La tecnología avanza y va arrasando con diferentes profesiones que, de pasar a ser de vital importancia para algunos, hoy se ubican en un segundo plano. Este, entre otros, es el caso del rol del fotógrafo que -de a poco- se fue desvaneciendo gracias a la aparición de los teléfonos celulares. Pero si de fotografías hablamos, Gabriel Machado es toda una eminencia: este año fue distinguido en la Legislatura porteña y es, además, el elegido por las principales figuras de este país.
Nacido el 20 de agosto de 1966, en La Tablada, fotógrafo y artista plástico, creador del concepto "Foturas" -una intervención creativa entre la fotografía y las artes visuales- Machado viene de una familia muy humilde, lo que no le impidió convertirse en un gran artista.
De hecho, en el colegio no le creían que todo lo que dibujaba era creado por él y su imaginación: "Mi señorita Dolly, que la amaba, al principio se enojó mucho conmigo, me ponía visto en los dibujos porque creía que yo no los hacía. La llamó a mi mamá y le dijo: ´Señora, por favor, dejen de hacer los dibujos a su hijo porque no lo ayuda´, y mi mamá le decía ´póngalo a dibujar entonces´. Me puso a dibujar y empezó a llorar la maestra", recordó en una charla con BigBang.
Ese momento fue un antes y un después en la vida de Gabriel, que lo recuerda con mucha emoción. "Mi maestra empezó a mostrarle a mis compañeros: ´Miren lo que hace Machado´, decía", contó. Actualmente, este exitoso fotógrafo está disfrutando de sus dos pasiones: la fotografía y la pintura. Sin embargo, el pintar le está siendo más redituable a la hora de vivir de una pasión, porque la fotografía se vio invadida por el mundo de los teléfonos y las campañas en redes sociales.
Según explicó, "hoy una influencer en el baño o en la cocina, hace una selfie con un producto y eso ya es la campaña". Todo se redujo a eso. Entonces eso hace que el hilo de la secuencia que había antes para llegar a un producto de imagen fotográfica de publicidad se perdiese. Ahora todo se redujo a un baño o la cocina con una selfie", explicó este hombre que supo retratar desde Susana Giménez, Ricardo Darín, Valeria Mazza y Natalia Oeriro hasta Cher, Kate Moss, Cindy Crawford y Al Pacino.
Por este motivo, Gabriel se mostró sumamente preocupado: "Para los fotógrafos cambió mucho la posibilidad de trabajar tanto, más la pandemia hizo que yo, por ejemplo, empezará a indagar en la pintura. Cambió mucho y muchos fotógrafos están viendo otro tipo de cosas no tan publicitarias",
Gabriel cuenta con un currículum increíble, el cual lo avala como el fotógrafo más famoso entre los famosos. En diálogo con BigBang habló de todo y dejó muy en claro que sus sueños no están del todo cumplidos, porque su gran meta es poder hacerle una producción a Charly García: "Charly García, porque por mí y por mis hijos, que lo aman de una manera horrorosa, lo amamos todos a Charly, es nuestra música, ha musicalizado nuestra vida".
¿Cómo estás?
-Bien, muy bien, con esta nueva... Mi primera pasión fue pintar. A los tres años yo ya dibujaba y pintaba, hasta que apareció la fotografía, a los 26 años más o menos, y ahí automáticamente dejé de pintar hasta la pandemia, que ahí después de 30 años volví a pintar, porque no había trabajo de fotografía. Ahí me dijo: "bueno, vuelvo a mi primer amor", y ahí volví, retomé los pinceles, los olios y acá estoy volviendo al primer amor.
¿Cómo fue esa pasión, ese primer amor con la fotografía?
-Desde los tres años que me tiraba el arte, yo soy hijo único, soy de La Tablada, de una familia muy humilde. Mi papá y mi mamá, los dos, son personas de trabajo, sin estudio. Los dos tenían tercer grado. O sea que yo no tenía herramientas o una rama genética por la cual pudiera entenderse porqué me gustaba dibujar y pintar.
Sin embargo yo me tiraba al piso a dibujar, todavía siento la panza fría de ese piso frío de La Tablada. En primer grado, por ejemplo, yo hacía unos dibujos increíbles. Mi señorita Dolly, que la amaba, al principio se enojó mucho conmigo, me ponía visto en los dibujos porque creía que yo no los hacía. La llamó a mi mamá y le dijo: ´Señora, por favor, dejen de hacer los dibujos a su hijo porque no lo ayuda´, y mi mamá le decía ´póngalo a dibujar entonces´. Me puso a dibujar y empezó a llorar la maestra.
Empezó a mostrarle a mis compañeros, miren lo que hace Machado, empezó a llamar a las maestras, y hasta el séptimo grado me transformé en el dibujante de la escuela. O sea, todas las fechas patrias hacia el Obelisco, la Casa de Tucumán, la Primavera de las Flores... era el dibujante oficial de la escuela número 8, República de Panamá, de la Avenida Crovara, de La Tablada. Hasta los 25 o 26 años seguí pintando.
