"Nunca perseguí la gloria/ni dejar en la memoria/de los hombres mi canción", canta aún Joan Manuel Serrat, en unos versos de Antonio Machado que musicalizó para uno de sus discos más famosos. No sabemos si Serrat la persiguió, pero está claro que la alcanzó. Valga la paradoja, incluso el tema que incluye esos versos, Cantares, quedó incorporado al cancionero popular para siempre. Se seguirá cantando cuando Serrat ya no esté entre nosotros, lo cantan emocionadas multitudes en los conciertos del catalán, tal vez porque a todos nos gusta pensar para qué pasamos por esta vida y qué dejamos a nuestro paso.
Pero, ¿quién es Joan Manuel Serrat? "Un servidor/Joan Manuel Serrat/casado y mayor de edad/ vecino de Camprodón/Girona/ hijo de Ángeles y de Josep/de profesión cantautor/natural de Barcelona", se presenta en A quién corresponda, la canción que abre su disco "En tránsito". Así se presenta. Un vecino de Camprodón que visitó nuestro país por primera vez en 1969, que es parte del paisaje y de la educación sentimental de millones de argentinos, a los que conquistó en el programa Sábados circulares, de Pipo Mancera, y en multitudinarios carnavales de los 70. Serrat representa, entre muchas otras cosas, valores libertarios, causas, utopías. Pero Serrat es también el autor de canciones de amor que te desarman, como Lucía o No hago otra cosa que pensar en ti, o preciosas pinturas costumbristas como Fiesta, o Mediterráneo. Su actual gira se llama "Mediterráneo Da Capo" y presenta un disco que tiene 47 años y todavía se la recontrabanca.
¿Cuántos grandes discos hizo Serrat? Quien esto escribe cuenta 10: La Paloma; Dedicado a Antonio Machado, poeta; Mi niñez; Miguel Hernández; Mediterráneo; Canción infantil; Para piel de Manzana; En tránsito; Cada loco con su tema; Utopía. La lista es injusta, porque excluye los discos en catalán, que desde luego no han tenido la misma repercusión entre nosotros. Pero esos diez discos son más que diez discos: son una especie de monumento.
Esta versión de "Para vivir" es anterior y probablemente no tan buena como la que finalmente quedó en el disco, pero el videíto quenchi que la acompaña es imperdible.
Algo de esa magia del Serrat catalán ha llegado hasta nosotros: en sus conciertos para públicos de habla castellana, cuando incluye una canción en ese idioma tiene la costumbre de recitar antes la letra al castellano. Así llegaron a conmovernos Paraules D'Amor; Plany al Mar, Seria Fantastic, y sobre todo Pare, esa en la cual dice que "Alguien anda pintando el cielo de rojo y anunciando lluvias de sangre, alguien que ronda por ahí", y pide "Padre, deje usted de llorar, que nos han declarado la guerra".
Entro en el Luna Park con mi papá un día de junio de 1983. Tengo 13 años. Serrat canta "Entre estos tipos y yo hay algo personal" , el público canta "Se va a acabar/ la dictadura militar", la banda de Ricardo Miralles acompaña. Serrat dice algo que no recuerdo con exactitud, "Claro que sí" o "Se va a acabar". Y Serrat canta "Cambalache", de Enrique Santos Discépolo, y mi papá, con una sonrisa, se pregunta si es necesario que Serrat cante tangos.
En otro de los conciertos de ese ciclo en el Luna Park, el público recontraputea al periodista Bernardo Neustadt, que abandona la sala. Al otro día, con su característica cara de piedra, Neustadt se lamentará por haberse perdido la fiesta "por culpa de unos pocos". Serrat le responderá: "Yo creo que fue todo el estadio".
Estoy en la cancha de Vélez con mi mamá un día de noviembre de 1984. Tengo 14 años. El presidente es Raúl Alfonsín. La atmósfera es bien otra. Celebrar. Hace calor y parece que la democracia llegó para quedarse, y todavía no hay ni Plan Austral ni carapintadas ni hiperinflación.
Ahora estamos en 1992 y estoy en el Congreso, un horrible y a la vez inolvidable día de lluvia. No sé cuánta gente hay, 200 mil, 300 mil, algo así. El show es un poco desprolijo, como a menudo lo son esa clase de megaconciertos. Lo he podido ver hace unos días en el Gran Rex, por lo cual este es una especie de BonusTrack gigante. El disco que presenta Serrat se llama Utopía. Una de los hits es "Disculpe el señor": en los teatros Serrat suele cantarlo vestido de mayordomo, no recuerdo si así lo hizo en el Congreso. El estribillo dice "Disculpe el señor/se nos llenó de pobres el recibidor". A lo largo de la canción van apareciendo cada vez más y más pobres. hacia el final, el mayordomo se lamenta "que esos no se han enterado/que Carlos Marx está muerto y enterrado". En la Argentina gobierna Carlos Menem.
Estoy en la entrada lateral de la Esma el 24 de marzo de 2004, el día en que Néstor Kirchner pide disculpas, en nombre del Estado, por los crímenes de la dictadura, el día en que se abren las puertas y la multitud entra. Serrat canta Para la libertad.
¿Hay un, digámoslo con todo respeto pero sin eufemismos, "Serrat/choreo"? Pero sí, claro. Cuando Serrat arma "sociedades" con otros artistas, se tira un poco a chanta. El Serrat de "El gusto es nuestro" , el Serrat de los discos y los conciertos con Sabina, es un Serrat, por decirlo suavemente, menos riguroso de lo que su propia historia dispone, un Serrat que juega con su propio mito. No sé si está bien o está mal, es como es.
Su base de operaciones en nuestro país es el teatro Gran Rex. Anuncia un show y se agotan las localidades en poco tiempo, y agrega y agrega fechas, lamentablemente con entradas carísimas, que acaso han segmentado un poco su público. El tiempo lo ha vuelto un señor un poco más conservador y hace bastante que no escribe una canción entrañable. Pero hace bastante, también, que está más allá del bien y del mal. Aquellos que hemos crecido con él ya no necesitamos más nada: le estaremos eternamente agradecidos y le deseamos que cumpla muchos más.