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Juan Rodó, el éxito del teatro musical: "Uno puede pedir que no termine nunca, pero es muy difícil"

El cantante lírico dialogó con BigBang de todo. 

por Raúl Bertuccelli

22 Octubre de 2023 08:00
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Cuando alguien habla de “Drácula” es imposible que no se le venga a la cabeza la figura de Juan Rodó, este increíble artista y referente de la comedia musical que desde el año 1991 interpreta al Conde más popular de la ficción y con el cual transporta a su público inmediatamente al siglo XIX. Pero no todo es “Drácula” en la extensa carrera de 35 años del cantante lírico, sino que también pasaron otros personajes y musicales muy emblemáticos como: Las Mil y Una Noches”, Otelo, Excalibur y Dorian Gray. Y sumado a estos, títulos de Broadway como La Bella y La Bestia, Los Miserables, Jekyll y Hyde, Phantom, el musical, Papaito Piernas Largas o Los Fantastikos. La lista es extensa y sigue.

Por esta razón y sin lujar a dudas, Rodó ha dejado una huella imborrable y su nombre se ha convertido en sinónimo del teatro musical aquí en la Argentina. “El 20 de octubre es una fecha importante porque, no solo porque es un concierto, para mí es como la culminación de un camino, de un recorrido, que ya lleva 35 años, y representa todo lo construido”, le dijo a BigBang en un imperdible mano a mano.

Calmado, sonriente, pero a la vez con la seriedad que le implica ser uno de los artistas más exitosos del teatro musical, Rodó no le esquivó a la consulta respecto al momento que vive el país y que afecta directamente al plano artístico.  “Hemos pasado en 35 años, crisis, crisis cambiarias, crisis de educación, o sea, de todo, hasta corralito. Sí, no es fácil, y creo que la apuesta de hacer el Luna Park no tiene que ver tanto con algo redituable”, afirmó.

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Hoy en día, prefiere ubicar sus shows como un hecho artístico que después le abra las puertas a nuevos espectáculos: “Lo pienso más como un hecho artístico puntual que quizás derive en que esto pueda seguir, quizás el año que viene, con un nuevo concierto, donde quizás la gente pueda disfrutar a Juan Rodó más allá del personaje”, sostuvo.

Este viernes 20 de octubre, acompañado por la orquesta B.A Pops, compuesta por 60 músicos y dirigida por el maestro Ángel Mahler,  Rodó se dará el gusto de compartir el escenario del Luna Park con algunos de sus principales afectos como su hija Chiara y su mujer Eluney Zalazar, con quienes viene de trabajar en “Drácula, el musical”.

La velada contó con la participación especial de destacados artistas como Raúl Lavié, Cecilia Milone y Marisol Otero que se sumaron como invitados de lujo en una noche que fue inolvidable, repleta de emoción y recuerdos en honor a una carrera digna de homenaje. Con 35 años de carrera, Rodó le contó a BigBang algunas de las anécdotas que más lo marcaron en el escenario.

¿Cómo te sentís vos?

- Mira, estoy viviendo un momento crucial, porque te diría que, desde hace casi más de un año, o sea, mi año se define por el 20 de octubre. Es una fecha importante porque, no solo porque es un concierto, para mí es como la culminación de un camino, de un recorrido, que ya lleva 35 años, y representa todo lo construido, todo lo que generé también en este tiempo, y la cantidad de experiencias que llevo, es como que todo se condensa en un solo día.

Y bueno, esta idea de hacer un Luna Park, que fue idea de Ángel Mahler, de poder generar un espacio donde yo como artista esté solo, despojado de la obra, despojado del personaje, y que el público pueda disfrutar mi voz, y esa fue la premisa. Para mí es un gran desafío, y al mismo tiempo es muy emotivo, por toda la historia que construimos.

¿Vas a estar caracterizado en algún momento de alguno de los personajes?

- En realidad hay una pequeña aproximación, y es en el personaje de Jekyll y Hyde, porque, bueno, es una de las obras, después de Drácula, si yo tuviera que elegir cuál es el personaje que le sigue, en preferencia es Jekyll y Hyde, y en su momento fue un gran desafío poder encarnar esta dualidad, ¿no?, de dos personajes en un mismo autor.

Y hay una escena que es la confrontación, y esa confrontación de lucha entre estas dos personalidades se dan con una puesta en escena determinada que requiere esa caracterización. Así que, bueno, en ese momento va a estar.

¿Es rentable hoy en día hacer inclusive un Luna Park con lo que está pasando económicamente en el país?

- Mirá, hemos pasado, y yo te digo, en 35 años, cuántas crisis, crisis cambiarias, crisis de educación, o sea, de todo, corralito. Sí, no es fácil, no es fácil, y creo que la apuesta de hacer el Luna Park no tiene que ver tanto con algo redituable.

