Los lectores de BigBang ya eligieron a su ganador. Matías Schrank, el misionero que ingresó a Gran Hermano y acusó jamás haber besado a una mujer, pisa fuerte por su falso bajo perfil. Dicen que es el único que está jugando e incluso ya lo comparan con Cristian Urrizaga, el último ganador del reality. Fue el primero en usar la fulminante y el que organiza complots con distintos participantes de la casa.
Matias y su sonrisita a la cámara
LA INMACULADA ESTRATEGIA
“Estoy esperando a la mujer indicada para ser romántico, mandarle flores, escribirle cartas y regalarle bombones”, fue la explicación que el joven de 19 años le dio a sus compañeros, luego de confesarles que jamás había mantenido relaciones sexuales. Y, con esa historia chiquita, Matías empezó a mostrar quién es y a conquistar el amor de los seguidores de la casa, siendo más hábil que el resto de los participantes.
Es el más joven de la casa, pero no por eso su juego es menos contundente. Todo lo contario. A sus 19 años, el misionero sin dudas conquistó al público. Su falso perfil bajo, combinado con su rebeldía y bromas constantes, fue orientando su estrategia en el juego.
La última encuesta que realizó BigBang sobre no deja lugar a dudas. Matías lidera el ranking y bastante detrás lo sigue Brian, que era el preferido de la casa. Francisco completa el podio, tras perder seguidores por volver al juego luego del nacimiento de su hija, Helena.
Los resultados de la encuesta: Matías a la final
AGRUPACIÓN PLAGAS UNIDAS
Cuenta con un club de fans llamado Plagas Unidas que se organiza en las redes sociales para ayudar al joven con su estrategia dentro de la casa. Incluso hacen campaña contra otros participantes, como es el caso de Fernando, quién en varias oportunidades le dijo que lo llame “padre”.
Las chicas “Plagas”, el poder de las fans en las redes sociales.
Matias ya pasó tres veces por la placa y supo salir airoso gracias al apoyo de sus seguidoras. Incluso fue el más aplaudido en la última gala y eso, claro, incrementó el susto de todos sus contrincantes. La participación de su familia también es clave. Su hermano menor, por ejemplo, se muestra en las redes junto a sus padres y abuela, mientras recibe los comentarios heredados de las fans del participante.
Una foto publicada por Matías (@matiasschrank) el 8 de Feb de 2015 a la(s) 5:35 PST
Sin dudas, su desempeño es exitoso por no vincularse con nadie en particular en la casa. Con la estrategia de parecer que “anda solo”, el joven ya logró que los que intentaron subirse a su juego fueran eliminados.
DESORIENTA Y REINARÁS
Lo que sucede con este joven es que desorienta al resto de la casa. Por momentos se queda callado y pasa inadvertido. Pero todo cambia cuando aplica su creatividad para organizar bromas en contra de sus compañeros quienes, con el paso de los días, le llelaron a mojar la cama en represalia. recibir las venganzas de sus víctimas, quienes le llegaron a mojar la cama y robar sus sábanas.
Las constantes bromas no ayudaron a la convivencia. Las peleas aumentaron, pero él nunca se mostró enojado, ni violento; De esa manera, el joven mantiene conflictos que generan rating y más fanáticos, pero sin exponer ninguna faceta que pueda perjudicar su inmaculada imagen.
Ante sus compañeros se muestra serio, pero en solitario maneja las cámaras como ninguno. Y no es casual. Matías estudia dirección de radio y tevé, además de terminar la carrera de técnico en electrónica. Su rutina en Misiones, capital, es estudiar e ir al gimnasio. Conocedor como nadie del formato del reality, propone un juego entretenido, sin lugares comunes, lejos del romance, el sexo y la agresión. Y el público se lo agradece.
LA ÚLTIMA JUGADA
Estrategia pura. Matías dio el batacazo el jueves al fulminar a Belén, su única aliada dentro de la casa. ¿El motivo? “Lo hago para protegerla”, justificó desde el confesionario. El misionero utilizó la gran carta para reducir las chances de eliminación de su compañera. Y es que, si bien la mandó directo a placa, sólo la abandonará si obtiene el 60% de los votos.