La frase acerca de que las brujas no existen, pero que las hay las hay, bien podría graficar todo lo que vivió Gabriel Moss a partir de aquella noche en la que soñó con Roberto Sánchez, mejor conocido como Sandro. En esa escena onírica, el emblemático cantante le dictó una canción mientras estaba sentado con él en el piano que había aprendido a tocar a sus siete años y, ante semejante evento, decidió dejar su carrera como ingeniero, para volcarse de lleno a la música.
Hoy tiene 21 canciones ya lanzadas en las plataformas Spotify y YouTube, y toda su existencia dedicada a su faceta artística. Además, los sueños continuaron y motivaron nuevos temas, aunque "El Gitano" no se volvió a presentar nunca más ante él como aquella primera vez. Si bien no tiene forma de demostrar que haya sido realmente él, bien en lo profundo de su corazón, está convencido de eso.
En el presente se encuentra evaluando dónde y cuándo será su próximo show, aunque ya tiene bien claro quién lo va a asesorar y acompañar: Sebastián Giunta, arreglador y pianista histórico del artista que lo inspiró para volver a empezar, con más de 50 años y toda una carrera profesional a sus espaldas.
¿Cómo recordás ese momento en el que Sandro se te presentó en sueños?
- Fue impactante, porque fue el inicio de una serie de sueños, no todos con él, pero si seguí soñando con distintas melodías, letras, temas. El primero fue con él y fue muy fehaciente, muy vívido. Tan vívido que me levanté a las tres de la mañana, recuerdo, y no quería olvidármelo. Tomé mi grabadora, me senté en el piano y escribí la letra de todo lo que recordaba. No era sólo la letra. También las estrofas y la melodía. Y esa primera canción, que se titula 'La sombra de tu amor', fue el puntapié inicial de los ya 21 temas que tengo lanzados, tanto en Spotify como en mi canal de Youtube.
Así llegó mi primer álbum. Lo saqué hace dos años y lo titulé 'Entre sueños', justamente porque la mayoría de las canciones -en parte- son soñadas. Pero en este primer tema que me dictó Sandro, yo estaba con él en el piano sentado y él me dictaba, prácticamente, el 80 por ciento, tanto en su letra como en su melodía. Así fue el sueño. Yo nunca lo conocí personalmente. Soy ultra fanático de Sandro desde que tengo siete años que yo lo venía siguiendo con Sandro y los de Fuego, y lo seguí siempre a todos lados. Nunca intimé con él ni traté de hacerlo, porque sabía que siempre quería tener su vida privada, y que Roberto Sánchez era su vida privada y Sandro era su personaje, algo que siempre entendí y sentí que esa era su forma de ser.
¿Y vos sentís que fue Sandro el que te habló? ¿Estás convencido de eso?
- Sí. No sé si en sueños. La gente va a pensar que... es que no tengo otra forma de decir que no fue él. ¿Puede haber sido mi fanatismo? Puede haber sido. Pero después soñé otros temas y no estaba él. Al primer álbum lo llamé así por los sueños que tuve y no por otra cosa. Se repitieron y se siguen repitiendo, pero en ese sueño estaba él muy presente. No volvió a pasar.
¿Y esto fue tan impactante que a partir de ahí fue que decidiste dedicarte a la música?
- Sí y no. En el 2010, cuando falleció Sandro, yo empecé a escribir un libro que edité en 2016, una novela fantástica que se llama 'La eternidad de la rosa', no es ni autobiográfica ni nada de eso. Él tiene una participación muy especial ahí, pero yo quería homenajear a mi ídolo, que fue algo muy importante en mi vida. Ahí comencé y retomé piano, porque yo había empezado a estudiar a los siete años. Después, como seguí la carrera de Ingeniería, bueno, me alejé un poco y el trabajo también me alejó un poco de la música. También comencé a ir a canto, a distintos grupos y profesores. Ahora estoy con mi coach, que es además mi arregladora vocal. Clara Terán, que es una gran cantante.
En la pandemia primero hacía covers en distintos pubs, de Luis Miguel, de Cristian Castro. Siempre melódicos, porque mi común denominador es el romanticismo. Pero el romanticismo con todas las letras, siempre dentro de mis posibilidades. Pero a partir de este sueño sí empecé a cantar exclusivamente mis temas. Ya hice presentaciones en distintos teatros. En mi canal de Youtube tengo un promedio de cien mil vistas por tema. Estoy tratando de que se conozca mi música.
Algunos de estos videos los grabaste en lugares paradisíacos o emblemáticos.
- Sí. Mirá he grabado videos en Nueva York, en Cancún, Río de Janeiro, y mi último video, que salió hace un par de meses y se llama 'Esperaré', lo grabé en París. Los demás fueron todos en Argentina: en Monte, en el Tigre. Los hice también con artistas conocidos.
¿Cómo fue esa experiencia tanto con Adriana Salgueiro como con Ximena Capristo?
- Las dos son diosas. Muy dóciles, muy dadas. Con Adriana grabamos 'Dame dame' en un campo con un globo aerostático. Y Ximena, ella bailó con un cubano un tema muy rítimico que se titula 'Y mi vida revive'. Todos están en mi canal de Youtube, donde ya tengo más de 1,5 millones de vistas.
Es un montonazo de gente para todo lo que despertó un sueño de Sandro.
- Sí, a mí me sorprendió el hecho de que, como yo empecé a cantar en el 2010. Sí le dediqué mucho mucho tiempo. Ya son 13 años en los que estoy tratando de perfeccionar mi voz. Lo que soy es polifacético porque no son solamente canciones melódicas, baladas, boleros. Por ahí tengo un reggaetón, un rock o un tango. Sueño lo que sueño, trato de recordarlo y volcarlo. Es más, a veces me levanto a la madrugada, y lo que sueño -que nunca fue como Sandro, como ese primer tema- son pedacitos de melodías o estribillos. Siempre trato de grabarlos o de volcarlos inmediatamente en papel o en el piano.
Tu rol polifacético también tiene su costado espiritual. Vos sos muy adepto al yoga.
- Sí. Es un estilo de vida que adopté ya hace más de 20 años, el cual me dio mucho resultado. También hago meditación. Me ha resultado muy fructífero en mi vida. He ido a la India también. Me he instruido en la cultura hinduista y budista, porque fui a Nepal también.
Otra vez el denominador común del amor, en este caso por uno mismo.
- Exactamente. Igual estoy abierto a todas las espiritualidades, las religiones no me agradan mucho porque son muy dogmáticas. Pero la espiritualidad sí y de las religiones estoy abierto a todo. Nadie tiene la verdad.
Ya que creés que fue Sandro el que te dictó, ¿qué mensaje tenés para él?
- El mensaje que yo le daría es un gracias muy grande. No solamente por esto último, que me cambió en el hecho de que me hizo introducir más en el canto y en la música, directamente. Sino el gracias por lo que me brindó en mi juventud y en mi adolescencia, y no tanta adolescencia, sino ya de mayorcito, esas canciones románticas que me hicieron vibrar con mis distintas parejas que tuve en la vida. Es un gracias muy grande.
¿Qué es lo próximo que se viene en tu carrera?
- Estoy con el arreglador y pianista que estuvo con Sandro, con Sebastián Giunta, tratando de arreglar un show. Estamos ensayando para hacer un espectáculo en donde cantaré mis canciones, y algunas de Sandro también, ya que está él que estuvo tantos años con él, viajó al exterior con él. Es un amor realmente. Estamos viendo en qué teatro, buscando posibilidades.