En medio del partido entre el París Saint Germain y el Nantes por la Ligue 1, el técnico argentino Mauricio Pochettino hizo un sorpresivo cambio: Afuera Ángel Di María. Pero lo que sucedió segundos después, en el banco de suplentes asombraba más a todos. Después de una breve charla con su DT -que se había enterado por un llamado de Leonardo, el director deportivo del club-, Fideo se fue directo a los vestuarios y luego abandonó el estadio. En ese momento se había enterado que varios ladrones habían ingresado a su casa.
La ciudad de Neuilly sur Seine, en las afueras de París, es un área de lujo y tranquilidad. Es el lugar que Di María y su esposa Jorgelina Cardoso eligieron cuando llegaron a Francia desde Machester en 2015. Nunca pensaron que, en la noche del domingo, su mansión sería el objetivo de varios delincuentes cometerían un asalto y se llevarían una fortuna.
Mientras el futbolista viajaba rápido a su hogar, los rumores de secuestro y de violencia contra su esposa y sus hijas Mía y Pía aparecían en varios medios franceses. Por fortuna, nada de eso era real. La familia de Ángel jamás se enteró que varios delincuentes habían ingresado a su hogar, llegaron a la planta alta y forzaron una caja fuerte que contenía 500 mil euros, joyas y relojes.
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Cuando Di María arribó al lugar, la Policía parisina investigaba cómo habían hecho los ladrones para acceder a la casa si había un agente de seguridad. Pero Fideo no fue el único en ser asaltado: al mismo tiempo, un grupo de delincuentes ingresaron a la propiedad de los padres de su compañero Marquinhos y golpearon a su papá para poder robarle. Dos jugadores del PSG fueron víctimas mientras jugaban un partido. No parece una casualidad.
No es la primera vez que le roban a Di María. En 2015, cuando vestía la camiseta del Manchester United, su departamento fue objeto de otro robo que traumatizó a su familia. Esa vez, no sufrieron ninguna pérdida de valor porque la alarma sonó a tiempo y los ladrones huyeron. Pero ese hecho fue suficiente para abandonar Inglaterra.
Tampoco es el primer futbolista argentino que sufre una entradera en París. Hace unas semanas, Mauro Icardi y Wanda Nara fueron las víctimas de un robo que, a la luz de los hechos, parece el prologo de lo que sucedería con los futbolistas del PSG.
El 3o de enero, mientras el delantero viajaba para jugar un partido de la Ligue 1 en Lorient y Wanda vacacionaba con sus hijos en Milán, un grupo de ladrones se metió en la mansión de Neuilly-sur-Seine y la desvalijaron. Se llevaron más de 400 mil euros, joyas, relojes, zapatos, carteras y ropa de marca.
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Aunque Wanda e Icardi no dieron detalles de lo que había ocurrido y menos de lo que le robaron, Zaira Nara contó todo en una entrevista: “Es una noticia horrible. Parece que la inseguridad no la tenemos solo nosotros porque también ocurre en Francia. Por lo que me cuenta mi hermana de sus amigos y de la familia de otros jugadores, hay mucha inseguridad en París. Este tipo de robos, con o sin gente, es bastante habitual”.
Y completó: “Ellos tenían las medidas de seguridad que una casa de esa índole puede llegar a tener, pero no había nadie en la casa. Los caseros fueron los que se dieron cuenta. Por lo que me dijo mi hermana, entraron por una ventana. Pero más allá de lo material, uno siente que ya no es su casa. Te sentís violado, que te estuvieron estudiando. A mí lo que me preocupa, es que hayan hecho un estudio de a qué hora salís, a qué hora entrás”.