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Ezequiel Campa, el sueño de ser actor y su papel en Bendita: "Me cuesta encontrar mi lugar"

"Sí, pero no" de Ezequiel Campa llega por primera vez al Teatro Maipo este 9 de septiembre.

por Agustín López Paunero

06 Septiembre de 2023 20:04
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Con más de 15 años arriba de los escenarios del stand up de Argentina, Ezequiel Campa, el creador de personajes como el rugbier antiaborto Dicky del Solar y el gurú de las vibraciones y las energías Santiago Noestudiénada, llega por primera vez en su carrera al Teatro Maipo, donde llevará "Sí, pero no", su último unipersonal -el quinto que hace-, con el cual fue nominado a los Premios Estrella de Mar 2023.

El humorista pasó por BigBang y dejó conclusiones sobre su humor ácido e irreverente en tiempos de una vuelta de posiciones oscurantistas como las que tienen sus personajes. Además, aseguró que Edith Hermida en Bendita TV le tiene miedo, mencionó a algunos de sus referentes artísticos y confesó que su principal éxito es que su público lo quiera, más que el rédito económico que acompaña a esa realidad.

Presentás en el Teatro Maipo "Sí, pero no", tu show de stand up que venís haciendo desde noviembre...

- Este 9 de septiembre es la primera función y espero que sea la primera de muchas. Lo venía haciendo en el Teatro Chacarerean de Mauricio Dayub, además de las giras que hago por todos lados. Por suerte una buena, mala noticia, es que nos quedó chico. Estoy atravesado por la emoción, la verdad es que me costó mucho llegar, incluso a poder hasta vivir de mi profesión, así que imagínate, el Maipo, es como ¿qué es esto? Como es que para mí hay un error, yo hasta que no esté arriba de ese escenario para mí no... yo fui mucho a ese teatro, a ver Enrique Pinti. ¡Las cosas que he visto ahí arriba! Entonces mi personalidad me hace pensar más en la decadencia de la escena teatral, que en mi éxito.

Te tirás para abajo y comenzaste a hacer stand up en Argentina en un momento donde, quizás no era lo que es ahora el género y todavía había mucha gente que lo ponía en duda, porque era un lugar muy norteamericano y no iba a funcionar acá...

- Cuando yo empecé no había nada. Cuatro o cinco comediantes, algún profesor, y un poco también fue lo que me acercó a mí. Yo a las cosas que está haciendo todo el mundo, les escapo un poco. Yo veía stand up de afuera y yo decía: "Esto está buenísimo", y acá no había. Era volantear en calle Corrientes, contra la tradición del teatro. Mucho prejuicio. Lo sigue habiendo igual, pero por suerte cada vez menos, y creció mucho. Lleva mucho tiempo que un comediante sea bueno, como 20 años te lleva.

Hay una experiencia que hacés con el público. Ahora hay mucho diálogo...

- Sí, en mi caso en particular... hay un fenómeno ahora que tiene que ver con que los comediantes descubrimos que subiendo videos con las interacciones de las personas, nos sirve para promocionar los shows. No es eso el show. Hay gente que cree eso. Lo que pasa que a veces no te queda otra que subir esas partes, porque el resto es material, y si lo subís lo quemás.

Lo mencionaste a Pinti, con Salsa Criolla y tantos éxitos que si bien no son stand up, tenía mucho de monólogo...

- Técnicamente no es stand up. Es un embole la discusión, pero sí, yo lo iba a ver con mi hermano. No sé, tendría ocho o nueve años, mi hermano tenía 13, 14. Y nos escapábamos al centro. Nosotros vivíamos afuera y nos escapamos del al Centro del Liceo para ver Salsa Criolla un martes. Creo que la hacía de lunes a lunes, una locura.

¿Él fue una de tus influencias a la hora del humor?

