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Jessica Maciel, la artista trans que luchó contra la discriminación, las adicciones y el destrato

A sus 43 años, se convirtió en toda una artista que conmovió y divierte a propios y extraños. Su dura historia de vida y el difícil camino que tuvo que transitar hasta alcanzar la popularidad.   

27 Noviembre de 2021 08:00
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A pesar de que su lanzamiento oficial fue en el año 2016, no fue hasta la llegada de la pandemia del coronavirus y el posterior aislamiento social y obligatorio que Tik Tok cobró gran popularidad entre chicos y grandes. La llegada del COVID-19 y el encierro provocaron que las aplicaciones móviles tomaran un gran protagonismo, debido a que un gran número de personas en todo el mundo decidieron refugiarse en ellas.

 

Fue entonces que TikTok, entre algunas otras, fue creciendo y captando la atención de cientos de miles de personas alcanzando un increíble número de 689 millones de usuarios registrados en su plataforma a principios de 2021. Lo cierto es que la popularidad de la aplicación sigue en aumento y es la plataforma elegida por miles de creadores de contenido para dar un paso más hacia la fama.

Pero en el caso Jessica Maciel es diferente, ya que la aplicación de origen chino no solo le permitió cumplir su sueño de convertirse en una artista, sino que además le dio la oportunidad de volver a empezar. Actualmente la comediante, actriz y flamante cantante tiene más de 2.100.000 seguidores solamente en Tik Tok, ya que además cuenta con cuentas en plataformas como Kwai o Youtube, donde supera en promedio los 250 mil seguidores.

 

A sus 43 años, la nacida en los Polvorines es la generadora de risas y carcajadas en las redes sociales gracias a sus divertidos sketchs que llamaron la atención de muchos famosos como Jésica Cirio, Nazarena Vélez o Marcela Baños. Sin embargo, fue cuando Thalía replicó un video viral suyo en sus redes sociales que su vida cambió por completo. "Vino mi amiga a contarme que Thalía estaba mostrando mi cuenta, un video mío y muriéndose de la risa por cómo movía la cara y los ojos en ese video. Ella me puso que era muy bonita y que estaba muy bueno mi trabajo", recuerda Jessica en una entrevista con BigBang.

Pero antes de la fama, de su matrimonio con Mariano y del amor y respeto que le tiene a Alicia, su suegra, la influencer tuvo que superar un verdadero infierno al que llegó a causa de su elección sexual. "Mi vida era una miércoles. Horrible. A los 14 años me tuve que ir de mi casa por mi elección sexual. También en esas épocas existía el artículo 92, “ropa no adecuada al sexo”, había una imputación, estaba al mismo nivel de un chorro o de alguien que rompe cosas en la vía pública. Tuve que huir de mi casa porque realmente escuché que mi papá me quería matar y yo sé que lo iba a hacer", contó, entre lágrimas, y reveló el calvario que transitó durante su adolescencia y adultez. 

 

Según su relato, su mamá le dijo que la iba a llevar a la iglesia “porque tenía un demonio dentro" y le prohibió vestirse de mujer. Pero debido a que su familia -de ocho hermanos, su mamá y su papá- jamás toleró su elección sexual  y que hasta llegó escuchar a su progenitor decirle a sus hermanos que iban a esperar a que se durmiera para "pegarle un tiro", Jéssica tuvo que huir de su hogar. "Dormí en los trenes, que pasé hambre y frío, que lo perdí todo, que los lloré cada Navidad, Año nuevo,  cada día de la madre o del padre, los lloré, me dolió, en muchas ocasiones me apuñalaron, me golpearon, me desperté de un coma y tenía que agarrarme las heridas y volverme a parar en una esquina", describió

Hoy su vida es otra. No solo la rompe en Tik Tok e Instagram, cosechando casi dos millones y medio de seguidores, sino que también explota las plataformas digitales con su inesperada llegada al ámbito musical consu nuevo single “Reyna” de género RKT. “La letra la escribí pensando en los llamados haters de las redes. Nosotros le debemos cosas a todos los que nos tiran buena onda pero siempre hay unos pocos que tiran su odio a la gente que le va bien", contó.