Tengo un momento muy fuerte en mi vida: a los 8 años cuando veo la película "Nazareno Cruz y el lobo", que hasta el día de hoy es una manifestación artística de Fabio, al que amo profundamente, y por la cual decidí que en aquel momento mi hijo, que hoy tiene 30 años, se llamará Nazareno. El arte te salva, te eleva, te atraviesa, y muchas veces los artistas, yo por ejemplo tuve la suerte de Fabio decirle lo que había pasado con mi vida, con su película, pero el arte es como decía Enrique Pinti, te quedan los artistas, lo que te queda de la humanidad es el arte. Como mi fotógrafa favorita: Vivian Maier, que murió sin haber mostrado una foto.
Sin embargo, ella es la autora de la muestra fotográfica más importante del mundo, la más aclamada, la más amada, una historia donde te demuestra que nunca ni la muerte ni nada es una barrera para ser eterno en el arte.
¿Tenes algún nuevo proyecto, aparte de pintar?
-Sí, soy un poco vago para todo lo que significa muestras y libros. Siempre está pendiente eso de un libro, que quizás este año lo hagamos, no hay nada proyectado, pero bueno, es como que la gente nos pide un montón eso, así que eso seguir mucho con la pintura, con la pintura muchísimo, porque me estoy conectando, me está costando, todavía no estoy en mi eje absoluto pero estoy encontrando mi lugar con los pinceles, con la disciplina que implica limpiarlos, dejar todos los colores en orden, todas esas cosas. Yo soy muy desprolijo y me cuesta un poco lo que lleva a eso, pero estoy encontrando mi lugar y me gusta reencontrarme con el adolescente que había abandonado en el año 92´ para dedicarme a las fotografías, y bueno, por suerte recuperé al pintor que dejé olvidado por allá.
¿Qué opinas de la fotografía hoy en día con respecto a laburo?
-Cambió mucho la situación de los estudios fotográficos, de los fotógrafos, con la llegada de las redes sociales. Esto hizo que la metodología de trabajo cambiara mucho; antes existía una agencia de publicidad, una agencia de modelos, miles de editoriales donde se iban a ver esas campañas publicitarias. Hoy una influencer en el baño, en la cocina, hace una selfie con un producto y eso ya es la campaña, todo se redujo a eso.
Entonces eso hace que un montón del hilo, de la secuencia que había antes para llegar a un producto de imagen fotográfica de publicidad, termine en un baño o en la cocina con una selfie. Para los fotógrafos cambió mucho la posibilidad de trabajar, más en la pandemia. Muchos fotógrafos están viendo otro tipo de cosas no tan publicitarias, porque cambió mucho, cambió mucho la parte publicitaria y hay mucho menos laburo de lo que había antes, cuando yo empecé.
Aquella era una época de Oro, donde llegué a tener 11 tapas de revistas en un kiosco, hoy esas 11 revistas no existen más. Llegué a hacer con Susana 120 etapas de revistas en 10 años, después la revista cerró y era una revista que tenía éxito tremendo.
Estuve en una fiesta y me encontré con una directora de "Para ti" y le digo: "Lo que lloré cuando me enteré una mañana que abro el Twitter y vi que había cerrado después de más de 100 años la revista Para ti, que nos cobijó a todos los fotógrafos de los años 90, nos abrió las puertas para ser más conocidos..." Yo hice miles de tapas de "Para ti", con todas las chicas de ese momento, con Mariana, con Valeria, con Araceli, con Pampita, con todas las que empezaban.
Mariana Arias, Florencia Raggi, con Peleritti, con todas ellas, en los 90´ hice tapas con todas, cuando veo que cierra Para ti después de 100 años, para el mundo, fue una revista súper, una leyenda gráfica, son batacazos que te duelen, muy duros.
¿Cómo está Machado hoy con lo que está pasando en el país?
-E l arte te rescata, yo voy mucho teatro, soy muy austero con los gustos, a mí no me gusta casi nada de la vida, a mí no me gustan las vacaciones, no me gusta viajar, no me gusta comprarme la ropa, no me gusta ir a comer afuera, por Dios, no me gusta nada. Sí me gusta y mucho el teatro, y me gusta de una manera tremendamente espantosa Buenos Aires, estoy enamorado perdidamente de Buenos Aires, cosa que mi hija Paz heredo de mí.
Cuando me dieron en junio de este año, me dieron el reconocimiento de personalidad destacada de la Cultura, mi hija hizo un discurso más allá de Valeria Mazza (qué también le dedicó unas cálidas palabras), habló mi hija y dijo: "Bueno, Buenos Aires sabe del amor que tenés por Buenos Aires", y ella también tiene ese amor por Buenos Aires, así que amo Buenos Aires con locura, por lo cual no me gusta irme a vacaciones porque no me quiero perder un día en Buenos Aires y el teatro es eso para mí, es encontrar ese espejo que necesitamos todos, y eso me da un montón. Yo no necesito psicólogo, con el teatro es como que es una cosa terapéutica maravillosa, yo la paso genial en el teatro.
