La pandemia cambió las costumbres de la familia real británica: la reina Elizabeth II ha cambiado el palacio de Buckingham por el castillo de Windsor, y su heredero, el príncipe Charles vive junto a Camilla en Highgrove House, su casa de campo en Gloucester, en lugar de en Clarence House, su residencia oficial en Londres.
Por su parte, el príncipe William y su familia tomaron una decisión similar y actualmente no viven en el palacio de Kensington sino en Anmer Hall, la casa que tienen en Norfolk.
Allí los príncipes George y Charlotte, sus hijos mayores, estudian en casa ya que al igual que todos de los niños británicos, aún no han retomado sus clases presenciales.
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Y para darle a su nieto y su esposa Kate un espacio privado para trabajar lejos de molestias infantiles, la reina decidió cederles Sandringham House, su casa de invierno, como espacio de trabajo.
Desde alli, este martes la duquesa de Cambridge realizó una videollamada para dar las gracias a las enfermeras de todo el país su esfuerzo en la lucha contra el coronavirus.
Ubicada a pocos kilómetros de Anmer Hall, Sandringham fue originalmente comprada hace más de dos siglos por la reina Victoria para su hijo Albert Edward. Actualmente, suele ser el lugar donde la familia real pasa sus vacaciones de Navidad: la reina se establece allí unos días antes de la Nochebuena y no regresa al palacio de Buckingham hasta el 6 de febrero, fecha en la que la conmemora el aniversario de la muerte de su padre, George VI.
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Ya que este año Elizabeth y su esposo, el príncipe Philip, pasaron la Navidad en el castillo de Windsor a causa de la pandemia, Sandringham permanece vacía y es por eso que se convirtió en la "oficina" de los duques de Cambridge.
De hecho, William y Kate ya decoraron el lugar con algunas fotografías familiares: al fondo de la sala en la que Kate hizo su videollamada el martes, podía verse un retrato del príncipe Louis, su hijo menor.