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Franco Torchia en BBN: "El ajuste de Javier Milei no es sólo económico, es existencial y liquida vidas"

El actor y escritor reestrena su obra "Como nunca...¡otra vez!" en el teatro Picadero.

por Samantha Plaza Monroy

25 Febrero de 2025 15:59
Franco Torchia
Franco Torchia

Franco Torchia responde la llamada y del otro lado se lo escucha enérgico, con el ímpetu de alguien cercano a la fecha de estreno. El escritor y actor argentino está frente a un gran desafío: la apertura de la segunda temporada de su obra Como nunca...¡otra vez! que tuvo un éxito rotundo en su primer año (2024) y que ahora sigue el mismo camino. 

"Corrosivo", fue la palabra que usó para adjetivar el condimento principal de la obra: el humor político. En tiempos de ultraderecha, el humor parece ser la única herramienta que aliviana el cotidiano inundado de malas noticias -sobre todo para identidades feminizadas- para poblaciones históricamente vulneradas por la ausencia del Estado.

Franco Torchia
Franco Torchia

Como nunca...¡otra vez! se reestrena en el Teatro Picadero (sábado 1°, sábado 8, viernes 14, sábado 22 y viernes 28 de marzo para comprar entradas hacé click acá) un espacio de resistencia que le dio lugar a Franco -y a su dream team teatral- para desafiar los límites entre la realidad cargada de discursos de odio pronunciados por Javier Milei y la propia existencia mundana cargada de incertidumbre por la vida en Argentina que supo ser pionera en la protección de los Derechos Humanos, que ahora pretenden ser arrebatados. 

Es en este contexto en el que BigBang accedió a la palabra del escritor y en la charla se abordaron temas como los ataques al colectivo LGBT, la sensación constante de la pérdida de derechos y del humor como arma de resistencia porque como dijo Pedro Lemebel en el Manifiesto (Hablo por mi diferencia): "Ser pobre y maricón es peor... hay que ser ácido para soportarlo". 

Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero
Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero

-¿Tenés rituales para el inicio de esta nueva temporada de Como nunca...¡otra vez!? ¿Cómo te sentís con el formato de café concert? 

Actuar el año pasado me hizo feliz. Me hizo bien emocionalmente; yo estaba bastante atribulado, angustiado. No me caracterizo por ser una persona optimista y a comienzos de 2024 cuando empezamos a idearlo, sentía que no íbamos a poder porque sentía que todo iba en contra de que nos encontremos, de que proyectemos, de que podamos. Sentía que estábamos ingresando a una temporada muy tenebrosa. 

-Que lo fue, de hecho... 

Lo fue. Por eso para mí el mayor éxito es haberlo hecho independientemente del apoyo que tuvimos en noviembre y en diciembre del público, independientemente de las críticas que por supuesto son todas muy bienvenidas. Para mí el triunfo es personal y es haber podido. 

Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero
Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero

No tengo rituales, pero sí siento una profunda gratitud. Me siento muy bien haciendo café concerts, monólogos y sobre todo me siento inmejorablemente acompañado porque Juampi (Mirabelli) es un actor que admiro soberanamente; porque Liliana Viola es de las mejores escritoras hispanoamérica (acaba de ganar el premio Anagrama de Crónica por un libro que va a salir en septiembre sobre la monja Marta Pelloni); Alejandro Tantanián es uno de los mejores directores teatrales del presente mundial; Diego Penelas es un músico exquisito; Pablo Ramírez que nos acompaña con el vestuario, uno de los mejores diseñadores de la Argentina y de la región indudablemente. Se armó una especie de equipo de los sueños. 

-Es un triunfo personal pero también colectivo...

También, por supuesto que es colectivo. Me refería a que en lo personal yo no me creía capaz el año pasado. Pensé que no iba a poder pero bueno, fue posible porque se fueron sumando estas personas como Pablo Ramírez que no estaba al comienzo y quiso estar y también la fotografía del espectáculo que es preciosa de Sebastián Freire

Juampi Mirabelli, Liliana Viola (guionista), Alejandro Tantanian (director) y Franco Torchia
Juampi Mirabelli, Liliana Viola (guionista), Alejandro Tantanian (director) y Franco Torchia

Y el Picadero es un precioso teatro que llega después de que nosotros hicimos dos funciones en Casa Brandon y ahí nos vio Sebastián Blutrach que es el dueño y nos dijo, 'Vengan al Picadero, quiero que esto esté en mi teatro'; entonces, fue progresivo, de a poquito apostamos a que crezca de forma gradual porque sentíamos que no íbamos a poder, que nadie iba a ir al teatro, que nadie iba a tener plata, que nadie iba a querer ver esto y sobre todo que nadie iba a querer reírse de Milei. 

-Siempre hablás de "usar el humor como herramienta de resistencia" para tus creaciones artísticas y para tu vida en general. ¿Por qué pensás en este concepto? 

Poder reírme me salvó la vida. Hoy integro el programa DDM con Mariana Fabbiani y yo apuesto todo el tiempo al humor. Me gusta mucho ecualizar, restarle seriedad a la seriedad y poder demostrar que lo aparentemente serio también está atravesado por el humor. Es un juego que me interesa un montón.

-Esa utilización del humor es algo que el colectivo hace históricamente

Exactamente. Cuando era chico vi a las primeras travestis transformistas en los carnavales en Ensenada donde yo nací y crecí. Tengo varias imágenes y yo ya me sentía como niño maricón, viendo ese instinto de supervivencia y esa apropiación del insulto ('traba', 'afeminado'), esa reapropiación y esa inversión. Es decir, usar el insulto a nuestro favor, apropiarnos del insulto y hacer de eso una señal de identidad; eso a mí me salvó y esta obra está llena de eso.