- Sí, en mi temprana edad sí, después me fui para un estilo, a nivel espectador, más vinculado con el stand up, donde se habla mucho más como en primera persona, no tanto de de política. Y me empezó como a gustar una cosa más oscura, de comediantes más conflictuados y esas cosas. Pero sí Pinti, Les Luthiers, Fontanarrosa, Dolina.

Esperamos que tengas muchas funciones en el Maipo. Estuviste la semana pasada en Chile. Justamente te quieren mucho ahí. Hiciste televisión...

- Sí, en Chile tuve la posibilidad de conducir tele, algo que me gustaría hacer en Argentina porque me divierte mucho. En el 2014 conduje un programa. Yo ya iba desde un poquito antes con Malena Pichot, que hacíamos un show hace muchos años. Y sí, es un país al que hace 10 años que voy varias veces por año. Para mí es increíble que en cualquier lugar, no en Chile. Para mí irme a Tucumán y que haya 200 personas que me quieran ver, con los problemas de autoestima que tengo y con la autocrítico que soy, que haya 10 personas interesadas en lo que yo puedo llegar a decir, me parece insólito.

También en estos últimos años pegaste un salto, creo que en particular a partir de Dicky del Solar, que fue un personaje que te popularizó mucho a niveles de que había gente que creía que era real. Y pudiste agarrar con tono crítico todo una visión que hay en ciertos lugares, como se decía antes, "chetos". ¿Cuánto tuvo que ver con ese crecimiento ese hit?

- Creo que tuvo que ver mucho y, a la vez, no es una cosa como que la pegué, ¿no? Cuando yo hace 20 años que venís en esto, ya no existe pegarla. Es una construcción. Y cada tanto aparecen estos chispazos de cosas que, por alguna razón, le llegan más a la gente que otras cosas. Fue algo que yo hice en el contexto de un montón de cosas que ya venía haciendo. Si vos por ahí mirás mis redes antes de Dicky hay cuatro personajes con los que no pasó nada. Pero yo creo que ese es el camino, y a mí me funcionó eso. Yo cuando empecé a hacer stand up, era actor. Hacía varios años ya que venía como tratando de ser un actor más convencional, de cine, tele. Y si yo hubiera podido cumplir mi sueño y lo que yo tenía planeado, yo quiero  ser Marlon Brando. Ese era mi objetivo: actor dramático atravesado por el conflicto, y un camaleón, que no lo reconoces. 

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- Total, y el vínculo con su madre.

Pero como actor estuviste más cerca que muchos, tuviste una escena en Operación Final...

- No, yo te agradezco muchísimo. Tuve un personaje, no sólo una escena. Pero no, mi sueño era que me convocaran directores, ser como la musa inspiradora de alguno, ir a festivales, viajar por el mundo, estrenar películas, pegar el salto internacional.

Por lo artístico, por así decirlo.

- Por el cine. Yo quería hacer cine. Y bueno, qué sé yo, la vida te va llevando por otro lado, no tuve mucha suerte en los castings, hice un montón de cosas, estuve en un montón de programas, cada tanto me convocan, pero no es que me sobra laburo. Creo que ni siquiera podría vivir si si estuviera esperando que me llamen para laburar como actor.

Al mismo tiempo la popularidad que te da el stand up, y tu participación en Bendita TV, por ejemplo, te abre puertas. Creo que todavía estás a tiempo...

- Sí, ojalá. Yo sigo esperando, o tal vez en algún momento tenga los recursos para poder hacerlo yo. Hay algo ahí que todavía no sucedió. He hecho un montón de cosas, estuve en Todos contra Juan, en La Lola, Guapas, en varias películas -no sólo en Operación Final-, he hecho teatro, vengo de hacer teatro con Dalia Gutman. Pero me gustaría tener problemas de agenda por la cantidad de ofertas de laburo. Pero qué sé yo, hay que aceptarlo, no sé, seguramente hay actores mejores que yo, o lo que sea, o no tan altos. No lo sé, no le saqué la ficha a esa parte de la profesión. Creo que al stand up sí lo entendí, y el otro día me decía Martín Pugliese, un comediante, un colega: "Cuando vos empezaste, vos eras un actor que hacía stand up. Ahora sos un standupero, que actúa. Y hay un momento en el que hay que ir con la ola y decir: "Bueno, es esta".