Obviamente que es un trabajo y es una apuesta que tiene que ser sostenida, pero, yo lo pienso más como un hecho artístico puntual que quizás derive en que esto pueda seguir, quizás el año que viene, con un nuevo concierto, donde quizás la gente pueda disfrutar a Juan Rodó más allá del personaje.

Y bueno, por supuesto que mejor si va bien y se llena, pero bueno, no es el objetivo mío, por lo menos ahora, es un gran desafío artístico, es un gran desafío, diría, casi atlético, porque cantar todas las canciones principales, de todos los musicales, o sea, son cosas difíciles, y todas, una tras otra, a lo largo de una noche es un montón, así que para mí es un desafío poder hacerlo, pero bueno, el público sé que me va a acompañar y sé que va a disfrutar todo eso.

¿Cómo fue despedirse de Drácula?

- Fue difícil, pero no lo sufrí tanto como en otras temporadas. Primero porque, debo decir que la disfruté muchísimo, hicimos todo lo que podíamos hacer, hicimos dos Luna Park, hicimos un Movistar Arena, la temporada de verano, doble gira. Todo.

Sí, la verdad que no puedo pedir más. Yo disfruté muchísimo de hacerlo, me despedí muy bien del personaje. Siento que he logrado quizás la mejor temporada comparativamente y siendo crítico con respecto a las otras, en mi rendimiento, y creo que el público quedó satisfecho. Yo percibí todo el cariño del público, todo el reconocimiento, y más no puedo pedir.

Uno puede pedir que no termine nunca, pero eso es muy difícil, y como vos decías, en una situación donde el plano socioeconómico está tan complicado, fue un milagro verdadero poder durar, haber durado un año y ocho meses. Si se mejora la situación, yo creo que una obra como Drácula no debería bajar nunca, y la gente tiene la posibilidad de ir, y de repetir, y de tener como una holgura, para poder disfrutar el teatro, no solo de Drácula, sino de todo. Entonces eso debe mejorar para que a todos nos vaya mejor.

¿Cómo es tu escuela?

-Bueno, la escuela ya está por cumplir 12 años, y surgió como una necesidad y una búsqueda de crear un espacio de formación integral para quienes amen el teatro musical. Entonces esta formación, en tanto en áreas de actuación, danza y canto, se da en forma integral, y bueno, recibimos todos los años más de 200 alumnos, tenemos muchas camadas de egresados, hacemos muchos proyectos con ellos, de musicales también integrales en su formato.

La idea es que quien pasa por la escuela termine con un acercamiento lo más cercano posible a lo profesional. Es decir, que, si hacemos un proyecto musical, que podamos reproducir el formato profesional, y que ese entrenamiento, si lo siguen, pueda ser cada vez más próximo a lo que la persona da el paso importante de su profesión.

¿Tenés algún otro proyecto?

-Sí, el 17 y 18 de noviembre, puedo estar en Rosario siendo “La Bella y la Bestia” en versión de concierto. O sea, en el musical de Broadway, pero en versión de concierto con la orquesta de Rosario, y con Josefina Scaglione en el rol de Bella. Va a ser hermoso porque, bueno, es una obra que yo no hago hace 25 años, y es una de las musicales que también le tengo mucho cariño, poder reencarnar otra vez el personaje de Bestia va a ser una experiencia hermosa.

¿Recordás alguna anécdota sobre el escenario?

-Sí, a ver, pasaron varias cosas, de todo,  pero fundamentalmente recuerdo dos: Una con Drácula, que fue en la primera temporada en el año 1991, en la gira de Mar del Plata, que se cortó la luz, en una época donde no había grupo electrógeno, y estábamos en el castillo, y me acuerdo que Martin O'Connor que hacía Jonathan...bueno, se apagó la luz en el castillo y no podíamos seguir, pero había quedado el candelabro con las velas, que en aquel momento se podía ir con fuego.

Entonces Jonathan se acercó al castillo de Drácula y le apagó la luz, para que quedara todo oscuro y pudiéramos salir del escenario. Sí, muchísimas, sí. Yo recuerdo, siempre, como estamos en temporada, nos agarra en un momento de salud, yo recuerdo que en “Jekyll & Hyde” , en el momento que yo termino de cantar la canción “This Is the Moment“, y voy al laboratorio, a la escena de la creación de la fórmula, previa a la transformación, me empieza a agarrar un picor de garganta.

Y es cuando sentí que te pasaba, y que si toses una vez, no parás por cinco minutos, y tenía que cantar la escena, la escena era larga, y yo me acuerdo que estaba con la jeringa, con el líquido rojo, ¡y no cantaba! Y yo dije”la gente debe pensar”: qué gran incidental, ¿no?, que no pasa nada, que es así, descriptiva, yo no podía, y esperé al momento de la transformación, donde se transformó en Hyde, y puedo gritar, rugir, y tosi, y todo, que fue un sufrimiento, me caía la gota de transpiración, para aguantarlo todo.

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