Una ola de carcajadas, chistes y buena onda invadieron el estudio del gran director Ricky Pashkus en la presentación del reestreno de "Kinky Boots". Una atrevida comedia musical con más de 35 actores y actrices en escena que se estrenará nuevamente en Mar del Plata durante enero de 2024.
Las expectativas son muchas, porque la obra no sólo tiene lo típico y genial de una comida musical que combina actuación, canto y danza. "Kinky Boots" es mucho más que eso: se trata de una empresa familiar que está casi en la quiebra y como por obra de magia una chica transexual ayuda a levantarla desde las cenizas.
Los actores y actrices son maravillosos: Sofía Pachano, Federico Bal y Germán Tripel forman un trío explosivo que harán emocionar, reír y reflexionar en torno a las relaciones familiares, el amor y la lucha diaria por sostener un proyecto de vida con una perspectiva de género.
BigBang dialogó con Pashkus, quien contestó cómo es hacer teatro en este contexto político bastante enrevesado.
"Los actores estamos un poquito locos, bastante anestesiados. No es una profesión muy estable, que creo que en este momento político en el que no se sabe qué va a pasar con la money sí, estamos decidiendo invertir, sí estamos poniendo un precio de entrada, sí estamos poniendo una voluntad de que la gente venga", contó y siguió.
"El país también está en condiciones de pensarse que se las ha bancado muchas, no es que me guste la incertidumbre, pero creo que si hay un grupo que está preparado... ¿Qué ejemplo te doy? La pandemia... los artistas estábamos tan acostumbrados, a 'que sí', 'que no' que no creo que hayamos sido lo más desesperados porque teníamos cierta... costumbre", reconoce en tono reflexivo.
Por último, toma postura de cara a las elecciones del domingo 19 de noviembre: "Entonces la respuesta sería, ojalá que gane que cada uno quiera, yo sé cada uno, sabrá, pero gana quien gane será un éxito".
Germán Tripel está igual de emocionado. Con una remera de Sandro, el actor, músico y cantante se anima a responder sobre las intimidades de "Kinky Boots", cómo se prepara y qué piensa del contexto político actual.
¿Esta obra espan comidopara vos?
-Nunca es pan comido, nunca es fácil; siempre tiene trae muchas crisis, muchas dudas, mucho nervio, sobre todo los ensayos. Una vez que uno supera eso empieza a disfrutar, la verdad que es todo positivo. Pero al principio... es engorroso encontrar el personaje, adaptarse a los otros actores, poder matizar para que tu voz no esté por arriba o por abajo del otro... Es todo un proceso de adaptación que nosotros lo vamos a tener que meter en 30 días más o menos.
La comedia musical tiene sus propios tejes entonces...
-En general cualquier armado siempre trae mucha crisis. En el musical es más difícil aún, porque no solo es la actuación sino después es el sonido, la banda, los músicos, las coreografías, los movimientos de escenografía, las voces, el tema de las luces, el sonido es todo más difícil.
Y ni hablar del monte...
-A mí me encanta. Siempre he hecho cosas así divertidas, me gustan los personajes que se montan. En American Idiot me hacía un punk así fantástico. Siempre muy cargado de cosas, a mí me divierte a mí me gusta. Pero en este caso a mí solo me tocaron las botas.
Que no es menor pero ya sé caminar en botas, ya sé bailar en botas, está todo bien. Fede es el que más se monta, el que tiene que trabajar un poco más eso yo por suerte fue más clásico.
Hablás de las crisis... ¿Qué le recomendás a un pibe una piba que recién empieza con la comedia musical?
-La comedia musical es la rama del arte más completa, desde el arte escénico sobre todo. Le diría que estudie primero. Es muy difícil lo que voy a decir, pero que trate de encontrar a quien le puede impartir el conocimiento de la mejor manera.
¿Tuviste malas experiencias con gente que era tu mentor?
-Yo no tuve tanta mala suerte. Me ha pasado de que justo encontré las personas que supieron decirme y darme cosas desde mi profe de teatro, mi profe canto, mi profe de música, siempre le he encontrado lo positivo y ellos a mí.
Pero hoy en día cualquiera siente que puede dar una clase. Cualquiera siente que puede impartir un conocimiento y la verdad es que hay que tenerle mucho respeto al instrumento; sobre todo a la garganta, a la voz, a las cuerdas. Si vos das mal una clase de canto, podés lastimar al otro... Yo le tengo mucho respeto a eso y cuando veo gente que se dice 'profe' y que no lo es, me da un poco de miedo por la persona que vaya, pero yo tuve suerte.
¿Qué onda con la interna de "Kinky Boots", cómo va la preparación con esos 30 días de ensayo?
-Tengo una linda sensación. Me parece que va a ser un lindo grupo. Estoy estudiando, ya estoy muy avanzado en el estudio, porque digo nunca hice un torazo tan rápido.
Pero sé que la impronta va a cambiar en el ensayo. Tengo una buena sensación, siento que lo vamos a disfrutar.
Veo que tenés una remera de Sandro y sus fans llamaron al no votar a Milei. ¿Vos estás de acuerdo con eso?
Yo no me meto en la política, considero que el artista tiene que ser apolítico porque hay gente que te escucha y que está del otro lado y gente que te escucha y está del otro lado acá está todo muy polarizado.
Me parece que el arte excede todo tipo de política y todo tipo de situación. Yo nunca empujaría a alguien a votar a alguien que no quiera, yo creo que las cosas se caen por maduración y considero que no, no estamos en un buen momento político y que lamentablemente nos tocaron dos personas que no sé si todo el mundo los quiere.
Lamentablemente carecemos de buenos políticos y es muy difícil poder decir 'votá a tal o votá a tal', porque no sabés nunca que puede generar el otro. Así que yo diría que disfruten de su vida y que traten de hacer lo mejor y que voten con consciencia... con lo que les parezca, pero con consciencia.
Y que disfruten de "Kinky Boots"
-Vengan a olvidarse de la realidad Argentina viendo "Kinky Boots", vengan.