05 Marzo de 2020 15:51
Un día como hoy, pero de 2004, falleció a los 33 años el recordado periodista Juan Castro, tras caerse del balcón de su departamento de Palermo. Dueño de un carisma que avasallaba, empezó a trabajar en radio en 1987, como asistente de producción en Feedback, el programa que Mario Pergolini y Ari Paluch conducían en Rock & Pop.
Luego de cursar la carrera de locución en el ISER y de Comunicación en la UBA, se convirtió en productor de “Malas compañías” de Pergolini y cumplió su sueño de llegar a la televisión en 1991, cuando empezó a conducir Crema americana por América TV.
Su carrera, sin lugar a dudas, estaba en ascenso. Si bien también se desempeñó como modelo, su soltura frente a las cámaras le permitieron seguir su carrera en Telefe Noticias, donde comenzó a elaborar su propio estilo que se diferenciaba claramente del resto de sus compañeros.
Entre sus coberturas más destacadas, él siempre se mostró orgulloso de la entrega de los Premios Óscar en 1994 y del trato que le dio al atentado contra el edificio Alfred Murrah en Oklahoma City, Estados Unidos), en 1995. Luego, en 1997, volvió a América, con Zoo, las fieras están sueltas.
Aquel ciclo trataba temas sensibles -y poco comunes en aquella época- en el día a día: durante sus tres años, el programa habló de drogas, marginalidad, discriminación y sexualidad, entre otros. Allí entrevistó a Mario Firmenich, líder de Montoneros durante los años 70, por ejemplo.
Otra marca de Zoo fueron sus informes acerca de la lucha y prevención contra el VIH/sida y el compromiso de Castro con la causa de las Abuelas de Plaza de Mayo la devolución de los hijos de desaparecidos nacidos en centros clandestinos de detención durante el Proceso.
A fines de los '90 volvió a la radio, con El mañanero, junto a Verónica Lozano. Por aquellos días, en septiembre de 2001, también hizo pública su homosexualidad en una entrevista que le concedió a la revista El planeta urbano, algo que -demás está decirlo- era una práctica poco común por ese entonces.
Días más tarde, ratificó sus declaraciones en el programa televisivo Sábado Bus y poco después volvió a la televisión para conducir la versión local del reality Confianza Ciega, ciclo que le valió un gran número de críticas en aquel momento.
Ya en el 2002, en medio de una aguda crisis económica y social que por entonces afectaba a la Argentina, debutó con su último programa: Kaos en la ciudad, con producción de Endemol. Aquel ciclo se emitió por canal Trece los días jueves a las 23 y logró superar requerimientos muy estrictos impuestos por la emisora: le exigían altos niveles de rating y los superó.
La primera emisión registró un promedio de 23 puntos de rating, que se mantuvo durante los dos años que el programa estuvo al aire gracias a los informes periodísticos extremos, en el que mejoró su estilo periodístico. Sin ir más lejos, logró vencer en audiencia a Videomatch, que por aquel entonces triunfaba y lideraba con la conducción de Marcelo Tinelli por Telefe.
Crisis personal y problemas de salud
La vida de Castro, sin embargo, no fue sencilla. Nació el miércoles 13 de enero de 1971 en Parque Patricios junto a su hermano gemelo, Mariano Ernesto Castro. Pero a los 17 años recibió el golpe que lo marcó para el resto de su vida: su mamá falleció de cáncer el mismo año que comenzó desempeñarse como productor de Malas compañías.
A pesar de su éxito profesional, atravesó una época de extrema dificultad: desde la muerte de su mamá -vivió en un monoblock con el resto de su familia hasta los 19 años, cuando pudo independizarse- lo acompañaba una adicción a la cocaína y a otras drogas, que le provocaban alucinaciones y estados de paranoia que admitió en algunas entrevistas.
La última emisión de Kaos en la ciudad, su más grande éxito, fue el 25 de diciembre de 2003, y existían proyectos para una temporada en 2004. El programa, al igual que Castro, estuvo nominado para los Premios Martín Fierro, aunque nunca lo ganó.
Pese a esto, el 27 de julio de 2003, debió ser internado en el sanatorio Otamendi y Miroli por un cuadro derivado de su adicción. La prensa cubrió el hecho, que fue presentado como estrés. El 7 de agosto, desde las cámaras de Kaos en la Ciudad, Castro admitió su adicción a las drogas.
