Después de los duros cuestionamientos que sufrieron cuando se "escaparon a escondidas" para disfrutar de unas lujosas vacaciones en Grecia en el momento más crítico de la pandemia de Covid-19, Máxima Zorreguieta y su marido, el rey Guillermo, emprendieron un segundo viaje a bordo de su lujoso yate personal pero, para sorpresa de muchos, la lujosa embarcación presenta una grave falla de seguridad que generó alarma en la Casa Real de Orange.
El yate "Alma" es una embarcación valuada en más de dos millones de euros y es de uso exclusivo de Máxima, su marido y sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane. Pese a su costo, lo cierto es que la característica "austera" del yate son sus dimensiones: se lo conoce como el "superyate más pequeño del mundo", dado que sólo cuenta con una suite principal, un camarote con camas cucheta y una cocina pequeña, aunque equipada con electrodomésticos de última generación.
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¿Qué fue lo que sucedió? La familia real se embarcó en el yate y disfrutó de un día en las islas cercanas a la fastuosa mansión que poseen sobre el golfo de Argólida. De acuerdo a los medios holandeses, los encargados de proteger a Máxima y su familia cometieron un grave error: la embarcación cuenta con un dispositivo que emite una señal que permite detectar la posición precisa en cualquier momento.
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"Es conveniente para emergencias, pero puede ser interceptada con mucha facilidad", advirtieron alarmados los medios holandeses, al tiempo que recordaron la inversión de 461 mil euros que realizó la familia real para resguardar su intimidad (y seguridad) durante sus últimas vacaciones en Grecia. "Se alquilaron dos franjas de los terrenos vecinos para colocar un cerco, que le costó al contribuyente holandés 461 mil euros. No escatimaron gastos, ni esfuerzos para protegerlos; pero ahora hay una filtración de seguridad importante", cuestionaron.