Fabián Doman fue uno de los pocos periodistas y famosos que hicieron pública su participación del ensayo de la vacuna desarrollada por el Beijing Institute of Biotechnology, CanSino Biologics Inc, de China cuyo estudio de Fase III en la Argentina es llevado adelante por la Fundación Huesped de Pedro Cahn y además cuenta con la colaboración de otros de los infectológos que asesora el presidente Alberto Fernández, Eduardo López. "Me invitaron el domingo y dudé un poquito. Todo duró tres horas y media y recién en treinta días voy a saber si me aplicaron el placebo o la dosis real", confirma el conductor de Intratables en diálogo con BigBang.
"No me vacunaron", aclara de inmediato. En efecto, el periodista participó del ensayo clínico de la vacuna, al igual que otras cien mil personas en el país, de acuerdo a los números oficiales que manejan desde Casa Rosada. Tiene, por la metodología del estudio, un 50 por ciento de probabilidades de no haber recibido la dosis que le permitirá generar anticuerpos ante el Covid-19. "Nosotros tenemos que dar el ejemplo, pero no estoy de acuerdo con que los famosos sean los que reciban las primeras dosis en este contexto. Eso lo dije y lo sigo sosteniendo", refuerza.
Desde la Fundación Huesped descartaron que la participación de los famosos haya sido algo "planificado", pero lo cierto es que fueron muchos los que recibieron el pasado fin de semana un llamado con la invitación para formar parte del proyecto. Alberto Cormillot, Chiche Gelblung, Lucio Di Matteo, Marina Calabró, Martín Tetaz y varios periodistas más del grupo Clarín son sólo algunas de los nombres conocidos dentro de la nómina oficial del estudio que se llevó adelante en la sede del Instituto Socolinsky.
Si bien tampoco explicaron el criterio de selección, lo cierto es que la participación de los famosos elevó el nivel de exposición del ensayo clínico. "Si fue una estrategia de marketing, lo lograron; porque están todos ahora hablando de esto", reconoce otro de los famosos que fue convocado para participar aunque, a diferencia de Doman, prefiere no revelar su identidad.
"Fue una circunstancia casi casual. Fui y había otros colegas. También conozco gente que no es del medio y que participó. Después supe que estaba Eduardo López. Todo habrá durado unas tres horas y media. Primero me hicieron una entrevista con un responsable de salud, me pesaron, midieron la altura y me sacaron sangre para hacer una comparación de anticuerpos. También me hicieron el test de HIV, que tiene que dar negativo para poder avanzar. Después, me aplicaron la inyección, por lo que todavía no sé si recibí el placebo o la dosis", detalla.
Recién en un mes me voy a enterar si generé o no anticuerpos"
Al momento, el periodista no sintió ningún efecto adverso: "Por fuera de un poquito de dolor en el brazo, no sentí nada. Al punto tal que uno se pone a pensar: '¿Habré recibido la dosis si me siento tan bien?'. Eso lo sabremos recién en treinta días".
Al igual que el resto de quienes participaron del ensayo, que comenzó en diciembre del año pasado, Doman tuvo que firmar un contrato y reportar durante un año sus síntomas. "Tengo que completar un formulario muy detallado cada siete días y tomarme la temperatura de forma constante. Te regalan además una regla chiquitita para ver si se genera algún tipo de cicatriz, que por el momento ni apareció. En un mes tengo que volver y ahí me voy a enterar si generé o no anticuerpos".
El año pasado, cuando arrancó el ensayo en el país de la vacuna de Pfizer, Doman pensó en sumarse: "Lo dudé, porque también me resultaba interesante en términos periodísticos poder experimentarlo y contarle a la gente cómo era todo el proceso. Me generaba duda la incertidumbre de ese momento en torno a si participar del ensayo después te aseguraba o no una dosis, en el caso de haber recibido placebo. Me arrepentí de no haberme sumado, así que cuando me llamaron de esta nueva dije: 'Bueno, vamos'".