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Una usina de producciones

José María Muscari en BBN: el parate por su hijo, los cinco años de Sex y sus críticas a la homofobia libertaria

El actor, dramaturgo y director se animó a contestar todo.

17 Agosto de 2024 12:43
José María Muscari. X

Con más de 70 obras dirigidas y un centenar de participaciones en producciones teatrales, José María Muscari debe ser una de las personas más prolíficas del teatro argentino. Formado desde los ocho años como actor, debutó como responsable de un elenco a los 18. Desde ese momento, fue una usina de proyectos que no paró más hasta la llegada de Lucio, su hijo adoptivo de 15 años con quien está desde diciembre de 2023, luego de un proceso en el cual el menor lo eligió como padre entre 140 candidatos.

Muscari in da Haus, su nuevo evento en el que recibe como anfitrión a 60 espectadores, es la primera apuesta que hace desde que se transformó en padre. Decidió, de forma activa y voluntaria, que así sea para disfrutar del lazo con el adolescente que ahora vive junto a él. Aunque la máquina de generar ya se prendió de vuelta, y hay muchos proyectos por delante, más allá de los cuatro que todavía mantiene en cartel.

Entre estos se destaca Sex, que pasó de experiencia inmersiva, sobrevivió la pandemia, y todavía sigue siendo una propuesta innovadora y seductora para el público porteño. Este 2024 cumplió cinco años y la perspectiva es que se mantenga en cartel mucho más, dándole lugar a artistas como los más de 300 que ya formaron parte de su elenco.

José María Muscari y su hijo Lucio.

En diálogo con BigBang, Muscari también se animó a cuestionar la homofobia de Javier Milei  y los libertarios, luego de que el presidente compartiera un meme en el que decía que en la sociedad ideal del progresista, había "mucho sexo gay".

Tenés más de 100 participaciones en espectáculos del teatro porteño y dirigiste 70 obras, ¿cómo es este nivel de productividad que manejás? Porque es algo que abruma.

- En realidad no es algo en lo que pienso, lo pienso a partir de la pregunta. Bueno, es un numerazo. Pero la verdad es que hubo muchos años de mi vida en los que tenía una proactividad de quizás tener cuatro o cinco horas en escena. Tengo 47 años, empecé a estudiar teatro a los ocho, a trabajar profesionalmente a los 16 como actor, y a los 18 ya dirigí y escribí mi primera obra. Por lo cual llevo más tiempo en mi vida haciendo teatro que no haciéndolo.

En relación a la proactividad o productividad, nunca es como un concepto en el que me detengo, simplemente voy escuchando cuando tengo ganas de hacer determinada cosa, cuando tengo ganas de decir determinada cosa, cuando tengo ganas de una idea que se me arma en la cabeza dejarla madurar. Ahí hay un momento que eso que maduró ya tiene ganas de salir y se convierte en un espectáculo. Como que en realidad tengo una especie de escucha interna para ver cuál es el momento certero para hacer tal o cual espectáculo.

Con mi hijo estamos juntos desde diciembre del año pasado y yo me tomé la pauta de detener un poco la usina creadora"

Es verdad que si bien yo te puedo contar ahora mi agenda y parece un montón: Sex, Perdida Mente, Family Club y, ahora, Muscari in da Haus. Son cuatro eventos. Pero la verdad es que Sex hace 5 años que está en escena, Perdida Mente fue creado hace tres años, y Family Club tiene más de un año. Por lo cual la novedad sería Muscari in da Haus, que es lo primero que hago después de haber adoptado a mi hijo. Con mi hijo estamos juntos desde diciembre del año pasado y yo me tomé un poco como la pauta de: 'Bueno, tengo que detener un poco la usina creadora', porque no me imaginaba adoptando un hijo y empezando a convivir y conociéndonos yéndome todo el día ensayar.

Por lo cual como que detuve la marcha creativa y la pulsión de poner toda la libido en eso y, no solamente la agenda, sino también la emocionalidad durante estos meses, estuvo muy puesta en el vínculo con mi hijo, en descubrirnos, en adaptarnos a la convivencia, en acompañarlo en el día a día de lo que significa un adolescente de 15 años reinsertándose en Buenos Aires, porque él nació acá pero en el momento en el que lo adopté estaba en Corrientes. Así que, de alguna manera, este es el momento en que todos eso ya fluyó y que Lucio va por un carril con su vida adolescente, de retomar esa usina creativa que siempre fui.

