Actriz, panelista, movilera, locutora y humorista. Cuando no está protagonizando una obra en la calle Corrientes, Costa Presidenta, Costa está trabajando en La 100 con Santiago del Moro o en televisión, con Vero Lozano en Corta por Lozano y debatiendo lo que sucede dentro de la casa de Gran Hermano. "Yo soy hija de una mujer que se levanta al día de hoy a las seis de la mañana a seguir laburando y tiene casi 80 años. Mi madre es una fuerza de trabajo que yo heredé de ella y de mi hermano más grande. Son como mis ejemplos en el laburo", señala, divertida y siempre sonriente, durante su visita a la redacción de BigBang.
La comediante llegó al teatro Premier, Corrientes 1565, con su espectáculo, junto al grupo Los Macocos, en el que destacan su desenfado y picardía con la intención de “devolverles la risa a los argentinos y a las argentinas”. Costa es la protagonista de la sátira dirigida por Roberto Peloni, acompañada por Celeste Campos y el debutante Damián Bravo. "Yo lo soñé el espectáculo con ellos. A Celeste primero porque la seguía en redes y me parecía una actriz tan genial. Yo no tengo esa capacidad. Yo puedo hacer creíble un rol, pero no tengo la capacidad de crear un personaje y ella lo tiene. Eso me parece muy difícil, muy complicado y es poca la gente que lo puede hacer", señaló.
La capocómica dice no tener la menor idea de cómo llegó al poder, ya que de un momento al otro se convirtió en presidenta de los argentinos y argentinas. En su campaña prometió devolverles la risa, pero en Casa Rosada, no todo es color de rosa: desde las sombras, un trío de inescrupulosos -Martín Salazar, Marcelo Xicarts y Gabriel Wolf- intentarán hundirla, aunque un Ángel de la Guarda, enviado desde el Cielo, la protegerá en su tarea.
En diálogo con este sitio, Costa habló de todo: su historia, el éxito de Gran Hermano, su protagónico en Calle Corrientes, su familia matriarcal y la dura realidad que todavía atraviesa la comunidad LGBTIQ+. "Hoy en Palermo quizás es súper normal, pero hacé tres cuadras y fijate cómo se vive. Por más que hayamos conquistado tantos espacios interesantes, hablemos de la realidad: es muy duro todavía. A lo mejor en Países Bajos será divino ser trans o gay, pero acá la mayoría de mi comunicad la pasa mal, es discriminada y es muy difícil. Hay crímenes de odio, los chicos y las chicas trans no tienen acceso a la salud como deberían", advirtió
La entrevista completa con Costa
La segunda vez que nos visitás en la redacción....- Las segundas partes nunca fueron buenas dicen, espero que esta no sea.... ¡Claro! La primera vez que vine acá fue cuando yo había debutado en mi primer unipersonal en el Maipo, ya lejos y hace tiempo.
Ahora estás en el teatro Premier con Costa Presidenta. Ahí cantas, bailas y hacés chistes. ¿Es un show completo, no?
- Hay mucha gente que me dice ´es presidente´ porque presidís un Estado y yo siempre complicando las cosas les digo ´Sí, presidente. Pero a mi me hace la gracia con la E, presidente, porque sería inclusivo´. Yo siempre digo, toda la vida no luche para ponerme las tetas y todo para que me digan con ´A´ y ahora usar la ´E´. Entonces el chiste ´Presidenta´ es con esa intención.
Pero la gente está pasando por momentos muy duros y todas reaccionan. Ahora todo el mundo reacciona en las redes sociales a través de algo, en este caso de un título, un programa de televisión, de un libro o un color que no le gustó y tiene la necesidad de decírselo al otro. Ya no le es suficiente su odio con la vida, sino que encima te lo expresan. También te expresan amor y claro, pero una siempre se queda con lo malo.
Contame un poco de este unipersonal....
- Somos 12. Tuvimos un ensamble de 6 actores, bailarines y cantantes. Y después está el trío los Macocos, Celeste Campos es la humorista del espectáculo y Damián Bravo. Yo quería tener un galán porque sentía que esta vez me lo merecía y lo tengo a Dani, que es un talento, una revelación y va a ganar premios ese nene. Yo lo soñé el espectáculo con ellos. A Celeste primero porque la seguía en redes y me parecía una actriz tan genial.