Conocé la historia de Jessica Maciel, la artista trans que superó todos los obstáculos para convertirse en una estrella

Actriz, tiktoker, cantante e influencer...¿Cuál de estos motes preferís?

- Yo voy más por el lado, obvio, de artista, porque antes de arrancar en las redes sociales trabajaba haciendo teatro independiente. Pero también me gusta mucho lo de influencer, porque si bien uno hace reír a la gente y está bueno leer los mensajes donde te dicen "estaba pasando un mal día y con tus videos me muero de la risa", también de vez en cuando comunicar, visibilizar e influenciar apara afirmar que el que quiere puede.

Trabajé haciendo teatro independiente y hace dos años que no veo a mis compañeros por esto de las redes sociales, que trabajaban siempre conmigo haciendo teatro, y este sábado nos encontramos arriba de un escenario en una obra que se va a llamar "Conurbanas, el reencuentro" que va a estar muy bueno. 

¿Cuánto estalló tu popularidad en Tik Tok

- En Tik Tok empecé haciendo lo que hacían todos. Después empecé a ver referentes para mi que hacían comedias con su voz. había un chico de nacionalidad español que se llama Fabio, otro al que le decían María José....y un día se me ocurrió hacer un video en el que agarré y dije "todos creen que soy la muñeca Barbie, pero en realidad soy Ken" y le mandé la voz fuerte. Ese video explotó porque la gente no se había dado cuenta que yo era trans y cuando se dieron cuenta, me gané en principio mucho odio y después más amor. Ahí empezaron a viralizar mis videos porque todos comenzaron a copiar mi voz.

¿Y fue ahí cuando apareció Thalía?

- Thalía llega después de unos meses, donde ya había empezado a hacer comedia. Por ejemplo, dormía con mi novio, me molestaba y yo le gritaba. Un día, al terminar de grabar, veo un video de Thalía, que había sacado un tema nuevo, y me gusto, me monté, lo hice y lo subí. No pasaron ni 20 minutos que entró un amiga por la puerta, a las corridas, pateándome la puerta. le pregunté "qué pasó".

Solo atinó a decirme que mire las historias de Thalía. Voy a sus historias y veo que Thalía me había seguido y que además le había hecho un dúo a mi video. No solo le hizo un dúo, sino que además lo subió a sus historias. Yo ese día lloraba, acá me mando al frente pero yo soy de la época de María, la del barrio, María Mercedes, Marimar ¡me las vi todas! es mi ídola.

Si bien todos los famosos copiaban mi voz, como Jésica Cirio, Nazarena Vélez, Marcela Baños, actores de Colombia....pero cuando pasó lo de Thalía fue un ¡guau! No solo eso, sino que después pasó un tiempo y otra vez vino mi amiga a contarme que Thalía estaba mostrando mi cuenta, un video mío y muriéndose de la risa por cómo movía la cara y los ojos en ese video. Ella me puso que era muy bonita y que estaba muy bueno mi trabajo.

¿Cómo se gana la vida un influencer?

- Esto lo aprendí sobre la marcha porque empecé como divirtiéndome, pero después las marcas o la música te hacen dar cuenta. Tik Tok tiene una cuenta que se llama "Tu música hoy" donde todos los músicos promocionan sus temas y ellos nos usan a nosotros. Cada vez que tiran un lanzamiento, que nos ven bailando el mismo tema como boludos, es porque cobramos por esas cosas, por hacer colaboraciones o subir marcas.

¿Recibís "hate" en las redes?