 

En estos últimos días hablaste sobre tu relación con con tu hijo y dijiste la frase 'estamos recuperando el tiempo perdido'. ¿Sentís ese lazo espiritual de que en realidad todos estos 15 años previos también fuiste padre de Lucio?

- No lo siento tan filosófico, sino que soy una persona muy pragmática. Entonces, si bien creo en la sincronicidad, que no creo que Lucio sea mi hijo ni que yo sea su padre por cuestión de azar, sobre todo por la historia particular que tiene mi hijo, de ser el primer niño de la historia de la Argentina que tuvo visibilidad, que se filmó un video en donde él incluso acompañado por la jueza, que me gusta nombrarla porque siento que es extraordinaria no solamente por el trabajo que hizo con Lucio, sino con otras adopciones, que es Carolina Macarrein. Lucio tuvo una situación especial y muy utópica para un niño en estado de adoptabilidad, que es la posibilidad de poder elegir entre 140 familias que lo querían adoptar. Eso no pasa ni con un bebé.

Eso pasó porque hubo algo sin antecedentes en la historia de la adopción en la Argentina, que es que esta jueza, después de mucho tiempo de estar en una convocatoria pública y que nadie 'matcheara' con él, ella sintió que había algo que estaba bueno que Lucio pudiera comunicar en primera persona, y se ve que no se equivocó, porque todos los que vimos este video, al menos 140, dijimos: 'Sí, lo queremos adoptar'. Y después vino el trabajo que hicieron para decidir cuál era la familia que más les resonaba.

José María Muscari.

Pero volviendo a la pregunta, no siento esa cosa filosófica de estar unido desde siempre. Pero sí hay una cosa muy particular, que es que siempre quise ser padre, y que nunca me imaginé siendo padre de un niño o de una niña más grande. Siempre mi concepto de adopción era adoptar un bebé y, por suerte, no hay bebés en estados de adopción en la Argentina, lo que significa que tienen familia y es para festejar. Cuando aparecióa la historia de Lucio, que se hizo viral, no te podría explicar bien qué me sucedió, sino que simplemente dije: 'Lo tengo que adoptar, es mi hijo'. Y desde el primer momento que lo vi, sentí que iba a estar conmigo. Y sucedió. No sé, es muy raro.

Bueno, él también te eligió.

- En realidad él me eligió. Estoy muy contento de tener un hijo adolescente, cosa que nunca me hubiera imaginado. La adolescencia tiene mala prensa, como que es re conflictiva la situación, como que en realidad los niños que son adoptados en la adolescencia ya tienen la personalidad formada, un montón de cosas de las que no estás exento si tenés un hijo biológico. Cuando tu hijo biológico llega a la adolescencia, también se revela contra los padres, ya tiene su personalidad formada y a veces esa personalidad que tiene tu hijo, aunque sea biológico, no es la que vos hubieras esperado.

A mí me encanta cómo es Lucio, amo su personalidad"

Pero dentro de todo eso que es como la mala prensa de la adolescencia, yo siento que tengo un hijo mágico. A mí me encanta cómo es Lucio, amo su personalidad, hoy ya tenemos plan para ir a merendar. Tengo como una especie de ley interna que dice: 'Bueno, en algún momento del día hay que conectar'. Ese es como mi ordenador. Hoy, como yo tengo un día bastante laboral, le propuse una merienda y dijo que sí. O sea que gané, porque no siempre los adolescentes quieren planes con los adultos, así que vamos a ir a tomar la merienda. Pero la verdad que está buenísimo el vínculo, la relación, todo lo que se dio.

¿Y se engancha con el teatro?

- Con mis obras sí. Es re fan de Sex, que espera a cumplir 16 años para poder verla, porque es prohibida para menores de 16. Y ahora cada vez que puede va, lleva amigos, le gusta ir con su padrino, conmigo, con su madrina, que es una de las creadoras de Sex conmigo. Perdida Mente la vio bastante también, como tres veces. En el Family Club obviamente participa porque es mi familia real. Así que sí, pero tampoco es una persona que todo el tiempo quiere ir al teatro o cada vez que yo voy a ver una obra de teatro dice: 'Yo quiero ir'.

Lucio, el hijo de José María Muscari

Lo positivo respecto a que tengas un hijo adolescente es que, quizás, otro hijo adolescente que estuvo todo el tiempo tiene rechazo en un momento por lo que hace su padre.

