07 Agosto de 2023 11:08
El fin de semana Luis Miguel dio su segundo show en el Movistar Arena, de diez que tiene planificados en Buenos Aires, y rompió todas las expectativas de su público y sus críticos, con dos horas y media de espectáculo en las que mostró un altísimo nivel físico y un swing que hizo recordar a sus mejores versiones de los años 90.
Luismi, durante los 150 minutos que tocó, repasó toda su carrera, dividiéndola en las distintas etapas que encabezó. Los boleros y los tangos tuvieron un gran protagonismo, tal vez dándole lugar al repertorio que más lo hizo crecer por estas latitudes, otra razón por haber agotado las 15 mil entradas por función que planificó. Luego siguió con la época ranchera, ese género musical mexicano tan propio de ese fragmento de los años 90 donde el Rey Sol se abrazó a su herencia azteca y sacó todo un repertorio bien amistoso para los latinos de norteamérica. Durante estos temas ingresaron al escenario una decena de mariachis para acompañarlo en canciones como "Si nos dejan" y "La media vuelta".
A cada una de las 15 mil personas que ingresaron a los espectáculos les dieron una pulsera luminosa. Estas hicieron su propio juego a la hora del entretenimiento del público y la contundente imagen de las 15 mil muñecas exhibiéndose iluminadas y al son de la música que hacían el cantante y las tres coristas, además de los dos teclados, la guitarra, el bajo, la percusión y la batería. Este armado de banda fue el que soportó con creces la parte más esperada del show, cuando el pop tomó el escenario del Sol de México, con clásicos como "La incondicional" y "Cuando calienta el sol", que se robó todo el apoyo desesperado del público.
Con sólo haber ofrecido dos de los 10 shows preparados, las teorías conspirativas impulsadas por cierto sector del periodismo de espectáculos quedaron en el aire. Es cierto que el cantante está completamente cambiado tras el ayuno intermitente que practica y que tanto la sirvió a él en particular, para bajar de peso y ofrecer esta versión cuidada de sí mismo, pero lo de los dobles de acción para sus shows no tiene pies ni cabezas, y sólo existe porque, evidentemente, hay personas que no pueden reconocer el envejecimiento cuando es evidente.Por otro lado, otro elemento inobjetable es el contraste entre el último Luismi que vino a la Argentina, excedido de peso y con problemas con los sonidistas, y este que llegó en esta oportunidad. Es fácil creer que es un doble, aunque lo cierto es que la modificación que lo atravesó como persona tiene nombre y apellido: Paloma Cuevas, su último amor y uno de los que más lo contuvo en su vida de picaflor.
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La española no sólo estuvo presente y así lo hará durante toda la gira que tiene planeada el artista, sino además es la persona clave que lo volvió a poner en un lugar sano en su alimentación y en muchos aspectos de su vida más. Dicen que el amor es la energía más fuerte del mundo y, en este caso, es algo que se hace evidente.Una muestra de esto se vio cuando Luismi cantó "Cucurrucucú Paloma" y lo dedicó con sus ojos y palabras a su pareja, que estaba al costado del escenario según la mirada del cantante. Decir palabras es un exceso. Sólo repitió su nombre y demostró su capacidad vocal mientras lo hacía. A la hora de hablar, además de "Buenos Aires" y "Argentina", no dijo ninguna otra cosa al público local. Como para que los y las fanática de Misión Imposible sigan defendiendo que en realidad Luismi está en México cantando a través de un robot, o cosas similares.
Es cierto que en el espectáculo las perlitas no podían faltar. Y más allá de las enumeradas hasta el momento, hubo una que se robó todas las miradas de las fanáticas que coparon las primeras filas del Movistar Arena, y que tuvo que ver con su entrepierna.
En un paso que dio corriendo y luego empujando con su caderas al son de "Cuando calienta el sol", el cantante dejó ver la forma precisa de su miembro sobre su pantalón, el cual tuvo que acomodarse para correrlo del protagonismo que había adquirido. Los gritos desesperados, fueron más que lógicos. Todavía restan ocho shows más en Buenos Aires. Y seguro habrá mucho más que decir sobre la excelente vuelta del artista mexicano, más allá de las teorías conspirativas sin sustento que se sueltan por soltarse, ya sea por un punto más de rating o para buscar polémica con fanáticos y fanáticas.