-No, ya no. En un principio, que tampoco era mucho, que era el típico hate discriminador que te quiere tirar abajo, pero yo ya me amo tanto que los atendía y les preguntaba si me iban a decir algo nuevo que realmente me ofenda. Después de muchos años comprendí que la palabra puto, trava, travesti, travuco, travesaño....fueron palabras que en su momento me hicieron mucho mal, pero después las agarré y me las adueñé.

Me las agarré para mí y entonces cuando comencé a hacer chistes conmigo le quité todas las armas al que quiere odiar. Realmente los haters son personas que no saben por qué están ahí, porque hay que tener ganas de perder el tiempo, estar ahí escribiéndole algo a alguien que no conoces para tirarlo abajo. Es horrible porque hay gente que sí lo sufre mucho, pero hay mucha gente que me cuenta que aprendió a superarlo al verme cómo le contesto, me río o les doy vuelta la tortilla. Aprendí a hacer contenido con la gente que me odia, si alguien me tira cualquier cosa, enseguida le contesto. 

¿Estás casada? En tus redes compartís muchos momentos con tu marido...

-Estoy casada, nada es perfecto (se ríe). Nos casamos hace seis años con Mariano y en pareja ya vamos a cumplir 12 años. Cuando arrancó la pandemia que me quedé sin laburo, primero me deprimí, después me dije: "No, ya está, tengo que hacer algo para divertirme" y empecé a planear cómo hacer mi show en Tik Tok. Mariano era el que pasaba y por ahí estaba hablando con mi suegra, que la amo, y le decía "ahí está boludeando con los videos, ahí te la paso".

Siempre boludeando, pero después pasó el boom y Mariano me empezó a pedir si le podía mandar un video con un saludo para una de las hijas de un compañero de trabajo. Primero para él era una boludez, pero cuando comenzó a ver que dejé de vivir de él y que le dije que ya no me tenía que dar la mitad de su sueldo porque ahora tenía trabajo, estuvo feliz de la vida.

¿Cómo era tu vida antes de Tik Tok y de esta gran popularidad?

- Mi vida era una miércoles. Horrible. A los 14 años me tuve que ir de mi casa por mi elección sexual. También en esas épocas existía el artículo 92, “ropa no adecuada al sexo”, había una imputación, estaba al mismo nivel de un chorro o de alguien que rompe cosas en la vía pública. Tuve que huir de mi casa porque realmente escuché que mi papá me quería matar y yo sé que lo iba a hacer.

Hubo todo un revuelo cuando se enteran por una vecina, ¡Judas!, de nombre Sabrina. Cuando yo me empecé a sentir así, descubrí que en el otro barrio había un grupito que siempre se juntaban y me empecé a juntar con ellas. Entonces siempre nos pintábamos o nos arreglábamos, la aventura de montarnos y salir a caminar por la calle, hasta que un día me cruzo a esta vecina, que me vio y me dijo "que linda, que hermosa y que se yo" y yo le dije "por favor, no viste nada".

Cuando llegué a mi casa, lo primero que me encuentro es ese silencio que precedía a la tragedia. Entré, abrí mi habitación y toda la ropita que tenía de mujer escondida debajo del colchón estaba colgada. Ahí se me armó, mis hermanos me querían pegar, mi mamá los paraba y después me llevó a su cuarto, donde me dijo "ya está, te voy aceptar pero no te podés vestir de mujer en esta casa". Me dijo que íbamos a ir a la iglesia porque para ella tenía un demonio. 

Entre todo ese quilombo, yo con todo el dolor de mi alma le dije "está bien", no tenía edad y no estaba preparada para irme. Esa noche, mi hermana entra y me comenta que había una reunión de los varones y yo voy a escuchar porque sabía que me querían cagar a trompadas. Ahí lo escucho a mi papá decir: "Cuando la vieja se va a dormir, la llevamos al campo y le pegamos un par de tiros. Total, quién va a decir que fuimos nosotros".

