Desde muy chica, Florencia Padilla -recordada por ponerse en la piel de la simpática Carola en Rincón de Luz, la novela infantil que protagonizaron Guido Kaczka y Soledad Pastorutti- siempre soñó con ser actriz. Fue así que desde el jardín de infantes, sus ganas la llevaron a protagonizar distintas publicidades y participar de grandes programas como Agrandadytos y Guinzburg & kids. "Las ganas (de ser actriz) estuvieron siempre desde muy chica", afirma.
Pero llegar a ese lugar no fue fácil y necesitó no solo de una gran vocación, sino también de un inmenso sacrificio de su parte y la de su familia. "Al principio era más por un juego, pero siempre me gustó lo que tenía que ver con la actuación, el baile, el canto, desfilar, disfrazarme...siempre fui histriónica, muy participativa en la escuela y en los actos. Por eso me mandaban a hacer distintas actividades como deporte o danza", agrega.
Tuvo que hacer los famosos talleres de la productora de Cris Morena y después de algunos años la convocaron para Rincón de Luz, la novela infantil que la catapultó a la fama: "Fue un sueño cumplido porque Cris marcó mi adolescencia. Además, fue una gran escuela y hoy estoy agradecida porque aprendí mucho. La disciplina que hoy tengo con el trabajo y las enseñanzas que me dejó no se olvidan. Aparte fue mágico el momento en el que ella me eligió".
Durante su adolescencia, Flor supo ser parte de otras grandes tiras infantiles como "Sueña Conmigo", junto a la mexicana Eiza González por Nickelódeon, "Soy Luna" de Disney y trabajó con Romina Yan en "Abre tus ojos", entre muchas otras ficciones. Pero actualmente, es la protagonista de Casa Duarte, la obra que está cumpliendo este año su tercera temporada en el Multiescena Teatro. "Es una experiencia 360, es decir, que vos entras a ver la obra y comienza la interacción con el público. Es una historia dinámica, interactiva que transcurre en un velorio y dejamos de dejar mensajes copados, como que hay que hacer lo que le gusta y tratar de ver la muerte de otra manera", detalla.
La actriz dialogó con BigBang y habló de todo: la importancia de Cris Morena en su adolescencia, el impacto de la pandemia en su carrera, el deseo de convertirse en Personal Trainer, el conejo que le dio Romina Yan durante su niñez, los maltratos en Cebollitas y el reencuentro que tuvo con Lali Espósito gracias a la película "Permitidos". "Ella es única la verdad, muy humilde y súper compañera. Tiene un corazón bondadoso", afirmó.
La entrevista completa a Flor Padilla
¿Cómo nació tu amor por la actuación?- Arranqué a los cinco años, desde muy pequeña. Todavía estaba en el jardín. A los 13 años debuté en Rincón de luz, pero antes hice publicidades, estuve en Agrandadytos e hice participaciones para distintos programas como Guinzburg & kids o 099 Central. Y en la época de rincón estaba en Máximo Corazón. En ese momento estaba grabando y me llamaron para interpretar el personaje de Carola.
Las ganas (de ser actriz) estuvieron siempre desde muy chica. Quizás no fueron tan conscientes al principio y era más por un juego, pero siempre me gustó lo que tenía que ver con la actuación, el baile, el canto, desfilar, disfrazarme...siempre fui histriónica, muy participativa en la escuela y en los actos. Por eso me mandaban a hacer distintas actividades como deporte o danza.
Siempre fui muy inquieta y creativa. Así surgieron las ganas, de muy chiquita siempre tuve ese deseo que con el tiempo fui cumpliendo y materializando. Tuve el placer de poder hacer lo que me gusta porque tuve a mis viejos que me acompañaron siempre.
¿Cómo fue ese diálogo con tus papás para que aceptaran que trabajes desde muy chica?
- Aparte la responsabilidad. Como padre hay una responsabilidad y uno cuando es chico depende de sus papás. al principio no fue fácil o eso cuentan eso. Estaba en una obra de teatro y en medio de las fotos, me metí en el medio diciendo que quería ser modelo, que quería estar ahí y que quería ser una Xuxa. Yo soñaba con ser Xuxa. Cuando era chica tenía la fantasía o imaginación que era apretar un botón y me metía a actuar.