Bueno, hubo una obra de teatro donde una actriz terminaba la obra diciendo "Durante dos horas fui una leona que los rescaté de la realidad", y el espectáculo, una película, cuando escuchas música, cuando ves una obra de teatro, es hora y media, el tiempo que estés mancomunado con esa manifestación artística, te arranca de la realidad que quizás no sea tan linda para vos en ese momento.
Yo recuerdo siempre a mi mamá, que era una mujer de la Pampa muy pobre, sin embargo ella se encerraba en los cines de su pueblo, a ver las películas de Hollywood de los años 40, a ver a Esther Williams nadando con esos multicolores del Tecnicolor de ese momento, y ella era una niña adolescente, que comía donde salían las ratas, o no tenía para comer. Sin embargo, esas dos horas donde se encerraba en un cine, se iba a un mundo -para ella- mejor, y el arte, tiene que ver con eso.
Es como decía Pinti: "Quedan los artistas", el teatro para mí es el restaurante del alma, donde mi alma se alimenta, me encanta; voy al teatro cuatro veces por semana, y además repito las obras en forma tremenda, voy a ver las obras mil veces, así que es como austero con los gustos, pero lo que me gusta, me gusta demasiado.
¿A cuál artista te costó hacerle más una producción?
- Difícil es Nacha (Guevara). Yo siempre digo, es una cocarda tremenda que Nacha te elija como fotógrafo. Yo le he hecho fotos a los 25 años a Nacha. La primera producción que hice con ella fue para "El graduado", una obra de teatro que hizo ella hace mucho tiempo atrás, y que yo la admiraba, la amaba.
Cuando ella me eligió como su fotógrafo, y fui su fotógrafo mucho tiempo, era como... Es difícil, pero bueno, es un desafío hacerle fotos a Nacha, es complicado. sabe mucho, entonces es como que todo lo que haces, ella lo ve más allá de que confíe o no, pero es una mujer que lo que te diga va a estar bien. No es que te va a decir algo y no sabe. Sabe que viene de ser artista a un nivel Dios, entonces todo lo que venga va a ser buenísimo para uno.
¿A cuál se te hizo o se te hace mas fácil hacerle una producción?
-Con todos. Tengo un don, que es el don que me sirvió siempre: mi forma de ser. Ser hijo único me ayudó mucho a tener esa abstinencia de gente toda mi vida. Entonces cuando tengo gente alrededor me comunico muy bien y me mancomuno muy rápido con la persona, y creo una cápsula, creó una burbuja con esa persona que yo la siento.
Yo hago una producción fotográfica y cuando veo que la persona está resistida, le agarró las manos y le digo: "A partir de ahora hago este silencio, solo escuchás mi voz. Solo escuchás mi voz". Va a llegar un momento en que no va a hacer falta que yo hable, porque telepáticamente vamos a estar comunicados de una manera en la que no va a hacer falta que yo le diga "pon la pierna para acá" o "el brazo para allá", porque lo van a hacer solos y pasa el 99% de las veces.
¿Te queda alguien que vos digas, sueño con hacerle una producción a esta persona?
- A Charly García, por mí y por mis hijos, que lo aman de una manera horrorosa. Lo amamos todos a Charly, es nuestra música, ha musicalizado nuestra vida. Mi vida la musicalizó Charly García, Toda mi vida. Un día me pasó esto, lo cuento siempre que... Marcela Kloosterboer tenía 16 años, Íbamos al sur a hacer unas fotos, a una campaña, yo estaba con mi socio y la veo a Marcela sin maquillaje, una colita, era la chica más linda del condado, era la chica que todos queríamos ser.
Yo la miraba y decía: "Ay, esta chica lo que es, bella como nadie". Estaba escuchando música, yo la miraba, la miraba, la miraba y ella estaba en su mundo. Lo miro a José Cicala y digo: "Ay, mirá lo que es esa chica, esa imagen, Dios mío. Lo único que falta es que esté escuchando ´Sui Generis´ para que sea perfecta esta imagen". Entonces ella se saca los auriculares y le digo: "Marcela, discúlpame, ¿qué estabas escuchando? Sui Generis", me dice.
Cada vez que nos vemos, contamos la verdad, porque yo vi a la chica perfecta. Esas son las cosas mágicas que pasan, que me quedan, me encanta que me pasen. Son momentos de la vida que son maravillosos. Con Susana Giménez han pasado cosas hermosas, con Natalia, con Lali, con La China, con Pampita. Yo soy muy del encuentro almático con la gente, y de llegar a ese lugar, que llego para poder explorar a la persona desde un lugar visceral, esencial, y desde el alma. Y lo logro. Lo logro rápidamente. Conecto a una gente muy rápidamente y eso me sirve un montón. Y veo el canal que se crea con la persona y puedo tocar ese canal que se crea. Es maravilloso.