Esa fue la frase que cuando la escuché dije: "¡Me voy!". Me fui, agarré todo tipo el Chavo del 8 y me fui a vivir a la calle. En un principio como que dormía en los trenes ida y vuelta, o dónde podía o pintaba con la gente en la calle que me daba un lugar. La verdad es que mi familia nunca me buscó. Tuve que dormir en la calle, suspender mis estudios con la esperanza que me busquen y eso no pasó. 

Hasta que un día en la calle me dijeron "en Palermo hay muchas chicas como vos". Ahí es dónde está el menage: hay un gran porcentaje de chicas trans que hoy están paradas en la calle y no es porque quieren, porque lo disfrutan o fue su sueño, sino porque a muchas les pasa esto. A mi me pasó y odiaba estar ahí, porque te lleva a las drogas y a hacer cosas que realmente no querés.

Pasó el tiempo y me engancho con un pibe que estaba muy perdido en la droga, creo que tenía 20 años. Este pibe vendía droga, no me movía de dónde vivía, no teníamos ni relaciones porque el tipo me tenía drogada 24/7. Sabía que si me iba de ahí tenía que volver a la calle hasta que un día me choco con el espejo y vi algo que no me gustó. Eso para mi fue un milagro, porque yo consumía todos los días in poder parar. Solo paraba cuando me dormía porque el cuerpo no me daba más.

Tenia unas depresiones horribles y eso me hacía olvidar de todo. Tomaba hasta que me desmayaba, pero desde ese día que me vi al espejo nunca más. Cuando vino este chabón, le dije: "Yo no sé lo que vas a hacer vos, pero esto terminó para mí acá. O nos ayudamos juntos o la terminamos acá". Me dijo que no podía, agarré mis cosas y otra vez a la calle. En un momento me senté en una escalera, llorando y apareció una chica trans que hoy es mi amiga. 

Me preguntó que me pasaba, le conté y me llevó a vivir con ella. Fue un rescate, pero todavía estaba el laburo. Mi vida era un circulo de mierda que no cambiaba. Siempre digo que estaba pensando en cómo suicidarme, porque si bien le tenía miedo a la muerte, estaba pensando en cómo hacer para que no me doliera. empecé a caminar de nuevo hasta que veo una luz, un seguridad y un bar que se llamaba In Vitro.

Era un lugar para tomar algo con show. En el fondo se prendió un escenario y ahí fue cuando me volví a encontrar, cuando me dije "esto es lo que yo siempre quise para mi". Me hice habitué de ese lugar, iba todos los días y le pregunté al dueño cómo hacía para laburar de eso. me respondió que tenía que estudiar teatro en el teatro San Martín. 

En ese interín conocí a alguien que se enamoró de mi. Ese alguien me lleva a vivir con él, me sacó por un tiempo de todo pero no lo amaba, esa es la verdad. Pero yo estaba como un perro de la calle, iba para donde me den comida. Empecé a hacer talleres de teatro con lo que me ayudaba este tipo y después me enteré que ninguno de todos los que trabajaban en ese bar habían estudiado teatro.

Gonzalo Costa hacía un concurso que se llamaba Atreverse y como había escuchado mi historia, me pide que concurse. Si ganaba, laburaba para ese boliche y los distintos boliches de capital. Me armé mis propios vestuarios, llegué a la final con una chica que llegaba dada vuelta por el alcohol, pero gané esa final y a partir de ahí comencé a trabajar como artista independiente. ahí ya no paré nunca más.

¿Te volviste a reencontrar con tu familia?

Yo tuve una hermana trans a la que prácticamente crié que una vez nos cruzamos porque ella necesitaba ver a mi mamá y ella no nos reconoció. Lamentablemente lo que nos une con mi mamá es la muerte de mi hermana. Vivíamos separadas, cada una con su vida y ella se enfermó. Mi familia se hizo cargo porque los informaron a ellos, pero no querían que yo sepa que mi hermana estaba enferma.