Al principio no fue fácil, fue muy sacrificado porque tenía que cumplir con el colegio y un montón de cosas. Pude cumplir con todo porque le puse mucha dedicación y se me fue dando todo.
¿Cómo te relacionabas con tus compañeros al ser la "famosa" del grupo?
- A mi me cambiaron de colegio. Estaba en cuarto grado cuando empecé a estar más activa en la actuación porque ese colegio tenía doble jornada. me tuve que cambia porque los horarios no me coincidían para poder grabar. Y cuando ingresé obviamente yo no contaba nada. Si bien era muy dada, siempre fue muy somática, extrovertida y no tenía vergüenza a nada, eso fue algo que siempre resguardé. Era un mecanismo que tenía y obviamente los chicos se daban cuenta y me hacían preguntas. Gracias a Dios hoy en día conservo mis amistades de ese primario porque hice primario y secundario en la misma escuela. Ellos me vieron crecer, al principio era extraño: "Mirá la famosa"; "debe estar acomodada"; "quiere comprarse a las profesoras" y después lo comenzaron a naturalizar conmigo, porque yo le desmostaba que era una persona igual que ellos y que los acompañaba de la misma manera.
¿Cómo manejaba tu familia el hecho de que vos tuvieras un salario a pesar de ser tan chica?
- Mis papás siempre fueron muy metódicos y ordenados con respecto a mis cosas y mi carrera. Más allá de que era chica, me explicaban que ese dinero era mío y que si quería o necesitaba algo se los tenía que contar a ellos para ver si lo podíamos comprar. Obviamente con prudencia por mi edad, pero siempre me hicieron disponer del dinero cuando lo necesité y mientras lo tenían guardado como ahorros. Siempre fue un "preguntanos si necesitás algo" y cuando fui mayor de edad fui dueña de hacer lo que quería. De hecho, yo utilicé mucho de ese dinero para estudiar y perfeccionarme en esta carrera. Eso fue muy importante.
¿Cómo llegó Cris Morena a tu carrera?
-Fue un sueño cumplido porque Cris marcó mi adolescencia. Además, fue una gran escuela y hoy estoy agradecida porque aprendí mucho. La disciplina que hoy tengo con el trabajo y las enseñanzas que me dejó no se olvidan. Aparte fue mágico el momento en el que ella me eligió. estaba grabando en otro proyecto y cuando me llaman me dicen que querían hacerme un par de pruebas. En ese momento, ella hacía talleres de comedia musical, de canto, baile y actuación.
Eran pruebas integrales, me presenté, me llamaron a una oficina aparte y pensé que me iban a bochar. Al entrar, estaba Cris sentada ahí, me dijo que vio mi material, mi casting completo y me dijo que me quería para Carola. Nada es casual, en la etapa que estuve con Cris lo supe aprovechar. Estuve con chicos que son muy talentosos y que hoy están trabajando a pleno. Ella no elige al azar, tiene todo estudiado y hace magia con lo que toca.
¿Cuál es tu opinión sobre las denuncias de maltrato en Cebollitas?
- Yo tengo el mejor recuerdo. A mi, Cris me hizo crecer como artista. Si bien eramos muy chicos, teníamos una persona que nos cuidaba constantemente en el famoso playroom o corralito. Ese nombre viene de muchas generaciones, pero era súper divertido. Entre escena y escena, íbamos a esa sala y teníamos de todo: juegos, los chicos tenían Play, para pintar y dibujar. Y esta persona nos ayudaba con la tarea, porque en ese momento estábamos en plena secundaria, algunos en el primario, y al irte del colegio con autorización al otro día teníamos que cumplir. Obviamente como todo chico siempre hay límites, pero nunca sufrí maltrato de ningún tipo y siempre nos trataron con respeto.
Estuviste con Romina Yan en Abre tus ojos...¿cómo la recordás?