- No, en ese punto como que tenemos una relación súper ideal, quizás por no haber estado juntos los 15 años anteriores. Ni él está en una instancia en la que se quiera despegar o aislarme de su vida, como le suele pasar a los adolescentes, ni yo tampoco estoy hastiado del vínculo con un adolescente, porque hasta hace un tiempo se comportaba de una manera y ahora es diferente. No, la verdad que cuando yo lo adopté era adolescente, por lo cual desde el primer día Lucio es como es y vamos evolucionando juntos.

También antes de empezar a hablar de Lucio, dijiste que Muscari in da Haus, esta propuesta nueva tuya, es la primera desde que lo adoptaste, ¿con qué se van encontrar quienes vayan a verla?

- Es una experiencia VIP, es una experiencia muy diferente, algo que yo nunca hice. En principio me gusta describirlo como un evento único, como una noche a puertas cerradas. Es en una casa en Villa Urquiza. Es una idea que tengo desde hace mucho tiempo. Siempre me dijeron que soy muy buen anfitrión. Yo hacía muchas reuniones en mi casa, cenas con actores, con actrices, con amigos, mezclando amigos y familia, y siempre fui muy de poner la mesa, de atender a la gente, de generar diálogos, de tirar una pregunta que arma una buena noche. Y todo el mundo que pasó, me conoce o transitó esa parte mía, siempre me decía que lo tenía que hacer con público porque iban a flashear. 

Cuando yo lo adopté era adolescente, por lo cual desde el primer día Lucio es como es y vamos evolucionando juntos"

Entonces durante mucho tiempo acuné la idea de hacer estas especies de escenas en mi hogar, en mi departamento. Bueno, ahora que lo adopté a Lucio me parece muy invasivo, una vez por semana, una vez cada 15 días, una vez por mes, hacer esta cena que trae público a mi casa. Por lo cual busqué otro lugar, que es una casa hermosa, que además es más grande, que contiene a los 30 espectadores que van a participar de Muscari in da Haus, que tiene cuatro pasos: una cena de alto nivel que la hace Daniela Kompel, una de las participantes de Masterchef más destacadas, alquimizado con algunas canciones que canta una cantante que la rompe, que es Heidy Viciedo. Por el otro lado tengo una especie de host, de mano derecha, que es Pau Lutini, la misma creadora con la que hicimos Sex y otros espectáculos.

Creo que el público se va a encontrar con una parte mía muy anfitriona, con una parte mía bastante filosófica también, que quizás el gran público no conoce porque la televisión no te da mucho espacio para eso. Se va a encontrar con reflexiones, con un recorrido por la casa, van a ir comiendo diferentes pasos en diferentes lugares, maridado con vino de alta calidad, con un montón de sorpresas que no son una obra de teatro. 

José María Muscari.

Es más parecido a una experiencia inmersiva, como dicen ahora.

- Sí, lo que pasa que tampoco es un show. No es que de golpe te sentás y te van a empezar a actuar alrededor, no. Yo tengo algunos conceptos pensados sobre cosas que quiero hablar, unos extractos de una película que les voy a mostrar y sobre eso también va a dispararse la reflexión. La casa particularmente tiene mucha magia y, por otro lado, creo que la experiencia de la cercanía, le va a dar algo muy particular al evento. Así que la verdad es que yo, a pesar de que parece que hago mucho, cada una de mis ideas germina un montón en mi cabeza, en mi computadora, en mí.

Muscari in da Haus es una idea que tengo hace cuatro o cinco años y ahora llegó el momento de hacerlo. No es que de golpe se me ocurre una idea, la escribo y la hago. No tengo ese mecanismo creativo. Tengo un mecanismo creativo mucho más lento. Lo que pasa es que el público no lo percibe así por esto que te decía antes, que yo tengo obras que se superponen en escena, que por suerte -toco madera- tienen durabilidad. Así que eso está buenísimo.

Sex actualmente es el resultado de todo lo mejor que fuimos probando a lo largo de estos cinco años"

No es la primera experiencia VIP que hacés, porque Zona Roja con Sex, que este año cumplió cinco años, también lo es. Quizá para el espectador que fue a ver Sex, tiene como un segundo capítulo en el que puede pasar todo lo que deseó que pase y no sucedió cuando fue.