Con tus personajes Dicky del Solary Santiago Noestudiénada, creo que hay algo de actor muy fuerte ahí, que es poder observar un fenómeno de la realidad y poder hacerlo personaje. 

- Sí, es algo que a mí siempre me salió, y en particular el stand up te lo potencia, porque su corazón es la observación. Después pueden ser observaciones más profundas o más pavas, digamos. Desde: "Uy, cuando llegó una puerta y dice empuje o tire, no sé cuál es el...". Bueno, hay observaciones más pavas, pero creo que, en realidad, el arte en general es observación. E tipo que hace una escultura, que hace una observación... hay como una cosa ahí de sintonía, de estar buscando, observando.

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De poder transmitir lo que te pasó cuando lo viste, por ejemplo.

- Bueno, ese es el otro desafío. Porque el primer, paso por lo menos en el stand up, es "Bueno, se me ocurrió una idea o un tema: los perros cuando te pasan cerca y creés que te van a morder". Bueno, despué hay que convertirlo en algo que funciona arriba del escenario. Es lo mismo que le debe pasar a un guionista, decir cómo llevo esta idea a una escena, a un guión, a una película.

Porque además en general creo que el artista tiene esta cuestión de objetivizar lo que tenía en su cabeza. Lo que le pareció gracioso, hacer lo que sea gracioso para los demás. Porque muchas veces pasa, con quienes no tenemos el talento de tener tu humor, que contamos un chiste que nos parecía gracioso y no funciona.

- Bueno, eso también es lo increíble y lo tan lindo que tiene este laburo. Yo escucho mucho a los músicos que dicen que les parece increíble cantar una canción que se les ocurrió abajo de la ducha, cantarla en un estadio, y que 50 mil personas se sepan la letra, que debe ser una locura. A mí me pasa algo parecido cuando gente chilena me saluda y me habla de Dicky del Solar, o me habla de mi mamá, que yo hago vídeos con ella también. ¿Cómo puede ser que esto que me apareció en el living de mi casa, haya gente que conoce al personaje más que yo? Y ni hablar cuando te agradecen la risa y te miran a los ojos y te dicen: "Me salvaste la pandemia", o "lo que me hacés reír", o "sos la única persona con la que me río". Para mí es como que no lo puedo escuchar, es un montón. Es muy fuerte.

No quiero ser reiterativo con Dicky del Solar. Pero estamos en una época donde el humor ácido, irónico, estilo South Park, que durante años fue como una vanguardia del humor de reírse de todo, y Dicky es mucho de eso, pero estamos en un tiempo donde estas cosas muchas veces parece que dejaron de ser chiste porque hay personas que ahora las dicen en serio...

- Es increíble. Uno tiene en algún punto la soberbia interna de creer que porque uno expone un personaje así, cree que algo va a cambiar o que muchos se van a dar cuenta y... no es el objetivo principal, pero uno creería que hay como una cosa ahí, ¿no? Y evidentemente, el tiro por la culata mal. Es increíble las cosas que uno ve. A mí me pasa que todo el tiempo me mandan cosas diciéndome que esto supera a Dicky o, ni a él se le hubiera ocurrido algo así. Y después la cantidad de cosas calcadas, que pareciera que las sacaron del guión para convertirlas en una triste realidad. Como por ejemplo, no sé, (Javier) Milei hablando del aborto y qué sé, que es el principal chiste que hace Dicky del Solar, y es el tema por el que nació el personaje: el tema de la legalización del aborto. Entonces parece joda. Yo no sé cuánto hay de, porque yo claramente lo saqué de algún lugar al personaje, no me cayó del aire, pero yo no sé cuánto hay de que yo lo haya sacado observando algo y cuánto hay de que hay tanta información acerca de de eso, que hay algo en el aire que te termina como cayendo.