- Tuve el placer de conocerla. Es imposible hablar mal de ella. Yo hacía de ella cuando era chica en la ficción. Se me acercó el primer día con esa frescura, calidad humana y humilde que tenía ella y la caracterizaba para comentarme cómo era ella, su personaje y preguntarme si necesitaba ayuda. Yo recuerdo cuando estuve con ella que me decía que uno no tiene que dejar de soñar, que los sueños a la larga se cumplen y que uno tiene que ser constante con lo que hace. Tal vez pueda sonar como una frase armada, pero la verdad que es muy cierta y me la inculcaron de muy chica. Ella fue una de las personas que me dijo y me quedó grabado ese momento.
¿Disney es otra gran escuela?
- Los chicos suelen consumir tanto Nickelodeon como Disney, afuera ni hablar. Son muy disciplinados y aparte te ordenan mucho. El tema y el cuidado de la imagen, la interpretación de cada personaje es una elaboración. Cuando hicimos Sueña conmigo estábamos practicando mucho tiempo cada movimiento, cada personaje, la manera que uno tiene para transmitir, tuvimos que aprender a hablar español neutro. Disney y Nickelodeon fueron una gran escuela a la hora de armar un personaje.
¿En Permitidos te reencontraste con Lali?
- Lali ya traspasó toda frontera. Ella fue parte de mi infancia, crecimos y estuvimos muchos años juntas. Fue muy lindo. Si bien cada una tiene su camino, más allá que uno tenga buena relación la vida te va llevando a distintos escenarios y se hace medio imposible conservar la cotidianidad que teníamos antes porque ahora cada uno tiene sus compromisos y obligaciones, pero fue muy agradable volver a encontrarme con Lali.
Ella es única la verdad, muy humilde y súper compañera. Tiene un corazón bondadoso. Conservo contacto con algunos de los chicos que trabajamos en Rincón de luz y sigo hablando con algunos.
Interpretaste personajes con mucha carga emotiva e historias de vida muy duras....
- Cada personaje deja alguna marca y te encariñás al hacerlo por todo el proceso que requiere. Hoy en día y con la edad que tengo, miro atrás y analizando digo "pucha, qué personajes me tocaron", porque no solamente tuve que hacer de huérfana buena, sino también de una chica que estaba en silla de ruedas, con distintas discapacidades y ponerse en el papel de esas personas es muy difícil, sobre todo si no lo vivís. Hay que encontrar a alguien que le haya pasado eso, charlar con ellos, empatizar con el otro y con el personaje, buscar saber qué piensa, cómo se mueve, qué haría yo en su lugar.
¿Cuál es el personaje que más te marcó?
- De mi infancia, el que más me marcó fue Carola. Pero en la actualidad, es Dora que es totalmente lo opuesto. A lo largo de mi carrera, hoy es un desafío interpretar a una viuda en Casa Duarte, que es la obra que participo en la actualidad y cumple la tercera temporada este año. Casa Duarte es una comedia de humor negro que te hace llorar de risa y que este año viene muy renovado. Es una experiencia 360, es decir, que vos entras a ver la obra y comienza la interacción con el público. Es una historia dinámica, interactiva que transcurre en un velorio y tratamos de dejar mensajes copados, como que hay que hacer lo que te gusta y tratar de ver la muerte de otra manera.
¿Cómo te afectó particularmente la llegada de la pandemia?
- Siempre activa y buscándole la vuelta. Estábamos ensayando para volver al teatro y nos agarró la pandemia. Nos juntábamos por Zoom a ensayar y no es lo mismo interactuar por Zoom. Venimos de la vieja escuela, queremos estar acá, tener el guión en la mano, tocarnos, vernos, mirarnos.... no es la misma conexión pero nos mantenía vivos y activos.
En mi caso particular, tomé muchas clases, me recibí de Instructora de Funcional y Personal Trainer. Me gusta mucho el deporte y la actividad física. Fue un objetivo que tenía por cumplir y me puse a estudiar. También seguí tomando clases de teatro, baile y canto para mantenerme activa. hay que alimentar al artista y seguir estudiando.