Fue mi hermana mayor, con la que sí tenía contacto, la que me llama por teléfono, me cita en su casa y me dice lo que estaba ocurriendo. En mi casa no me querían, me echaban la culpa y decían que mi hermana, al ser menor que yo, se había hecho trans por mí. Creo que uno lo hace porque lo siente. Ahí me cuenta que mi hermana estaba mal en un hospital y fui volando a verla. 

Resulta que mi hermana tenía unos enemigos en la calle y le vendieron algo que al aspirarlo le agujereó el cerebro. Agonizó por 15 días y cuando llegó al hospital, no me querían dejar entrar por órdenes de mi familia. Recuerdo el quilombo que hice en la guardia de ese hospital hasta que me dejaron entrar y lo primero que hice es dejarle una carta a mi mamá en la que yo le pedía perdón. "Si algo de mi vida te hizo llorar o sufrir, nunca fue mi intención", le escribí.

Ahí es cuando ella, me contaron, se conmovió al leerla. pero nos vimos la cara reconociendo el cuerpo de mi hermana. En ese entonces yo pagué todo para que tuviera un entierro digno, pero mi familia la llevó a su casa porque no querían que vaya ninguna de sus amigas a despedirla. Fue un momento donde me hablaban bien, mis hermanos ya sabían lo que era mi vida, tenía mi casa, mi pareja y mi laburo.

Lamentablemente la prostitución es marginada por la gente, pero no me señalaban con el dedo como otras muchas veces en mi vida lo sentí. En un momento, escuché a mi mamá decirle "perdón" a mi hermana mientras abrazaba su cajón y yo ahí me partía porque le decía qué lindo hubiera sido que lo pudiera escuchar en vida, porque lo necesitábamos. Después de eso me le puse enfrente, les relaté mi vida,

Les conté que "dormí en los trenes, que pasé hambre y frío, que lo perdí todo, que los lloré cada Navidad, Año nuevo,  cada día de la madre o del padre, los lloré, me dolió, en muchas ocasiones me apuñalaron, me golpearon, me desperté de un coma y tenía que agarrarme las heridas y volverme a parar en una esquina. Pero saben qué, los perdono". Cuando dije los perdono mi cabeza cambió.

Sí, los odiaba y era la que decía que el día que les pasara algo no me iba a importar. Pero ese día solté, empecé a sanar y a decir que en la balanza tenía cosas buenas. A veces me frustraba porque no sabía si iba a tener futuro, pero tenía mi trabajo, mi casa, mi pareja, dormía de noche y las cosas habían cambiado. Los perdoné, sané y a partir de ahí comencé a vivir mi vida para adelante.

¿Crees que la ley apoya, respeta o protege a las personas transgénero?

- Y la verdad es que yo vengo de la época del artículo 92, donde ser trans era ser criminal. De la época donde nos enterrábamos entre nosotras y teníamos que hacer la vaca. La época donde le pagaban un tiro en la cara a una amiga y pasaba el patrullero, te miraba y seguía de largo. Era la época donde éramos los perros de la calle. Hoy para mí está muy nivelado. Antes tenía mucho miedo de salir a la calle.

No vivía el día a día de salir a comprar ropa. Capaz estaba en una tienda comprándome ropa y terminaba en cana. ¡Y me pasó! Para las nuevas generaciones es el país de las maravillas, la que no sale adelante es porque no quiere. Si bien pasan cosas, son aisladas. Antes era el pan de cada día, todos los días era "murió, la mataron, la descuartizaron, le pegaron, la metieron en cana, le cortaron el pelo o la cara". 

Era todos los días que la policía venía a mostrarte "che, está es tu amigo". No se podía salir porque esas leyes, no solo hacían que la policía disfrutara al torturarte, sino que provocaban que la gente nos odiara, que nos tuviera asco, que seas la deshonra de la familia. hoy se ve chichas trans con sus madres o familias. No creí estar viva para ver todo esto, pero las leyes ayudaron un montón.