Por ejemplo, con Santiago Noestudiénada, otro personaje que a mucha gente le gusta, me parecía como una cosa de locos que el planeta vaya a ser una secta. Yo lo hago, y después parece joda, porque hay una visión crítica de lo que estoy haciendo, hay una opinión, claramente. La interpretación pasa por cada uno, pero hay una opinión. Cuando un comediante o un artista dice algo, ya sea en una escultura o en una película, hay una opinión política detrás, que no es partidaria, se entiende. Y vuelvo a lo otro: que digo yo en algún punto lo hago, digo: "Che, despiértense, loco", y de repente explotan y aparecen 200 mil más y es muy loco. Yo empecé a hacer a Dicky del Solar dos o tres años antes de lo de Fernando Báez Sosa, que lo asesinaron los rugbiers en Villa Gesell. Y la gente me comentaba "no podés decir esto del rugby", y yo que, jugué al rugby muchos años, sé y sabía que era así, y seguía con los videos. Después, cuando sale lo de Fernando, lo seguí haciendo y me acusaban, gente que no me conocía, que yo lo había inventado el personaje después.

Y después aparece lo del Santiago, que es una mezcla de gurú, secta, manochanta, curso de leer la borra de no sé cuánto, y todo muy confuso, y abusos y un montón de cosas, y de repente explotan, al extremo y aparecen sectas denunciadas, víctimas, y yo lo que digo es: "Loco, como yo que soy un imbécil total, me doy cuenta cinco años antes de lo que pasa en el universo del rugby. Y termina pasando, ¿yo soy el único que se da cuenta de lo que pasa? Después hago a Santiago y empiezan a aparecer sectas, abusos, estafas piramidales. Lo vengo haciendo hace cuatro años, la gente que debería estar mirando eso desde un lugar de cuidar a la gente, porque yo lo observo como un artista, y yo que soy un nabo total, a toda vela desplegada, me doy cuenta ¿y nadie más se da cuenta?

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Justamente Santiago aparece en tiempos de pandemia o ahí, ¿no?

- Yo hacía a Dicky en esa casa quinta, que era un lugar en el que yo vivía, me tuve que ir y me quedé sin la locación, no lo pude hacer más y me fui a vivir a un departamento y salí a pasear a mis perros y me tiraba en el pasto. Y un poco eso, sumado a las cosas que yo veía, de algunos chantas de estos dando vueltas, lo empecé a hacer ahí.

Es una época donde siempre uno tiene un amigo que te habla de vidas pasadas, de biodecodificación, cualquier cuestión así...

- Cualquier cosa menos estudiar.

Claro, más allá de eso, el denominador común de lo anticientífico, de no demostrar nada de una forma científica...

- Es increíble, porque uno creería que eso era algo del pasado. No sé, las abuelas iban a tirarse las cartas a una casa en el conurbano. Y ahora gente de clase media, escolarizada, con acceso a la educación y demás, que te habla de vibrar... honestamente, no lo puedo creer. Un oscurantismo, las pocas ganas de pensar de la gente, y ¿sabes qué es lo peor? Que ni siquiera hace falta que pienses, ponete en manos de gente que ha estudiado. Además, es un insulto a la gente que dedica su vida a la medicina, a la ciencia, a investigar. Yo tengo amigos médico, que ganan dos mangos, están todo el día mirando por un microscopio. Dejan la vida para ver de qué manera nos pueden mejorar un poco, o sea la esperanza.  Por ejemplo, te vienen a decir de la medicina ancestral, que nos hemos olvidado. ¿Tenemos que volver una medicina en la cual la esperanza de vida eran 18 años? ¿A eso tenemos que volver? Cuando hace tres años te salvó la ciencia, la medicina, del Covid, ¿ahora tenemos que volver a pasar un limón por una cuchara? No lo puedo creer.

