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Una energética performance de Justin Timberlake, quien interpretó la canción gracias a la cual está nominado al Oscar (Can't Stop the Feeling, de la película Trolls), dio paso al discurso inicial de Jimmy Kimmel en la ceremonia de entrega de los Oscar.
Jimmy Kimmel bromeó sobre Trump, pero con moderación.
El comediante comenzó su monólogo apuntando directamente al ámbito político, riéndose del hecho de que la fiesta estaba siendo transmitida en países que ahora "odian" a Estados Unidos.
Además llamó a la unidad pidiendo que cada uno de los televidentes se acercara a otra persona para "tener una conversación como norteamericano y no como republicano o demócrata".
Kimmel tampoco pudo evitar referirse a Donald Trump calificando en broma a Meryl Streep como "mediocre" y "sobrevaluada" al igual que supo hacer el presidente norteamericano. Sellando su referencia, el conductor llamó al público a ovacionar a la actriz.