09 Enero de 2018 17:13
Alejandro decidió no callar más el amor que mantuvo silenciado durante 33 años hacia Gabriela, una ex compañera de colegio. Para ello decidió citarla al programa "Ojos que no ven" de El Trece y finalmente declararle todos sus sentimientos.
Lo que no sabía es que las redes sociales le iban a jugar una mala pasada y dejar al descubierto su mentira. Todo en vivo, mientras transcurría el programa.
Andrea Politti recibió en su segundo programa a Alejandro Virlante, quien "muerto de amor" contó que conoció a Gabriela en 1984 en el Colegio Nacional Urquiza, de Flores. “Me movía el piso, me gustaba mucho cómo revoleaba los ojos... sus pestañas, su cabello, pero tenía novio. Nunca se lo conté a ningún compañero”, relató.
La verdadera historia de Gabriela y Alejandro lleva ocho años.
Durante todo el programa se sucedieron historias de uno y otro, "separados" por el destino y una vida de soles y bemoles. Finalmente llegó el momento en el que Alejandro le declaró su amor a Gabriela, quien tenía sus ojos cubiertos y al reconocerlo se fundió en un beso con él.
La pareja junta en la última navidad.
Lo cierto es que detrás de ese conmovedor final, los televidentes estallaron en las redes sociales denunciando la "truchada". Y es que efectivamente, Gabriela y Alejandro son pareja desde 2017, según consta en sus Facebook, donde desde ese momento y hasta hoy se los puede ver compartiendo cientos de días felices.
No es de sorprender la emoción de Gabriela al encontrarse con su enamorado cara a cara. La mujer resultó ser actriz, bailarina y cantante, y hasta participó en reconocidas obras como Los Miserables. Todo según indican sus redes.
Alejandro contó en el programa que desde hace 33 años amaba a Gabriela en silencio.
Por su parte, desde El Trece se mostraron sorprendidos al ser consultados por BigBang sobre lo ocurrido e indicaron que no estaban al tanto de que los participantes eran pareja, por lo que habrían mentido en el casting.
Cabe recordar que el programa no reparte premios, por lo que el interés de los concursantes podría haber pasado por estar en la tele. Eso sí, con un simple chequeo en las redes la producción se podría haber evitado un dolor de cabeza.
Lo cierto es que el público busca autenticidad y las redes sociales llegaron para dejar a la vista a quienes buscan empañar emociones tan básicas como el amor.