- Santiago Noestudiénada, relacionado a la pandemia, tiene mucho que ver, con perdón a quien pueda ofender con esto, pero hubo gente que creía que la pandemia era una conspiración de todos los médicos del planeta...

- Ay, Dios. A la gente le encanta. Yo creo que hay una cosa que tiene que ver con que es tan dura la realidad, es tán duro aceptar que hay un virus con el que nos podemos morir todos, que se muere un montón de gente... hay gente para la cual es muy fuerte. Y después, hay una cosa que no está buena, que es piantavotos mal, que es que hay mucha gente boluda, lamentablemente. Y no estoy hablando ni a palos de gente ignorante, analfabeta. Hay mucha gente boluda, te lo digo yo que soy un gran boludo. No lo puedo creer. Hablan de frecuencia y "somos energía", ¿de verdad?

- Ahí está la unión entre Santiago Noestudiénada y Dicky del Solar, porque la gente que cree que el universo te devuelve, lo que está diciendo es que el pobre es pobre porque quiere, que el que le va mal es porque no le da al universo...

- Es toda una cosa increíble, que dicen "para vos vibrar en la frecuencia y tener un salto financiero de abundancia, tenés que permitirte". Y mirá, hace unos días le hicieron una entrevista a Verónica Llinás, que estaba muy conmovida porque había ido a comprar a la verdulería y había encontrado una señora no pudiendo pagar un kilo de papas. Estaba muy conmovida. Y yo pensaba, imaginate esa señora que no puede comprar un kilo de papas, escucha que un salame desde su departamento de Palermo, delante de un iPhone que cuesta 2 mil dólares, le dice: "Para vos vibrar en la frecuencia". Dan ganas de salir con una ametralladora, realmente.

El candidato Javier Milei está tirando ciertos planes que ya han sido probados en la Argentina y en otras partes del planeta, pero la gente elige creer como si fuera una cuestión de vibrar, ¿te preocupa esto que está pasando?

- A mí me parece que estos experimentos nunca salieron bien. Yo no tengo una opinión partidaria demasiado marcada. Por lo general, cuando hablo con gente que sabe de política y qué sé yo, me quedo escuchándolos porque siento que no me da el cuerpo ni la cabeza para la discusión política. Pero yo escucho a la gente que sí. Trato de escuchar, o sea, cuando hay un tema acerca del cual no entiendo trato de ver a personas a las que considero respetables a ver qué opinan. Y más allá de Milei. Es como medio desesperante lo que pasa ,porque en el caso de Milei en particular, me da la sensación de que hay mucha gente que lo que hace es esta cosa de "bueno, si tiene que explotar que explote todo por el aire, después veremos". El tema es que la gente que queda en ese camino, el famoso que se vayan todos, no es gratuito.

Y creo que un poco lo que tiene Milei también es esto de que te explica todo fácil, y yo creo que es mucho más complejo lo que pasa. Me preguntás cuál es esa complejidad y no tengo ni idea, pero yo desconfío de que sea tan fácil. Parece raro, ¿no? ¿Tan fácil es y no lo quieren hacer? Justamente, ¿hay una conspiración de gente que no lo quiere hacer? Después, si vos me decís cómo le retrucás a alguien que no quiere votar a un político tradicional, porque los políticos tradicionales no le han dado respuestas en los últimos 30 a 40 años, y también es un callejón sin salida, ¿cómo se lo refutás? Estamos en una situación en la que pareciera que la única que queda es vamos a ver qué pasa, qué sé yo, y creo que hay mucha gente que está un poco en esa, y no tenés tampoco muchas maneras de discutírselo.

Sólo hablaste de tu preocupación personal o política, pero también hay una preocupación laboral, porque estos personajes que vos haces, medio que están entre las candidaturas, muchas veces, de esta gente...