Yo no tengo esa capacidad. Yo puedo hacer creíble un rol, pero no tengo la capacidad de crear un personaje y ella lo tiene. Eso me parece muy difícil, muy complicado y es poca la gente que lo puede hacer. Yo no tengo esa capacidad del actor, no tengo ese don lamentablemente y a Celeste la soñé en el primer momento. Y a Damián lo conocí en una cita, en un hotel o en una reunión de trabajo. Le pregunté ´¿qué sabés hacer?´ y me contestó: ´Yo canto, toco el violín y zapateo´. Bueno, le dije que era mucho más de lo que había visto en muchos escenarios. Y después Alberto, el productor, tuvo la generosidad de conformar el elenco grande. Somos 12 y no hay tantos espectáculos con tanta gente arriba del escenario.
¿Sos de mirar hacia atrás? ¿De valorar todo lo que construiste a base de talento, esfuerzo y oportunidades?
- Sí. soy demasiado agradecida. Veo el camino, a cada paso y a cada rato. En todas las cosas que a mi me pasan. Por eso mis obras eran siempre super melancólicas porque yo siempre hablaba del camino recorrido y como el cuentito se cumplió. Y esta si bien es una ficción, es un reality ficción porque la que está en la presidencia soy yo. Entonces, sí hay una parte, sobre todo en el final del espectáculo, que tiene que ver con encontrarme con la que yo era.
El espectáculo se iba a hacer en otro teatro. Después no se llegó a buen puerto y estábamos en noviembre con el espectáculo listo, pero no teníamos sala. Y Alberto, el productor, me llama y me dice ´lo vamos a hacer en el teatro Premier´. En el teatro premier trabajé en el año 2003 como asistente del teatro de revistas. Ahí cocía, bordaba y subía los cierres.
Veinte años más tarde, yo protagonizo en ese mismo escenario. Eso, todas las noches que subo ahí, me convoca a aquella que fui, a la que no tenía laburo ni profesión. Un amigo mío me mete a laburar ahí por hambre y por su generosidad. Estando en un camarín, un amigo de Laura Fidalgo me dice ´¿Vos hacés shows?´. Le dije que sí, pero que no hacía más y me contestó: ´Vamos a hablar con el dueño del lugar para que te llame´.
Me llama y me dice que tenía cuatro sábados para que haga el espectáculo y duré tres, porque era malísima. Son cosas que una va aprendiendo y es difícil estar sola arriba del escenario. No hay lugar más incómodo que el unipersonal, estás sola y con todas las miradas puestas en vos. Ahora somos 12 y si no te gusta lo que yo hago, tenés a Los Macocos, a Celeste, a Damián o a los bailarines.
¿Cómo combatiste esos nervios lógicos del inicio?
- Fue muy accidentado como todo estreno. Nunca se llega bien, salvo una obra de Pepe Cibrián que se ensaya 6 meses antes o más. La obra del día del debut hasta ahora ha tenido un crecimiento, sobre todo en la parte humorista. también la gente fue cerrando los nudos de la trama. Había cosas rebuscadas y la gente te empieza a aplaudir y a reír. Te la soluciona de una manera tan genial.
¿Y te seguís poniendo nerviosa o ansiosa antes de cada función o eso se pierde con el tiempo?
- Sí, estás. Convocas a tus muertos queridos y es una ceremonia. Como dice mi amiga Cecilia Milone...una se sube a dar misa. Estuve triturada de nervios el día del estreno, por supuesto, pero el teatro es un idioma que conozco y entonces no soy una artista torturada. Tal vez porque hago un género más liviano, me da cosita cada vez que salgo al escenario y a veces me gustaría recuperar ese nervio inicial.
Hay algo en el aburguesamiento que he tenido en mi profesión también... a mi me fascina, me encanta estar arriba del escenario, pero no tengo eso de ´ay, qué haré´. Eso ya no lo tengo porque ya tengo oficio. Sé que si con el texto no va bien, empiezo a hablar de mí y ya está. ¡Eso está mal también! (risas). Hoy terminamos con un homenaje a (Enrique) Pinti y es una responsabilidad también.
Eso sí me dio nervios porque es una figura tan importante, interesante y tan fresca...pero hace unos días vino su gran amiga, que fue su compañera de escenario, de carrera, de amistad y de corazón, y ese día si tuve nervios de pansa. Cuando terminó el show, le pregunté ´¿qué hubiera dicho Enrique´ y me dijo ´¡Le hubiese encantado´. Y no me lo dijo de compromiso, no tiene porqué y me hizo una devolución muy linda del laburo de todos. Es una responsabilidad grande convocar al escenario y a esta gente tan importante porque, en definitiva, la anécdota del show es que como presidenta no sirvo y que tengo que volver al escenario.
