10 Diciembre de 2024 12:49
En el universo mediático, hay personajes que parecen buscar el ojo del huracán, y Horacio Cabak es uno de ellos. Esta vez, el ex modelo y conductor se encontró en el centro de la polémica tras una nota crítica publicada por Clarín sobre su programa Late Night Hair Recovery, emitido en la TV Pública. En la nota, el periodista Hernán Firpo cuestionó con sarcasmo tanto el contenido como el impacto del ciclo, destacando que el programa había alcanzado 0 puntos de rating en varias ocasiones. Lo cierto es que Cabak no se quedó callado y respondió en redes sociales con una serie de aclaraciones y críticas que dieron pie a un nuevo capítulo en esta peculiar saga capilar.
En su cuenta de X (antes Twitter), Cabak desmontó uno a uno los señalamientos de la nota. "Aclarando pelotudeces", comenzó su descargo con tono agresivo, para luego explicar que su programa no es parte de la grilla de la TV Pública, sino un infomercial producido por la empresa privada Hair Recovery y emitido en un horario marginal. Según el ex modelo libertario, lejos de ser un gasto para el canal estatal, el espacio publicitario genera ingresos en un horario donde usualmente se pierde dinero. En un punto álgido de su respuesta, Cabak lanzó una directa acusación hacia Firpo, calificándolo de "mala leche" y "boludo".
Además, cerró su descargo con un dardo dirigido al periodismo en general, del cual él forma parte cuando mantiene pases políticos con sus compañeros: "Después lloran solidaridad cuando los pelotudean en redes". Si bien las aclaraciones de Cabak sobre el formato y la naturaleza comercial del programa tienen sustento, la respuesta desmesurada y su tono confrontativo desviaron el debate hacia lo personal, dejando de lado un análisis sobre la pertinencia y calidad del contenido. Late Night Hair Recovery no es más que un infomercial en horario marginal, pero su emisión en la TV Pública plantea innumerables interrogantes.
Sobre todo, sobre los criterios de programación en un canal financiado por los contribuyentes y del cual el presidente Javier Milei manifestó públicamente su intención de deshacerse de él sin éxito. La crítica original de la nota, por otro lado, se enfocaba en el sinsentido del programa y su falta de audiencia. La ironía de Firpo, al señalar que el ciclo logra "menos puntos de rating que el tango queer", evidenció el escaso interés del público por este tipo de contenido en la pantalla estatal. El problema radica en que, aunque sea un espacio alquilado, su emisión en un canal público no deja de generar ruido en un contexto donde se discute el uso eficiente de los recursos.
La cuestión de fondo va más allá de Cabak y su programa capilar. ¿Debe la TV Pública permitir la emisión de infomerciales, aunque generen ingresos? ¿Qué mensaje envía al público cuando en lugar de contenidos culturales o informativos se alquilan franjas horarias a empresas privadas? La defensa de Cabak, centrada en los beneficios económicos, no aborda este aspecto más profundo. En todo caso, el modelo -fiel al estilo libertario- prefiere usar la ironía y violencia como respuesta.
En última instancia, el cruce entre Cabak y Firpo expuso dos caras de una misma moneda: una TV Pública que enfrenta desafíos para mantener relevancia y financiamiento, y una figura mediática que, al sentirse atacada, responde con agresividad más que con argumentos sólidos. La polémica, como su cabello recuperado, parece más un accesorio que una verdadera solución al problema de fondo.