- En realidad la Zona Roja surgió... yo siento que Sex actualmente es un poco el resultado de todo lo mejor que fuimos probando a lo largo de estos cinco años. La obra se estrenó como una algo absolutamente inmersivo en donde la gente entraba, estaba parada y tenía que seguir a los actores por los cuartos. Después nos agarró la pandemia y se convirtió en una experiencia virtual, en donde vos recibías material e interaccionabas con los participantes de la obra durante 72 horas, que fue un boom. Después de eso volvimos con una versión que se llama Auto Sex, en un autocine, en donde el público iba arriba de su auto, no podíamos tener contacto porque era la época del Covid y ellos actuaban en un mega recital en el escenario y entre los autos. Y después volvimos con protocolo, no sé si recuerdan, parece muy lejano. Pero con distancia, sólo podían entrar 70 espectadores, la gente con barbijo. Las mesas eran por burbujas.

Todo eso fue evolucionando y, entonces, el show frente a tanta adversidad y tantos diferentes encuadres, fue como sacando lo mejor de nuestra creatividad y siempre con el apoyo del público, porque el espectáculo a lo largo de estos cinco años siempre fue un éxito. Al principio, cuando entraban 250 espectadores por función y no había lugar donde sentarse y era caminando, nunca había un lugar. Cuando hicimos Sex virtual fue un boom a nivel de que había fines de semana que la obra vendía 5000 entradas en un fin de semana. Cuando hicimos el autocine nunca quedó el lugar ni para un auto y cuando volvimos con protocolo siempre se agotó con anticipación.

Diego Ramos y Noelia Marzol arriba, y José María Muscari abajo.

Ahora estamos en una especie de versión que aglutina todo lo anterior y el público se puede sentar en mesas, puede comer algo, puede tomar, hay un momento de libre circulación, pero me parecía que faltaba algo en la cercanía inicial que tenían espectáculo cuando era inmersivo. Y el año pasado me fui de viaje con un amigo, conocí Amsterdam y la zona roja. Y me flasheó mucho esa experiencia: una calle en donde los hombres, las mujeres, los niños, van caminando por calles en donde hay vidrieras con gente que ofrece sexo, libertad, cuerpo, disgresión.

Es como un paseo turístico de la sexualidad. Una sexualidad totalmente regulada, una sexualidad anti marginal, una sexualidad iluminada, no es una zona oscura, es todo lo contrario. Con policías en las calles que coordinan cómo caminás. La zona roja es una una mano que es para la ida y otra que es para la vuelta. Mo podés caminar de vuelta en una de estas calles porque se te viene el malón de gente enfrente. O sea, todo muy sincronizado para que veas ese pasaje.

Eso me picó como una idea de que estaría bueno tener nuestra propia zona roja dentro de Sex. Y así surgió este cuarto especial en donde el público puede comprar un 'upgrade' y entran solamente 25 espectadores por función, en donde en tres momentos del show ven algo muy diferente que el público que está en la sala no lo ve. Obviamente, con mayor cercanía, con mayor riesgo físico, por decirlo de alguna manera, con una mayor interacción y, por sobre todas las cosas, con menos límites. Lo cual está buenísimo.

Siempre con el respeto...

- Obvio, Sex es una obra de teatro... bueno, no es una obra de teatro. Es una experiencia que contiene teatro, lo musical, lo visual, que está protagonizada por nombres número uno: Diego Ramos, Julieta Ortega, Adabel Guerrero, Celeste Muriega, Martín Salwe, Maxi Diorio, Sebastián Franchini. Puede seguir. Son nombres muy legitimados en el mundo del espectáculo, no es un espectáculo marginal. La gente no lo vio hay quizás tiene miedo de ir o tiene una fantasía porque piensa que le van a hacer algo. Yo detesto las obras participativas, jamás iría a una obra de teatro donde me hacen hacer algo. Mis espectáculos van a la búsqueda de un espectador activo, pero no participativo. Quizás en Muscari in da Haus tiene que ver con el recorrido, no con que te voy a llevar a hacer algo. Sino con que no vas a estar sentado en una butaca durante una hora y media comiendo. En Sex es algo parecido, es un espectáculo envolvente.

 

Tocaste Sex y te quería preguntar por Barbie Di Rocco, una activista trans que es bailarina, actriz, escritora de libros infantiles, tuvo una polémica cuando salió de Sex. ¿Volverías a trabajar con ella?

- Sí, porque creo que tiene mucho valor lo que ella hace dentro del activismo.

Y respecto a las cuestiones que quizás haya dicho en el marco del enojo, ¿las entendés así?

