En el verano, la obra Princesas, 50 años después, escrita, dirigida y protagonizada por Pepe Cibrián, marcaría la vuelta de Esmeralda Mitre a los escenarios. Aunque nadie esperaba que fuera un hito teatral de Buenos Aires, la expectativa estaba puesta en que, al menos, la obra durara seis meses en cartel. Fue imposible.
En enero, la heredera del diario La Nación se contagió de coronavirus y debió ausentarse durante dos semanas. La obra quedó a cargo de Cibrián y Marta González, la otra protagonista. En febrero, ya recuperada, apenas duraron tres semanas en cartel. Es que después de algunos idas y vueltas en el escenario, Mitre y Cibrián protagonizaron una pelea que finalizó con la renuncia de la actriz.
"Fue muy lindo y enriquecedor trabajar con Pepe Cibrián. Jamás hubiera sido tan irrespetuosa con alguien como él lo fue conmigo. Creo que le molestaron las críticas que me adulaban a mí, como la mejor. Llamó al crítico muy enojado y cuando salió el fallo de la Justicia, hubo algo con el dinero que no sé qué pasó", lanzó cuando se supo de su partida de la obra.
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Y explicó sobre su partida: "Pepe conmigo fue lo peor y lo único malo que viví en la historia de mi carrera. Pepe rompió todo mi camarín y yo me fui". Más allá de eso, no quiso entrar en detalles de lo que desató la pelea. Pero más de un mes después de aquel enfrentamiento, Esmeralda contraatacó.
"Tomé la decisión de bajarme de la obra de Pepe Cibrián porque tengo mucho trabajo por delante y debía elegir. También debía viajar a Estados Unidos por trabajo, por lo que me tocó heredar y ya debo encarar compromisos”, afirmó, quien se convirtió en la presidenta del grupo La Nación.
Y siguió: "Siempre sentí en mi alma que yo ganaba. Siempre tuve la humildad de no pensar que mi enemigo era un enemigo fácil, de no subestimarlos. Siempre seguí luchando aunque pudiese perder, pero en mi profundo ser, yo sabía que ganaba. Estoy muy emocionada porque la lucha fue muy grande. Es icónica, realmente, haber recuperado un robo de las acciones de toda mi familia. La humillación de haber sentido eso tantos años como hija. Verlo sufrir a mi padre tanto, nadie sabe lo que sufrió".
Cuando escuchó eso, Cibrián le había contestado: “Está bien, me parece bárbaro, pero cuando uno es inteligente no dice que es inteligente. Es inteligente. Porque decir que los demás no hemos recibido buenas críticas, o mejores o iguales, qué más da a esta altura. Imaginate que he estrenado más de 56 obras acá y en el mundo”.
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Y cerró: “Me da exactamente igual la crítica mejor o peor de Esmeralda Mitre, pero no me parece ético lo que está diciendo Esmeralda y ahí sí me da leche. Hasta ahí todo iba bien, pero que diga eso de sus compañeros, de Marta González que tiene 77 años y 20 mil más que Esmeralda Mitre de profesión...".
Luego, cuando le contaron que Cibrián la había castigado, Mitre le respondió. “A Pepe no lo vi más. Él no estuvo bien conmigo porque dijo cosas muy feas, desleales. Yo soy muy soldado. Cuando gané la IGJ algo le dio mucha bronca y empezaron a hablar de mi dinero en la televisión, cosa que era peligrosa para mi y renuncié”.
Y entonces contó sobre lo que pasó aquella noche: “Me rompió todo el camarín. Si tuviera que contar todo lo que hizo conmigo, él no trabajaría más. No voy a ser la causante de su ocaso”.