-Pero también tiene humor político... 

El humor político que en este momento está completamente ausente; yo no entiendo por qué, no termino de entender por qué. Pero no veo a nadie haciendo humor político sobre el presente argentino.

Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero
Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero

-¿Tiene que ver con la censura o los mensajes de odio de Milei después de que algún artista levanta la cabeza? 

Yo no tengo claro por qué es. Pero sí, puede ser por miedo, por autoprotección, por amenazas. Pero me llama mucho la atención porque cualquier Gobierno hasta en la Dictadura... y no digo de imitar a Karina Milei. La imitación es un recurso que sí puede generar humor y eso sí hay. Sin embargo, nosotros no imitamos a nadie, pero hacemos un humor intenso que va al hueso, muy corrosivo respecto de Milei y respecto a buena parte de la política argentina, no es sólo contra Milei... varios y varias cobran también. 

-La apertura de sesiones ordinarias viene con un discurso que va a cuestionar los derechos adquiridos del colectivo LGBT+ ¿Cómo te posicionás vos como actor, pero también como persona que investiga y que divulga el contenido relacionado a lo que Milei llama la agenda woke?

Antes de que Milei sea diputado, cuando era un personaje de la televisión, en su discurso ya estaba esto, a mí me enoja mucho que no se le haya prestado atención. Ocurre que la mayor parte de la sociedad le prestaba atención a Milei cuando se refería al dólar, al Banco Central, a la economía argentina, a los privilegios de la clase política pero no respecto de la diversidad sexual cuando él y todos los que tiene alrededor ya decían lo mismo que dijo en Davos, ya estaba clara su postura.

Javier Milei consideró que "ama" ser el destructor del Estado
Javier Milei consideró que "ama" ser el destructor del Estado

Estaba clarísimo que íbamos a ser las personas LGBTIQ+ lo que hoy somos: el objetivo central de ataque, que siempre es una manera para no cuestionar los verdaderos factores que están destruyendo a nuestra sociedad, por ejemplo, el cambio climático. Señalarnos a nosotros como destructores de las tradiciones, de la familia, de la niñez, de las adolescencias, destructores de la buena y sana educación, de la religiosidad es una manera muy efectiva de no pensar en los verdaderos factores de destrucción y dejarlos actuar. 

Milei nos quiere matar, esto siempre lo supe. No estoy refiriéndome a que agarra una pistola y nos mata. Estoy diciendo que hay otros y otras que agarran pistolas y nos matan de manera directa cuando lo escuchan. Como queda claro en este último tiempo con las lesbianas en Cañuelas, en la ciudad de Buenos Aires cuando dos chicas paseaban, en Salta hace una semana otra lesbiana apuñalada, tres crímenes homofóbicos de varones gay en el último año y medio en la Argentina, 140 personas LGBT asesinadas en crímenes de odio en el último año.

Marcha del Orgullo Antifascista
Marcha del Orgullo Antifascista

Entonces, cuando yo digo que el Presidente quiere matarnos, no estoy diciendo, 'agarra la pistola y nos mata a él'... No necesita hacerlo. Nos están matando de otra manera. Entonces lo que haga en el Congreso y lo que ya ha dicho en Davos es constitutivo de su discurso. Esa es su propuesta; su ajuste económico es un ajuste existencial: no sólo ajusta económicamente sino que liquida vidas y no somos solamente nosotros, también están los enfermos oncológicos que dependen de la medicación del Estado, por dar un ejemplo muy bien grave y bien concreto. Por eso estamos ofreciendo una resistencia poderosísima desde la marcha del primero de febrero.

-¿Tenés esperanzas? ¿En quiénes?

Yo creo mucho en todos nosotros, pensando en las personas LGBT. Somos una prueba andante, ambulante, de la supervivencia a pesar de todo. Yo mismo sobreviví a pesar de que estaba planeado que no ocurriera. 

Hay un poema mítico de la activista transfeminista negra Audre Lorde (Letanía de la Supervivencia) al que vuelvo a menudo y en uno de sus versos dice que "se supone que no íbamos a sobrevivir" y sobrevivimos, entonces sí tengo esperanzas porque creo fuertemente nuestra capacidad de reconstrucción, porque todas las personas LGBT que yo conozco son personas que han tenido que reconstituirse, apelar a estrategias muy esforzadas para poder estar cerca de sí mismos y para poder estar vivos a pesar de tanto. Es en esa fuerza nuestra, en esa suerte de fuego interno en lo que creo y lo que me da esperanza. 

Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero
Como nunca... ¡otra vez! en el Picadero

Hay que hacer una salvedad porque las travestis argentinas siguen teniendo el promedio de vida de 40 años: hay una parte de nuestra población que no está pudiendo sobrevivir, ahora cada vez menos y las pocas que logran sobrevivir, tienen una suerte de fulgor interior que hace que nosotros podamos abrevar de ese fulgor, tomarnos de él y en este momento proteger y acompañar a las infancias y a las adolescencias trans que están peleando por su mutilación, porque la propuesta oficial es mutilar esas existencias.

Hubiera sido ideal llegar a este momento del siglo 21, en la Argentina -y también el mundo- sin tener que resguardarnos, pedir permiso, sin tener que sentirnos poco plenos o desintegrados. Pero bueno, no nos pasó. Somos esa parte del mundo que debe seguir peleando por su legitimidad... No debería ser así, pero es así y creo en todos nosotros. 

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