- Sex está hace cinco años y pasaron más de 300 artistas. Es muy utópico pretender que entre 300 artistas que pasaron por la obra, no haya en algún momento un conflicto, algo que al otro no le guste de vos o no le guste del espectáculo, o no le guste de sus compañeros. O que a vos no te guste algo del otro. Lo tomo con esa naturalidad, volviendo un poco al inicio de la entrevista, habiendo dirigido más de 70 espectáculos, sería como medio ingenuo de mi parte pretender que todo el mundo acepte, ame e idolatre cómo soy y que le pase lo mismo a la gente con mis espectáculos o con sus compañeros. Por lo cual lo que pasó con Barbie no es muy diferente a lo que puede haber pasado en otras obras mías, con otras personas en las que quizás no salió a la luz o que tienen otra personalidad y no les dio ganas de contarlo en el afuera.

Estuve en un montón de espectáculos donde quizás un actor o una actriz se pelea con algún compañero o tiene diferencias con esos compañeros y lo tomo como parte de esa normalidad. Personalmente yo no tuve ningún problema con Barbie, volvería a trabajar con ella y me parece que tiene mucho valor su costado como activista.

Betiana Blum y Julieta Poggio protagonizaron Coqueluche.

El año pasado estuviste trabajando con Julieta Poggio en Coqueluche.

- La amo.

Se sabe que es muy talentosa: actriz, bailarina, no es otra participante de un reality. Pero está esta tendencia de trabajar con participantes de estos programas. Saquemos a ella porque ya está formada.

- No la puedo sacar del análisis porque es la única que vez que yo llamé a alguien de un reality. Soy cero de prejuzgar, me parece que hay un montón de espacio y un montón de cosas para que todas las nuevas generaciones, o la gente que surge de un reality se pueda incorporar. Personalmente, por ejemplo Sex, que es algo con lo que que todo el mundo jode para que llame. Me escriben los fanáticos de otra persona para que ponga a tal persona en Sex. Y mi respuesta siempre es la misma: para estar en Sex tenés que actuar muy bien, porque para mí Ramos, Ortega o Bimbo actúan muy bien, tenés que cantar muy bien, porque Flor Anka, Tripa o Benito Cerati la rompen cantando, o tenés que bailar muy bien porque Andy Peña, Diorio, Muriega o Guerrero son grandes bailarines, pero no alcanza con tener sólo un nombre, tener trascendencia o ser la persona del momento, porque mis espectáculos son muy exigidos actoralmente.

Vuelvo al inicio. No puedo correr el ejemplo de Poggio, porque justamente para mí no es una participante de un reality, es una actriz formada desde niña que, hasta que no estuvo en el reality, no tenía trascendencia mediática, pero sí tenía formación. Entonces, cuando yo la vi dentro del reality, me di cuenta que esa luz que tenía el personaje que tenía que encarnar en Coqueluche, no solamente lo iba a poder hacer porque tenía ángel, que es algo que no se estudia, sino porque además tenía una formación muy sólida. Que de hecho lo demostró en el espectáculo, tuvo críticas espectaculares.

No creo en los políticos. Siempre me encuentro votando al menos cretino, nunca al que más confío"

Las pocas personas que quizás tuvieron una mirada negativa sobre ella previa a estrenar, después cuando vieron el espectáculo corroboraron que por algo Betiana Blum había aceptado protagonizar la obra con ella. No es ninguna improvisada de la profesión y no actuaría con alguien porque sí. Así que para mí la experiencia fue buenísima, fue un hitazo, un gran éxito la obra. Yo soy muy fan de Julieta. Creo, además, si no me equivoco, que no hay otro antecedente de una participante que haya salido de un reality, que haya actuado en Fuerza Bruta, que haya protagonizado una obra que fue un éxito, que estuvo entre las más vistas de la calle Corrientes como fue Coqueluche y ahora esté haciendo un infantil, que creo que se llama zoom, donde la rompe. 

Es mucho teatro en muy poco tiempo para alguien que sale de un reality. Se nota que hay , no solamente una formación, sino  un deseo de rigurosidad. El teatro es muy riguroso. Coqueluche la hacíamos de miércoles a domingo, dos funciones los viernes, dos los sábados y, a veces, dos los domingos.

En esta cuestión del prejuicio hacia el participante del reality, hubo una vuelta que fue noticia porque se demoró en la Panamericana por algo. La atacaban por todo.

- Una pavada que le puede pasar a cualquier persona.

José María Muscari

Y si le hubiera pasado a Betiana Blum... 