“Estuve dando un par de vueltas por el infierno y pensaba que podía salir de ahí cuando yo quería. Sin embargo, muchas veces me descubrí a mí mismo nuevamente envuelto en las llamas”, dijo. A partir de entonces, comenzó un tratamiento ambulatorio contra su adicción que,
En febrero de 2004, retomó su actividad en Endemol, donde había sido nombrado director creativo a fines del año anterior, para preparar la temporada 2004 de su programa; llegó a grabar varios informes, el último en la tarde del 2 de marzo de 2004.
Sin embargo, este material nunca fue puesto al aire debido a que sufrió una recaída en su adicción a la cocaína que provocó que sea internado en la clínica Santa Rosa en búsqueda de tratamiento el 21 de febrero. El 24 de febrero fue trasladado al sanatorio Otamendi para que se le practicaran análisis de rutina y luego fue derivado a su domicilio.
Una semana después, falleció. El martes 2 de marzo de 2004, a las 18:50, Castro "cayó" desde el balcón de su departamento en el primer piso de El Salvador 4753 en el barrio de Palermo: al consumir, comenzó a luchar contra "seres imaginarios", destrozó el departamento, varias de sus pertenencias y se arrojó al vacío. Sufrió lesiones múltiples y un traumatismo craneoencefálico grave que terminó en su muerte.
Cayó sin reflejos y ni siquiera intentó cubrirse del golpe, su cabeza golpeó directamente contra el suelo. Ingresó en estado de coma al hospital Juan A. Fernández. Allí, tras la operación, permaneció internado por tres días en la unidad de terapia intensiva y falleció a las 2:30 del 5 de marzo de 2004, debido a un paro cardíaco derivado de una falla multiorgánica provocada por una insuficiencia cardiorespiratoria, producto de un virus intrahospitalario.
El mismo día de su caída se inició la investigación judicial para tratar las causas que habrían llevado a Castro a suicidarse. La causa, luego de varios años de estar caratulada como “tentativa de suicidio” y al borde de la prescripción, cambió su carátula a “homicidio culposo” a partir de las pruebas aportadas por Luis Pavesio, la última pareja del periodista.
El tratamiento psicológico al que se sometía Castro para tratar su adicción a las drogas se encontraba bajo investigación judicial. En octubre de 2008, una pericia realizada por el cuerpo médico forense confirmó que Castro no pereció por los golpes que sufrió en la caída del balcón, sino a causa de un “delirio agitado fatal” producido por su elevado consumo de estupefacientes.
Esto motivó que la Justicia a dictar el procesamiento del psiquiatra, la acompañante terapéutica y demás profesionales que atendieron a Castro desde agosto de 2003 hasta su fallecimiento. En abril de 2010, un acuerdo entre la familia del periodista y los profesionales permitió que estos últimos eviten ir a juicio oral y público a cambio de que presten servicios comunitarios.
Su hermano gemelo, Mariano, contó que “la droga entró en su vida en su adolescencia, quizá con una droga blanda como es la marihuana” la historia hubiera sido diferente. “Yo viví en México 10 años, de 2001 a 2004 no venía mucho para acá. Él nos escuchaba, podíamos pelearnos, hablar, pero la droga no es algo sencillo, no es algo que podés dejar por voluntad, creo que muy poca gente puede hacer eso”, remarcó su hermano, con cierta tristeza.
Su romance con Ricky Martin
Su hermano también se refirió a la “relación clandestina” que tuvo Castro con Ricky Martin, quien en ese momento todavía no había confesado su sexualidad: "Eran dos pibes, Juan nunca hizo alarde de eso. Era muy respetuoso de su vida privada. Tendrían 22/23 años. Había mucho tabú con ser gay, con poder mostrarse. Sin embargo, lo ves ahora a Ricky que está haciendo una gira exitosísima por Latinoamérica y las chicas van, no les importa su elección sexual", señaló.Ronnie Arias, íntimo amigo de Juan Castro y ex compañero en el ciclo Kaos en la Ciudad, contó detalles de aquella relación en diálogo con Los Ángeles a la mañana. "Fue un flechazo. Yo no los presenté. Yo lo que fui es testigo de un par de salidas de ellos y cubrí la entrada a algunos hoteles... Se escondían. (A Ricky) lo metíamos en el baúl del auto al hotel”, recordó.
Y cerró: "Yo siempre digo que Ricky estaba más enamorado de Juan. Es que era imposible no enamorarse de Juan. Juan era energía pura. Yo creo que era una relación a distancia, una relación en plazos. Venia Ricky, se veían. Juan viajaba a Miami, se veían. Era un touch and go, nunca fueron pareja... Y puedo contar que se depilaban. Son detalles. ¡Juan se sacaba todo!".