- Sí, yo tengo una cosa como de alma vieja. Tengo como una nostalgia por los políticos que sabían hablar. ¿Te acordás de los políticos que sabían hablar de corrido? Que podían hablar, que no leían. Había ideas en juego, una formación y un debate político no futbolero. Y ahora creo que estamos atravesados por la ansiedad. Entonces la discusión política es pum-pum. Y e raro. Es difícil sostener esto que estoy diciendo cuando uno mira hacia atrás y decís: "Bueno, todo eso que tanto uno podría valorar o tener nostalgia, ¿a dónde nos llevó? Yo tengo ganas de que alguien me explique alguna vez si es real que la Argentina era una potencia, ¿es algo real? No tengo ni idea, no estoy diciendo que no haya sido. No sé si la palabra es resignación, ¿pero será real que estamos para más? ¿Cuáles son los elementos que tenemos para sostener que estamos para más? ¿Que tenemos los cuatro climas, que tenemos a Maradona? Porque, a ver, yo soy una persona que va para adelante siempre, cero resignación, jamás bajo los brazos ni nada, pero que muchas veces escucho como una cosa de que teníamos algo que se perdió, como que éramos algo que ya no somos y tenemos que volver a eso.

Entiendo que compararse con ese contraste de lo que podríamos hacer y lo que fuimos es como negativo...

- Yo tengo 47 años. Nací en dictadura, la primera vez que voté creo que fueron las elecciones que ganó (Carlos Saúl) Menem. Viví a (Raúl) Alfonsín, la hiper, el quilombo yéndose seis meses antes, los 10 años del uno a uno, la explosión en el 2001, los cinco presidentes, Néstor  (Kirchner) Cristina (Fernández) entonces me pasa eso ¿no? Siempre tuvimos así, y ni en pedro resignación, por favor tratemos de no seguir así. Me parece que hay como un engaño ahí medio raro, ¿no?

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¿Cómo que te hacen sentir que todo tiempo pasado fue mejor y que quizás no fue tan así?

- Claro. Tipo: "vos bajás dos kilos, te comprás una camisita y volvés a ser el de antes". Yo a los 20 era lo mismo que ahora y ya no puedo, no tengo plata para la camisa.

Estás haciendo un gran papel en Bendita. Pero también ahí hay mucho tiroteo ahí.

- Gracias, sos la primera persona que me lo dice. Me cuesta encontrar mi lugar. Yo vengo de una familia muy discutidora, y entonces hay una cosa natural en mí de escaparle a la discusión, porque ya la cuota de discusión la tengo copada en mi vida. Familia quilombera. Y este estilo de programa es muy de plantarse, entonces muchas veces me apago un poco. Estoy encontrando mi lugar.

También producir cosas en la previa...

- Sí, hay videos de Dicky del Solar, hay mucho de eso. Todavía me falta aprender la dinámica del piso. De cuando hablar, cuando no.

De poder brillar como brillás en el escenario en el estudio. También hacés stand up, que es algo muy solo.

- De hecho me pasa cuando estamos haciendo Bendita, que se me ocurren muchas cosas de conductor, que las pienso y son cosas que diría yo como conductor. Porque tengo la cabeza así, estoy acostumbrado a hacer stand up, que estoy yo solo arriba del escenario con los hilos de todo. Entonces me pasa que estoy en el programa y por ahí se me ocurre algo, y a la vez me doy cuenta que no da que lo diga yo como panelista.

Quizás si te animás y Beto Casella no se enoja.

- Ojalá. Mirá, Beto cuando no puede venir está Edith (Hermida). Y cuando no puede ninguno de los dos, que hasta ahora me pasó una sola vez, lo trajeron a (Claudio) Chiqui Pérez. Yo pensaba que ahí, no a mí, pero una oportunidad para los que vienen: está Tamara Pettinato, (Alejandra) Maglietti, el mismo (Horacio) Pagani, Any Ventura

Pero a ver, ubicate en el ranking, ¿no te ves arriba de Pagani ahí?

