Los Montaner están de festejo. Después del filoso cruce que mantuvieron Marlene y Stefi Roitman en Navidad, el clan televisivo desembarca con la segunda temporada de su bizarro reality en una reconocida plataforma de contenidos. Se trata de una nueva entrega de la serie con la que buscan "limpiar su imagen" y mostrar cómo es su día a día familiar, después de que fueran acusados por la audiencia de "secta".
Pese al leonino contrato supervisado por la matriarca del clan y a las condiciones impuestas a la hora de editar el material, lo cierto es que la primera temporada expuso no sólo el verticalismo familiar (todo pasa por Marlene), sino también la lógica machista con la que son recibidas las mujeres que se casan con los herederos de Ricardo y Marlene.
Clasismo, celos y desubique en el clan Montaner: el calvario que vive Stefi Roitman
Y esa lógica se palpa desde el primer minuto en el que uno le da play. Ya en la introducción de la primera temporada, en la que se presenta de forma divertida a cada miembro de la familia, las diferencias se exponen sin tapujos. El concepto es simple: el personaje baila frente a cámara y luego la pantalla se divide en dos, sumando así imágenes caseras de la infancia de cada miembro del clan.
¿El detalle que misógino que muchos detectaron? Sólo los integrantes masculinos de la familia parecen tener un "pasado". La secuencia comienza con la presentación de Ricardo, a quien se lo muestra dando sus primeros musicales. Luego, llega el momento de Marlene; a quien se la muestra junto a su marido y sin ningún archivo de su vida antes de casarse con el cantante.
El primero de los herederos en aparecer es Ricky, el hijo mayor del segundo matrimonio de Montaner. Mientras se muestra canchero en la actualidad, en el margen izquierdo de la pantalla se puede ver una vieja grabación suya nadando en una pileta. Al instante se la presenta a Stefi, pero sólo con una breve secuencia de ella mirando a cámara para la introducción del reality. Nada hay de su vida antes de conocer al jurado de La Voz, pese a que al momento de grabar la primera temporada todavía no se habían casado y acababan de anunciar su compromiso.
Nota al lector: a lo largo de la primera temporada, que muestra en parte la organización del polémico casamiento mixto que expuso la interna familiar, se la puede ver a Marlene en todo momento preocupada y alarmada por la incorporación de la argentina a su familia. "Mira todo lo que hemos construido. Somos una familia que nunca se fracturó, siempre creció. Fuimos sumando yernos y nueras. Ojalá que todo esto no se destruya por la incorporación de una nueva nuera", disparó en uno de los primeros capítulos, sin pruritos, ni ponerse siquiera colorada.Después de la fugaz presentación de Roitman, llega el turno de Mau; quien al igual que su hermano, también tuvo el privilegio de compartir un video casero en el que se lo puede ver en plena adolescencia. Su esposa, Sara, tuvo la misma suerte que Stefi: nada de archivo de su vida por fuera del clan y encima tuvo que compartir sus pocos segundos de aire bailando junto a su marido.
Aunque el destrato hacia las mujeres es notorio, quien sale mejor parada es Evaluna, la única hija de Ricardo y Marlene. Al igual que sus hermanos, en la introducción también se pueden ver videos de su infancia y, a diferencia de Sara o Stefi, cuenta con su propio espacio para presentarse a solas, sin la presencia de su marido, Camilo.
"Espero que hayan...": la filosa respuesta de Stefi Roitman a Marlene Montaner
Quien cierra la ronda de la presentación es precisamente el papá de Índigo, a quien si bien se lo muestra junto a Evaluna, su condición de hombre le trajo más beneficios que a la esposa de Mau o a la influencer argentina. Él sí pudo sumar un video de su infancia en el que se lo puede ver tocando la guitarra. Mantener su pasado, un privilegio que aparentemente sólo es para los hombres del clan.