¿Cortá por Lozano, Gran Hermano, radio con Santi del Moro y ahora hacés teatro... ¿dónde sacás el tiempo?
- ¿Y qué haría si no? Yo soy hija de una mujer que se levanta al día de hoy a las seis de la mañana a seguir laburando y tiene casi 80 años. Mi madre es una fuerza de trabajo que yo heredé de ella y de mi hermano más grande. Son como mis ejemplos en el laburo. La profesión nuestra es muy ingrata, como toda profesión, autónoma digamos. Entonces hay que aprovechar cuando viene la oleada de laburo y no son laburos donde yo esté a disgusto. ´¿Che, el programa más escuchado de la radio, querés estar?´, quién va a decir que ´no, la verdad estoy cansada´. ´Che, el debate de Gran hermano, 25 puntos de rating´... ´No la verdad que estoy cansada...´ ¡No! (risas) Estoy en lugares de lujo. Yo dejaría algo si sintiera que estoy robando, pero siento que estoy haciendo las cosas bien y prolijamente. En lo de Vero somos muchos y somos todos buenos la verdad. Y en Gran Hermano es un placer que me hayan llamado a mí cuando hay colas de gente que quieren estar.
Siempre dijiste que venís de una familia matriarcal...
- Si, es un matriarcado. Absolutamente. Pero concebido desde las dos familias, desde la de mi madre, donde todas las mujeres son importantes, donde son las que manejaron la casa, la economía y todo, y lo siguen haciendo, y desde el lugar de mi papá, la figura paterna estaba completamente eclipsada por su madre. ¡Mi abuela decidía sobre él! Lo triste es que ese señor fue padre cuando nunca dejó de ser hijo, pero eso es para otro espectáculo (risas). Cuando empezás a ver el funcionamiento de otras familias te preguntas el porqué. Mi abuela decidía en mi casa, no era la casa de ella, era la casa del hijo que estaba casado con otra señora.
Entonces sí, soy de una familia de mujeres muy fuertes y los hombres son más del imaginario. Todas necesitaban un hombre al lado, porque es la concepción, pero ellas armaban y desarmaban. Y yo, en mi vida, soy todas esas mujeres fuertes. Con una capacidad de laburo inusitada, de laburar todo el día y después con las locuras de mi abuela: soy mística y del mundo del espectáculo.
Alguna vez contaste que, a los 4 o 5 años, le robabas el labial a tu mamá...
- Bueno, esa es la anécdota en la que se basa Costa Presidenta. Es esa nena que iba al jardín pintada y se lo sacaba. Y un día, no me lo saqué más.
¿Cómo fue esa transición?
-Vos sabés que nunca hubo...es raro de contar porque sino parece ´ay esta mina, qué resuelta´. Para mí era lo común. Yo nunca me quise vestir de varón, pero era otro mundo y mis viejos hicieron lo que pudieron. Lo tomaron fatal. Hoy en Palermo quizás es súper normal, pero hacé tres cuadras y fijate cómo se vive. Por más que hayamos conquistado tantos espacios interesantes, hablemos de la realidad: es muy duro todavía.
Vivimos en un país donde legalmente hay muchas herramientas para que estemos bien y cuidados. En unas vacaciones en Turquía, estábamos una amiga mía y un amigo. Mi amiga pidió la comida y no la trajeron, la pedí yo y tampoco. Entonces nos dicen ´No, no. Si hay un hombre en la mesa, ustedes no pueden dar una orden´. Imaginate entonces cómo lo pasa la comunidad gay. Bueno, vimos lo del Mundial.
Lo que pasa es que la Argentina salió campeón y todos nos olvidamos, pero uno de los jugadores fue condenado a muerte por haber defendido a una mujer, pero como tenemos tres estrellas....que no está mal, no tiene nada que ver una cosa con la otra, pero yo la mezclo porque soy complicada. El Mundial anterior había sido en Rusia, donde a la comunidad se la mata.
A lo mejor en Países Bajos será divino ser trans o gay, pero acá la mayoría de mi comunicad la pasa mal, es discriminada y es muy difícil. Hay crímenes de odio, los chicos y las chicas trans no tienen acceso a la salud como deberían. Tengo un caso muy cercano de un nene que quería... tuvimos que amenazar que íbamos a atarnos al hospital para que le hagan la vasectomía. No es muy difícil.
