20 Marzo de 2025 11:54

El silencio de su hogar en el barrio de Nuñez fue la primera alarma. Desde el domingo nadie había tenido noticias de Verónica Zanzul, conocida por todos como "La Colo", hasta que su madre, inquieta por la falta de respuesta, decidió ir a verla. Lo que encontró al abrir la puerta de la vivienda fue un cuadro desolador: su hija, inerte sobre la cama, sin signos de violencia visibles. Tenía 48 años. La noticia golpeó con fuerza. Zanzul fue parte de la historia televisiva argentina al integrar la primera edición de Gran Hermano en 2001. Su carisma y espontaneidad la hicieron destacar, aunque su paso por el reality fue breve: tras 56 días, se convirtió en la cuarta eliminada del certamen. Sin embargo, su vida después de la fama transcurrió lejos de los reflectores.
Si bien en su momento incursionó en la actuación y participó en programas como Fugitivos de Telefe, en los últimos años se volcó por completo a su pasión por los animales. Se desempeñaba como paseadora de perros y gatos, y colaboraba como voluntaria en el censo de cetáceos y aves marinas. Su amor por los animales quedaba en evidencia en sus redes sociales, donde compartía fotos y reflexiones sobre su trabajo y sus mascotas. Su última publicación, el 4 de marzo, fue precisamente un homenaje al cumpleaños de uno de sus fieles compañeros de cuatro patas.
El periodista Agustín Rey confirmó la triste noticia y dejó entrever que Zanzul "venía con problemas hace mucho y al parecer decidió quitarse la vida". No hubo confirmación oficial por parte de su familia, que hasta el momento guarda silencio ante el impacto de la pérdida. Mientras tanto, en redes sociales, excompañeros del reality y seguidores expresaron su dolor. Patricia Villamea, con quien compartió la experiencia en la casa más famosa del país, publicó una foto en la que aparecen juntas junto a Tamara Paganini y Gustavo Jodurcha. "Recordarte así", escribió.
Lo cierto es que la noticia sacudió a quienes aún la recordaban con cariño. Lo que más duele no es la forma en que se fue, sino el abandono silencioso que la rodeó en sus últimos años. De ser una de las primeras figuras del reality más famoso del país, pasó al olvido mediático, sobreviviendo con trabajos eventuales y su amor incondicional por los animales, a quienes paseaba y cuidaba como última actividad laboral. En el 2001, cuando Gran Hermano desembarcó en Argentina, Verónica era una de las 12 elegidas para formar parte de un experimento televisivo que revolucionaría la pantalla.
Con su pelo rojo vibrante y su carácter extrovertido, "La Colo" supo ganarse un lugar en la memoria de quienes siguieron esa primera edición. Compartió la casa con nombres que aún resuenan, como Marcelo Corazza, Gastón Trezeguet y Tamara Paganini. Sin embargo, su paso por el reality fue breve: casi dos meses de convivencia, quedó eliminada y el destino empezó a alejarla de la fama efímera.
A diferencia de otros participantes que encontraron en los medios una continuidad laboral, la vida de Verónica tomó un rumbo diferente. Intentó en la actuación con pequeños papeles en el ciclo Fugitivos de Telefe, pero con el tiempo, el trabajo escaseó. Su amor por los animales la llevó a reinventarse como paseadora de perros, una tarea humilde, pero que la llenaba de satisfacción.
Más allá de las redes, el eco de su partida resonó en aquellos que alguna vez la vieron sonreír en la pantalla. Sus seguidores, al enterarse de su fallecimiento, llenaron sus fotos de mensajes de tristeza y condolencias. "Espero que tus animalitos queden en buenas manos", escribió un usuario. "Qué dolor enterarme de esto", comentó otro. La familia aún no emitió declaraciones oficiales, pero lo cierto es que el caso de Verónica Zanzul es un reflejo de cómo la fama puede desvanecerse en el aire, dejando atrás solo recuerdos en quienes alguna vez la vieron brillar.
La televisión, el espectáculo y la sociedad misma muchas veces olvidan a aquellos que, por un instante, fueron parte de su día a día. Hoy, "La Colo" descansa en paz, pero su historia deja una marca imborrable: la de una mujer que, en medio de la indiferencia del mundo, luchó hasta donde pudo.