchaba desde el pasillo el llanto de los deudos. También me gustaba jugar y esconderme en los féretros vacíos”.
Vino de un pueblo a triunfar en la gran ciudad.
Del Moro explicó el porqué de su obsesión por el trabajo: “Cuando vivía en mi pueblo, mi papá me despertaba todos los días a las 8 de la mañana al grito de ´dale que te comen los piojos´, esta frase suena en mi cabeza todas las madrugadas cuando me levanto para ir a la radio, me da mucha fuerza”.