- No hubiera sido noticia. Pero bueno, también entiendo el mundo de los clicks, Poggio es muy poderosa en las redes. Entonces, cuando alguien tiene tanta influencia en las redes, también hay que hacerse cargo de que hagas algo muy bien, algo mal, algo más o menos, o algo regular, si es noticia lo van a aprovechar y yo lo tomo con naturalidad. Tampoco soy ingenuo. Si hace cinco años que hago una obra como Sex y cada vez que me hacen una nota y el título en relación a Sex es una nota muy leída, después no me puedo hacer el loco si me quieren preguntar tal o cual cosa sobre lo que pasa en Sex, es como la ley del mercado.

Desde BigBang muchas veces surge la pregunta de cómo está sufriendo la cultura en tiempo de Javier Milei, quien en los últimos días tuvo hasta ataques medio homofóbicos, a los que salió a responder Luis Novaresio. ¿Cómo sentís que está viviendo el mundo de la cultura en este gobierno libertario?

- Creo que la cultura se está tratando de reacomodar dentro de estos nuevos límites que hay. Personalmente a mí me cuesta muchísimo hablar de este presidente como me costaría hablar del anterior o de nuestra anterior presidenta, porque me pasa lo mismo con todos. Que es que yo no creo en los políticos. Siempre me encuentro votando al menos cretino, nunca al que más confío. El momento decisivo en el que tengo que poner el voto para alguien, nunca lo hago con la convicción de que esa persona va a hacer las cosas bien, sino que siempre mi orientación es quién las va a hacer menos mal. Eso ya me condiciona un montón en relación a todo lo que sucede. La verdad es que nunca tuve un fanatismo político por una figura, envidio a la gente del mundo del espectáculo que se las ha podido jugar por determinada figura política y los identifica y los representa.

A mí no me cierra mucho el concepto libertario con la homofobia. Me parece re poco libertario".

¿Vos te la jugarías en caso de que lo sintieras?

- Obvio. Lo que pasa es que todavía no apareció nadie. Yo siempre le veo los hilos. Fui llamado en todos los gobiernos, soy llamado a meriendas porque quieren pensar el teatro y el mundo de los artistas y para convocatorias y reuniones privadas, y nunca accedí con nadie porque no les creo. Verdaderamente no les creo, no es una postura. Me parece que el sistema de la política corrompe a las personas, o creo que cuando ya llegan a la instancia de estar ambicionando el poder máximo, que sería la Presidencia, ya están corrompidos. Creo que hay un montón de gente que, quizás, entra con buenas intenciones, pero el mismo sistema los degrada. Entonces, dentro de eso, por supuesto que no estoy de acuerdo con un montón de cosas que suceden en este momento en relación a que la cultura está como destratada.

En particular los ataques que tuvo con los artistas como Lali Espósito. ¿Qué sentís cuando ves eso?

- No, a mí no me gusta nada todo eso.

Queda claro que con Milei o con cualquier otro.

- Eso desde ya. No entiendo nada de política, pero mi sentido común me indica que un presidente o una presidenta no puede estar en semejantes pavadas. Hay problemas mucho más graves, que si estás de acuerdo o no con un artista y dar tu opinión. Mejor que dé su opinión sobre el índice de desocupación, sobre la inflación, sobre cuál es el estado de los hospitales en la Argentina. Un montón de temas que son muy importantes en la agenda de un presidente. Es como que yo tengo una postura que si bien ninguna de las personas que nos gobiernan nunca fueron de mi debilidad o nunca tuve un fanatismo por esas personas, trato de poner lo mejor de mí para que mientras están gobernando, como lo eligió la mayoría, trato de confiar y poner una buena energía para que todo salga adelante. Con lo cual todavía tengo un poquito de esperanza en relación a este gobierno, como lo tuve en los anteriores. En las primeras épocas de mandato todo se reacomoda, todo cambia, y ojalá algo vaya para mejor.

A mí no me cierra mucho el concepto libertario con la homofobia. Me parece re poco libertario. Pero bueno, son cosas que tienen que revisar de manera más profunda y no en una declaración mía en un medio. Hay algo más de base. Además, como siempre cuando aparece la homofobia, la gran pregunta que me hago es, cuando alguien tiene conductas o declaraciones homofóbicas, o le preocupa la comunidad LGBT por determinadas cosas, me pregunto qué tal a tiene esa persona en relación a la diversidad, cuánto le afecta que alguien sea diferente a él. No sé, son como preguntas que me hago. Pero fuera de todo eso, ojalá que sea lo mejor posible lo que pase de acá en adelante.