Es un nene trans, la mamá se le murió de cáncer de mama y ¿qué mierda esperaba el cirujano? Es la realidad que nosotros nos habita y, por lo tanto, es importante para mí. Somos ciudadanos igual que todos y tenemos que tener acceso pleno a la salud. Yo tengo una prepaga del amor porque trabajo en los lugares que trabajo, pero no hay que ser tan imbécil porque yo estoy acá contigo el resto de la gente la pasa bien.
No la pasan bien, no hay oportunidades de laburo y tampoco hay, desde el lado nuestro,....el otro día buscamos para hacer una capacitación para unas chicas trans y no había ninguna apta para el puesto y, pero, ¿por qué? y si a los 13 años te fuiste de tu casa, empezaste a hacer la calle ¿cómo mierda va haber hecho el secundario la chica? Hay una parte nuestra, que es la anterior, que es en lo que hay que reparar. Hay que dar oportunidades y yo todo lo que logré, lo logré laburando y porque tuve una cadena de buena gente que dejó de lado mi condición. Por ejemplo, Santiago (Del Moro) no me contrató por el cupo trans.
Hoy sos parte del gran mundo de Gran Hermano...¿Cómo ves a este reality que nos tiene a todos atrapados?
- A mi me sorprende el éxito porque la gente viene de estar encerrada dos años, pero creo que ese éxito viene por el lado de mirar lo que hace el otro. Todos somos chismosos. Tengo una amiga que lo primero que me dice es ´contame algún puterío´ y no me dice ni hola. A todos nos gusta el puterío ese. El personaje de Camila me parecía súper desdibujado, me parecía una falsa y decía ´basta con que se le murió el padre, a mi también se me murió mi papá y acá estoy´.
Por eso hay que ser cuidadosa cuando una imite juicio sobre el otro porque una no sabe cuál es el camino del otro. Cuando Camila habló de la bipolaridad de su padre entendí su relación con Alfa. Ella está acostumbrada a que la maltraten porque los bipolares no son malos, son bipolares y sino están tratados pueden ser muy agresivos. Entonces, vos entendés que ella se quede con este señor al lado, donde el otro día le dijo que una pollera le quedaba como el culo.
Entonces es ahí donde ella le dice ´vos me hacés acordar a mi papá´. ¡Claro! Lo siniestro es lo que siempre nos resulta familiar. A partir de ahí, mis respetos a Camila, que es una víctima de una situación que va más allá de ella porque ser criada por un paciente psiquiátrico es complicado. Hay gente a la que no entiendo todavía: siento que Marcos es el yerno ideal, calladito, precioso, lindo e inteligente.
Y me parece que Julieta también habita un lugar de ese mundo de Disney. Es una chica que de verdad si se le rompe una uña se angustia. Yo creo que Gran Hermano nos interpela, nos pone así en la pantalla y porqué Alfa. Alfa tiene un discurso que a mi me choca porque me enfrenta a lo peor de mi padre, la homofobia, etc. El tipo tiene 60 años y es un éxito, pero a mi me hace acordar a lo malo de mi papá. Por eso es un personaje que me cae fatal.
Esto también es lo divertido del juego, que es que la gente no te quiere ahí adentro y te vota para que te vayas, no para que te quedes. Tu voto es negativo, este no y con eso, la gente siente en un punto que su voto se refleja porque está afuera. Y cuando no pasa lo que yo voté, dicen que fue fraude. Hay boludos que piden ´apagón a Gran Hermano´ y hace 25 puntos. Es el rating más alto de la televisión.
Movilera, panelista, actris y humorista...¿Algo más que le quieras sumar al currículum?
- Soy una nueve en uno, como una multiprocesadora. No, estoy bien como estoy y más tiempo no tengo. Me preguntan ´¿estás de novia?´ ¿y en qué momento me voy a poner de novia? Aparte no tengo tiempo de la historieta del cafecito. tengo media hora y dale, vení. Eso también te complica las relaciones sociales, pero siempre digo lo mismo.
Hay una anécdota que siempre contaba Pepito Cibrián donde se encuentra con una actriz y le pregunta ´Mi amor ¿qué vas a hacer en el verano?´ y ella le responde: ´Descansar Pepe´. Entonces, Pepe la mira y le dice: ´Mirá al volver lo descansada que va estar toda la gente que está ahí´. Y es así, la profesión nuestra es esta. No me ha pasado de conocer a alguien y decir ´che, dejo tal cosa porque tengo tiempo...´. Hasta ahora no me pasó y quizás no me pasa nunca, y no está mal tampoco.