-. Yo soy de los más nuevos. Arriba de Pagani no porque le voy a romper la cadera, pobre. Horacio en el programa es un crack, es muy divertido lo que hacen con con Beto y lo sabe buscar. Tienen una dinámica de muchos años, no sé cuánto hace que están, como hace 10 años. Ellos dos digo, el programa tiene como 20 años. 

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¿Tenés algún mensaje para dejarle a Edith?

- A Edith le pasa una cosa: yo sé que me quiere, pero se resiste. Le da bronca quererme, le da bronca que me quiera, y le da bronca haberme conocido y darse cuenta que soy buena leche. Porque en Bendita usaba he dicho, creo que a mí no me bancaba el esperaba cuando usaba mucho los vídeos de Dicky del Solar antes de que yo laburara en el programa. Y yo creo que no me quería desde ahí. Aparte Edith tiene una cosa como de perra que está todo el tiempo muy celosa del espacio, el metro, el centímetro, entonces siempre está pisando para que nadie le pase por encima.

Te tiene miedo.

- Sí, pero me parece que que se fue dando cuenta que no le conviene meterse conmigo.

Tamara Pettinato también es compañera tuya y demostrás cierto feeling en los chistes.

- ¿De en serio? Bueno, en la vida real nada que ver. No, buena onda. Es un rato el programa, una hora y media, y tiene una cosa muy particular que es que llegamos dos minutos antes y al minuto de haber terminado nos vamos. No hay reuniones, no hay grupos, no hay nada, no hay ninguna bajada de nada. Es ese momento ahí, y cada uno llega con sus quilombos, con que se peleó con la pareja, que no le garparon, que al día siguiente se tiene que ir de viaje, que los perros, y de repente se enciende, y hay que estar a la altura de Beto, que es un crack total. Ahí estoy, aprendiendo.

Quizás estás desarrollando un personaje nuevo que es un panelista.

- Sí, qué sé yo. Soy de procesos muy lentos. A mí me lleva todo mucho tiempo, voy aprendiendo muy lentamente. Y por ahí en algún momento me pongo en modo panelista y me sale, igual no creo que sea eso por lo que me hayan llamado.

¿Con qué se va a encontrar el público con tu primer show en el Teatro Maipo?

- Es un espectáculo que estrené en noviembre del año pasado, que se llama "Sí, pero no". Es mi quinto unipersonal, y transito un montón de temas con la mirada de un pibe de 47 años, con todo lo que te pasa esta edad: los primeros signos de que ya no tenés 20, 30, la familia, los hijos, los no hijos, la pareja, y después hablo de cosas que me han pasado, todo con mi estilo de humor, que por lo general me dicen que es como ácido, irreverente, quilombero, todo lo que no fui en esta nota. Estoy tranquilo conmigo con lo que puedo hacer, porque siento que no caí, que no la pegué y en seis meses caía arriba del Maipo, me siento tranquilo de estar ahí en ese escenario. Me preocupa sí todo lo que la convocatoria, lo que significa.

¿Querés que sea un éxito?

- Sí, pero hay una cosa, cuando uno dice "me preocupa", es una cosa del ego, ¿qué es lo que hay en el fondo? Me preocupa que no me quieran. O sea, nosotros queremos que nos quieran. En el caso del actor que hace teatro eso está representado en la gente yendo a verte. Cuando yo veo cómo vienen las ventas, cuando vienen bien, ¿pensás que estoy viendo la guita que estoy haciendo o cómo me quiere la gente? No estoy pensando en "uh, mira qué bien que viene Córdoba", no. Es "uy, en Córdoba me están queriendo". Es eso lo que hay detrás. Entonces es una cosa medio masoquista y ahí los psicólogos se hacen un picnic.

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