15 Agosto de 2024 14:33
El fallecimiento de Matthew Perry, conocido por su papel como Chandler Bing en la mítica serie Friends, volvió a ser noticia en las principales portadas de los medios internacionales debido a que en las últimas horas se llevaron a cabo varias detenciones, incluida la de al menos un médico que trató al artista, que estarían relacionadas con la muerte del actor. Recordemos que a meses de cumplirse un año del triste desenlace de la figura de Hollywood, se descubrió una red de narcotráfico que podría estar relacionada con los medicamentos que Perry consumía, específicamente ketamina.
Esta sustancia, según la autopsia, fue la causante de su muerte, ocurrida el 28 de octubre de 2023, cuando fue encontrado en su jacuzzi en Los Ángeles. Los análisis determinaron que no había alcohol ni otras drogas en el sistema de Perry, solo ketamina, que aparentemente le había sido recetada para tratar la depresión y ansiedad. Sin embargo, los medios estadounidenses abordaron la posibilidad de que haya terceros involucrados y que le habrían suministrado "una fuente secundaria" a la sustancia que el actor consumió. Por esta razón, las autoridades iniciaron una investigación bajo la sospecha de que el actor obtuvo esta droga de manera ilícita.
Lo cierto es que la investigación sobre su muerte tomó un giro drástico al descubrirse una red de narcotraficantes que enviaba medicamentos recetados por correo, un delito federal en el país del norte. Esto puso en duda las circunstancias bajo las cuales Perry obtenía la ketamina. Tracy Walder, ex agente de la CIA y FBI, sugirió que el ex Friends podría haber estado intercambiando recetas con amigos y que posiblemente un asistente lo ayudaba a obtener estos medicamentos.
Según informó el portal TMZ, las investigaciones, en las que han participado varias agencias estadounidenses, incluida la DEA (Administración de Control de Drogas), han llevado a allanamientos donde se confiscaron computadoras, teléfonos y otros dispositivos electrónicos con el objetivo de identificar a las personas que suministraron la ketamina a Perry.
Cabe destacar que si bien el artista estaba recibiendo terapia de infusión de ketamina para tratar su ansiedad y depresión, según medios locales la última sesión legal de dicho tratamiento había sido una semana y media antes de su muerte, lo que sugiere que la ketamina hallada en su organismo fue obtenida de manera ilegal. Las pericias determinaron que el nivel de ketamina en el cuerpo de Perry era equivalente al usado en anestesia general durante cirugías.
Esto, sin lugar a dudas, reforzó la teoría de que la droga no fue prescrita de manera legítima. De esta manera, la investigación culminó con el arresto de al menos un médico, cuya identidad no fue dada a conocer, y varios traficantes responsables de facilitar la entrega de esta droga al actor. Según informó The New York Times, los cargos contra los detenidos incluyen los de conspiración para distribuir esta droga, su propia distribución, posesión con intención de distribución y alteración y falsificación de registros.
Además, las autoridades también obtuvieron una orden de allanamiento para investigar a Brooke Mueller, ex esposa de Charlie Sheen, quien había estado en un centro de tratamiento junto a Perry.
Vale señalar que Mueller es una de las personas relacionadas con este caso, aunque no ha sido acusada formalmente. La investigación reveló que Perry fue fotografiado con una actriz cercana a él en el consultorio de un especialista en ketamina, lo que refuerza las sospechas sobre el origen de las sustancias que consumía. Meses atrás, la revista PEOPLE había informado que la investigación policial estaba cerca de concluir y que había varias figuras de Hollywood involucradas en esta red de tráfico de drogas. Fuentes informan que la actriz se mostró cooperativa con la policía, pero que contrató abogados y busca mantener la discreción con respecto al caso.
Además de estos detalles sobre la investigación, se conoció que Perry tenía un patrimonio personal de aproximadamente 1,6 millones de dólares, y un fideicomiso valorado en más de 120 millones de dólares, cuyo beneficiarios incluían a su familia y a su ex novia, Rachel Dunn.
En su testamento, Perry incluyó una cláusula que para excluir de su herencia a cualquier hijo que pudiera surgir tras su muerte, especificando que no dejó provisiones para descendientes o parientes que no estuvieran expresamente nombrados en el documento.