19 Marzo de 2023 08:00
Para los espectadores de MasterChef, y los demás programas donde grandes cocineros evalúan el rendimiento culinario de ignotos y famosos, una de las cosas más atractivas es escuchar y ver todo el conocimiento que todas esas figuras demuestran a la hora de llevar un plato de comida a la mesa. Aunque a la hora de poder comer lo que estos hacen, los precios de sus cartas transforman la admiración en un miedo terrible a perder una parte importante de sus cuentas bancarias.
Esta realidad se hizo evidente tras la filtración de los precios que maneja Pizza Paradiso, el local gastronómico del chef Donato de Santis, jurado de MasterChef e italiano argentinizado por vocación. Allí, el indignante precio de 1.150 pesos por porción de fainá, generó que las críticas lleguen a las dos sucursales en la Zona Norte del Conurbano bonaerense que tiene la franquicia.
Aunque las "ofertas" del local no se quedan ahí. Si uno quiere la "fainá imbatible", deberá pagarla 2.200 pesos. Sí, casi el doble. Aunque no deja de ser muy tentadora, ya que viene con top de prosciutto crudo, bocconcini de mozzarella, rúcula y tomates cherrys.
La viralización de estos precios logró que los chistes de los usuarios en las redes sociales al respecto den rienda suelta a la creatividad y a la vinculación con anécdotas del cine nacional como la escena de Luis Brandoni en Esperando la Carroza, donde lanza el famoso "tres empanadas para dos personas". Por un lado por la dificultad para llegar a pagar esos precios para los usuarios locales, y por el otro por lo excesivos que parecen respecto a otras pizzerías de barrios más humildes.
Vale aclarar que la de Donato no es la única demostración de que la fama televisiva conlleva precios desorbitantes.
Recientemente el conductor Mariano Iúdica abrió un restaurante cerca de la localidad bonaerense de Pinamar, precisamente en el barrio privado Villa Robles, a 15 kilómetros de la ciudad balnearia.
Al ex ladero de Gerardo Sofovich también lo aniquilaron por los precios de los platos del local Green Bamboo Beach que abrió con su pareja Romina Prepato. "¿No te parece un poco salado cobrar 3.800 pesos por una milanesa?", preguntó un crítico de sus menús. "¿600 pesos una gaseosa de medio litro?", cuestionó otro. "Se te fue un poco la mano me parece", agregó un tercero.
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También hubo dardos contra los 500 pesos que cobra por cubierto, y su entrada de langostinos, la cual marcha por 5.200. Un lujo que se pueden dar muy pocos en el marco de la realidad actual del país.Otro jurado de MasterChef a quien suelen caerle las críticas por los "salados" precios de sus dulces es a Damián Betular, quien tiene a su excéntrica Betular Patisserie en el barrio porteño de Devoto.
Cabe reconocer que en este caso la carta de Betular está a la altura de lo que demuestra en la tele, por la gran variedad de cosas ricas y particulares que ofrece, aunque los precios son el blanco de las críticas de quienes disfrutan su jerarquizada capacidad culinaria.
Hace sólo un día, un usuario de Instagram comentó: "Hoy fui a desayunar a las 8:55 y de mal modo me dijeron que abren a las 9. Desayuné y apenas terminé me retiraron los platos sin preguntarme. Deben vender mucho, pero para mí carísimo: gasté 6.000 pesos dos de esas facturas y dos capuchinos chicos. Por suerte hay muchos (lugares) mejores, con buena atención y más baratos", disparó el hombre, de nombre Mario Arguiz.
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Este tipo de cruces y polémicas en torno a los precios, recuerdan inevitablemente al que se dio cuando Claudia Villafañe, la ex pareja de Diego Armando Maradona, publicó en enero de 2021 sus famosos 'ñoquis de la Tata' a 3.500 pesos, algo que en su momento significaban casi 17 dólares. Haciendo la cuenta respecto a hoy, es como si el plato hubiese estado por casi 6.500 pesos, lo que demuestra que es casi un lujo poder pedirlos.
Estos precios desorbitantes demuestran que la fama se puede cobrar caro, pero que a la hora de comer, no satisface en proporción mucho más de lo que realmente es. Hay dos argentinas, pero una gran mayoría vive en la que no se puede dar esos lujos, y por eso son las críticas.