El 6 de mayo de 2019 los ingleses amanecieron con una esperada noticia: el nacimiento de Archie Harrison, el primogénito de Meghan Markle y el príncipe Harry. Por ese entonces, los duques de Sussex todavía no habían renunciado a la Corona y fueron duramente criticados por mantener bajo siete llaves los detalles del parto. En un principio, la pareja había acondicionado su mansión Frogmore Cottage para que la ex actriz diera a luz en la intimidad de su hogar. Sin embargo, una complicación de último minuto hizo que el nieto menor de Lady Di naciera en un un hospital, hasta ahora desconocido por los contribuyentes británicos.
El tabloide británico The Mirror hizo público el certificado de nacimiento de Archie. En el mismo, se detalla que el pequeño nació en el exclusivo Hospital Portland, un instituto privado cuya habitación cuesta USD 25 mil la noche. El dato no resulta menor, si se tiene en cuenta que el hospital St. Mary en el que Kate Middleton tuvo a sus tres hijos (George, Charlotte y Louis) cuesta menos de la mitad: USD9200.
En su momento, Meghan y Harry fueron duramente criticados por no seguir con la tradición que había comenzado la princesa Diana. Fue la primera "royal" en dar a luz en un hospital y eligió la clínica en la que nacieron todos los hijos de su hijo el príncipe Guillermo. A diferencia de lo que sucedió con los primeros hijos de Lady Di, el nacimiento de Archie se comunicó muchas horas después del parto.
"El protocolo dicta que la primera que tiene que enterarse de cualquier nacimiento en la Familia Real es la Reina. Una vez que ella fue notificada, recién se puede no sólo hacer el anuncio, sino además confirmar la noticia al resto de los miembros de la familia", consignan fuentes del palacio de Buckingham.
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La decisión que tomaron William y Kate fue aplicar el protocolo al pie de la letra: no sólo noticiaron a la monarca, sino que además se publicó una misiva en la puerta del palacio en la que se anunció cada uno de los nacimientos. En el caso de Meghan y Harry, la pareja dio a conocer la noticia mucho después del parto y fue el príncipe quien brindó una breve e improvisada conferencia de prensa en la caballeriza de su mansión, cuando su mujer y su bebé ya habían dejado el hospital.
El certificado de nacimiento de Archie también revela el verdadero nombre de la duquesa: Rachel Meghan Markle. El dato generó gracia entre los fans de la pareja dado que el personaje que la hizo saltar a la fama en Suits se llamaba nada más y nada menos que Rachel. "No lo usa. Sus padres la llamaron Meghan desde que nació".
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En el casillero de "profesión", los duques optaron por poner sus títulos reales. Hasta entonces, seguían siendo miembros activos de la Familia Real, por lo que no resultó extraño que Harry acusara trabajar de "príncipe de Gales" y su mujer, "princesa de Gales". En efecto, aunque su verdadero título es el de duquesa, Meghan es por extensión "princesa" tras su boda con el hijo menor de Lady Di.